Luis Barrionuevo participó de varios encuentros del bloque antimoyanista, pero no en el del miércoles.
Imagen: Pablo Piovano.

El bloque antimoyanista de la CGT ya muestra algunas fisuras. El gastronómico Luis Barrionuevo no asistió ayer al encuentro que realizaron los dirigentes de los gremios que se oponen a la candidatura de Hugo Moyano, mostrando una vez más la fragilidad de su alianza. “Tenemos que profundizar un programa en común para afinar la estrategia, a Barrionuevo ya lo conocemos”, confió un dirigente opositor a Página/12. La semana próxima se mostrarán con mayor cantidad de gremios.

“Con Barrionuevo está todo bien, pero él se puso afuera de la CGT hace mucho. Siempre hace el doble juego”, aseguró el dirigente apuntando los dardos hacia el jefe de la CGT-Azul y Blanca que no asistió a la reunión opositora del miércoles en la sede de la UPCN que conduce Andrés Rodríguez. Barrionuevo envió un reemplazo con la excusa de participar en la paritaria del sector, pero el casi nulo consenso que logró con su propuesta de una conducción tripartita enfrió su relación con el bloque opositor. Aun así los sindicalistas intentarán asentar su cercanía del espacio disidente para “seguir conversando las distintas opciones”.

A partir del anuncio de Moyano de que se presentaba para pelear por un nuevo mandato al frente de la CGT, los gremios en desacuerdo comenzaron a reunirse para encaminar una propuesta alternativa. El distanciamiento del camionero con la Casa Rosada fue el argumento que empujó a los Gordos e Independientes, a quienes se sumaron gremios no alineados, como la UOM y el Smata y más tarde Barrionuevo, a enfrentar al camionero en su intento por una re-reelección. Pero el gastronómico en el medio coqueteó con Moyano para darle sus votos en el Congreso Extraordinario, al que se convocó para el 12 de julio en el microestadio de Ferro. Finalmente cerró con los disidentes y después de varias reuniones puso sobre la mesa la propuesta para que la CGT fuera conducida por un triunvirato especulando con la posibilidad de encumbrarse en la cima de la central obrera.

La estrategia que utilizó hasta ahora la oposición a Moyano fue vaciar las convocatorias realizadas por el líder de la CGT. Por ello anunciaron la presentación de una impugnación en el Ministerio de Trabajo para que intervenga en la resolución del conflicto ante la denuncia de ilegalidad por “falta de quórum” en la reunión de donde salió la convocatoria.

Barrionuevo se encuentra en una encrucijada. En su entorno –al menos treinta gremios que lo acompañan en su CGT– dan por descontando su reingreso a la CGT oficial, pero tiene diferencias en las dos puntas. Por un lado, el bloque disidente –en el que jugó el último mes– lo seduce por la posibilidad de integrar el consejo directivo, apostando a un puesto importante de conducción de prosperar su iniciativa del triunvirato. El problema es que el bloque plantea un plafón de entendimiento con el kirchnerismo que va en contra de su posición abiertamente contraria al gobierno nacional. Por otro lado, con el moyanismo mantiene diferencias pero el perfil más opositor a la Casa Rosada que sostiene el camionero junto a Gerónimo “Momo” Venegas tiene mayor sintonía con su propuesta. La semana que viene el bloque antimoyanista realizará un nuevo encuentro.