EL PAíS › OPINIóN
› Por Noé Ruiz *
La delegación oficial ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) trabaja desde un año antes de cada asamblea. Durante ocho años abrimos las puertas al secretario general Hugo Moyano, porque las abrimos ante el desafío que debía enfrentar en una economía globalizada y en crisis, por nuestras trabajadoras y trabajadores, y por todos los argentinos y argentinas. Lo hicimos porque respetamos la institucionalidad sindical, algo insoslayable en nuestro accionar cotidiano.
Pero ahora necesitamos hablar claro. La CGT tiene un secretario general y un secretariado colegiado que la preside. No es facultad del secretario general la designación de delegación oficial ante la OIT, es facultad y derecho exclusivo del secretariado colegiado de la CGT, integrado por miembros representativos de los gremios.
No existió “reunión” alguna para cambiar el listado de la delegación oficial ante Ginebra designada originalmente y que ha venido actuando hasta el presente en las comisiones preparatorias. Tampoco se informó de ese cambio a quienes correspondía, meramente por respeto y por los compromisos económicos que esto implica, ya que la CGT no financia su delegación. La información nos llegó de Ginebra a través del compañero Gerardo Martínez el 24 de mayo (el 25 era feriado y viajábamos el domingo). Así se atropelló la igualdad de los pares del secretariado colegiado.
Este accionar gatopardista expuso arbitrariamente al movimiento obrero organizado, al sindicalismo argentino y específicamente a la legitimidad de la CGT. En consecuencia, vulneró la representatividad oficial ante la OIT. Atropelló la legalidad institucional de la CGT y el derecho a la legitimidad de los compañeros y compañeras que la integran en igualdad de condiciones. Desconoció a sus pares y a la democratización necesaria para el movimiento obrero organizado en su conjunto. Atomizó la pluralidad y homogeneizó la diversidad arbitrariamente, internacionalizando un hecho casero, privado y nacional.
Hago un llamado a todas y todos los dirigentes sindicales a mantener el respeto y la equidad ante los millones de argentinos, que esperan que seamos dignos defensores de sus derechos, a dejar peleas espurias que no hacen al movimiento sindical ni a su trayectoria. Nuestra CGT es ejemplo de defensa y organización en el mundo y ante los trabajadores y trabajadoras.
Soy ante todo orgánica, dirigente sindical por decisión y elección de los representados y tengo una historia personal de militancia nacional e internacional desde los 17 años en el ámbito sindical, que lo avala, y hasta el 12 de julio de 2012 represento legítimamente la Secretaría de Igualdad de Oportunidades y Género de la CGT. Sostengo la convicción del respeto por las instituciones sindicales, por sus miembros y por mis pares, y sostengo el respeto por siempre de los trabajadores y trabajadoras a quienes represento en cada una de mis acciones. Jamás renunciaré a la lucha a favor de las trabajadoras y trabajadores, más allá de los cargos que pudiera representar.
* Unión Trabajadores de Moda e Imagen Publicitaria (Modelos). Secretaria de Igualdad de Oportunidades y Género CGT.
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