Con la entrega del crédito 250 mil del Programa Nacional de Microcrédito para la Economía Social que benefició a 175 mil unidades productivas con 275 mil puestos de trabajo, Cristina Fernández de Kirchner volvió a ratificar el rumbo económico del Gobierno: “Esta es una Argentina más justa que la que teníamos en 2003”. “Lo importante es saber lo que hicimos, saber lo que falta y saber cómo hacerlo”, sostuvo la Presidenta antes de devolver algunas críticas a quienes cuestionaron el modelo K. Repasó la información acerca de que el gobierno español tuvo que auxiliar con un total de 23 mil millones de euros al banco Bankia, cuyo presidente era Rodrigo Rato, el ex director del FMI, para recordar “las parrafadas memorables y furibundas que nos dirigió a los argentinos”. “El fundió el banco y daba lecciones a todos los demás sobre cómo debían administrar el país, es notable”, sentenció.

La Presidenta también mencionó que por primera vez un trabajador, el británico Guy Ryder –al que Argentina respaldó con su voto en el encuentro de Ginebra, Suiza–, fue electo para presidir la Organización Internacional del Trabajo (OIT). “Las diferencias son con el gobierno porque no respeta las resoluciones de las Naciones Unidas, pero con el pueblo y los trabajadores ingleses, todo bien”, afirmó CFK, en referencia a la disputa con el Reino Unido por la soberanía de las islas Malvinas.

Con el Museo del Bicentenario de la Casa de Gobierno colmado de microemprendedores y militantes de organizaciones kirchneristas, Cristina Kirchner entregó el crédito 250 mil a microemprendedores e inauguró a través de teleconferencias otras obras en el resto del país. Un comedor para estudiantes de la Universidad de Salta en Tartagal, del que participó el gobernador Juan Manuel Urtubey. Un albergue universitario en La Rioja que lleva el nombre de Néstor Kirchner y que el gobernador Luis Beder Herrera definió “como un apart hotel”, con casi cien habitaciones. Y la “radio pública” en el partido bonaerense de Marcos Paz, la FM 90.7, de cuya inauguración participaron el vicegobernador Gabriel Mariotto, el intendente Ricardo Curuchet y el pastor Fabián Castro, quien mencionó el lema de la radio –“todas las voces tienen lugar”– para afirmar que “Jesús llevó otra voz diferente” al pueblo judío de la que dominaba “el monopolio religioso”.

Tampoco faltó lugar para homenajear a un sobreviviente de la masacre de San Patricio, suceso que recuerda cuando un grupo de tareas de la dictadura asesinó a tres curas palotinos y dos jóvenes seminaristas de esa iglesia porteña. La Presidenta señaló al sacerdote irlandés Roberto Killmeate como “un ejemplo de vida” y recordó su tarea como cura villero y fundador del Mocase, que nuclea a los campesinos más pobres de Santiago del Estero. “Che, Cuervo, deciles que la hagan un poco más corta: son largueros”, bromeó CFK dirigiéndose al líder de La Cámpora y diputado Andrés Larroque por los cantitos con los que recibieron a la Presidenta.

“Tenemos, no una argentina justa, pero sí más justa que la teníamos en 2003”, sostuvo luego CFK tras señalar que los 525 millones de pesos destinados al Programa Nacional de Microcrédito para la Economía Social habían beneficiado a 175 mil unidades productivas que generaron 275 mil puestos de trabajo. Un programa cuya autoría le adjudicó a la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner. Junto a ella también estaban el vicepresidente Amado Boudou, el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, y el ministro de Interior, Florencio Randazzo.

“Falta mucho todavía. Lo importante es saber lo que falta y saber cómo hacerlo. Para lo primero siempre hay anotados. Para lo otro, no tantos, porque hay que saber cómo hacerlo”, continuó CFK y ratificó la “economía social de mercado” como “una política de Estado” y generadora de empleo.

La frase le sirvió de introducción para devolver gentilezas a quienes criticaron desde los organismos multilaterales de crédito la política económica iniciada en el país en 2003. La Presidenta mencionó el salvataje financiero de 23 mil millones de euros del gobierno español al Bankia –“noticias que algunos ocultan prolijamente en la Argentina”, agregó– y recordó que el presidente de la entidad quebrada es Rodrigo Rato, el ex director del FMI, que criticó duramente las medidas económicas adoptadas en la Argentina durante el gobierno de Néstor Kirchner.

Rato “fundió un banco y daba lecciones a todos los demás sobre cómo debían administrar el país, junto a los corifeos locales” que repetían sus pronósticos “como si sus familias no estuvieran aquí”, sumó CFK. “Y la verdad que cuando uno ve estas cosas y acá un banco de economía social genera 247 mil puestos de trabajo con 565 millones. No es para creernos mejores que nadie, pero nos sentimos muy orgullosos porque este modelo que ha sido tan heterodoxo, y tan horroroso para algunos, sigue generando trabajo y esperanza”, afirmó la mandataria. “Para eso queremos el gobierno. Para eso gobernamos”, concluyó.