Facundo y Pablo Moyano salieron a defender a su padre y a criticar la decisión del Ministerio de Trabajo de dar curso a la impugnación de los gremios antimoyanistas de la reunión del Consejo Directivo de la CGT –“sin quórum necesario”, argumentaron– que convocó a un congreso el 12 de julio en el que Hugo Moyano buscará un nuevo mandato al frente de la central sindical. Pablo afirmó que la impugnación “no tiene asidero” y remarcó que “ni en tiempo de los milicos pasó eso”, en referencia a la actuación ministerial. Facundo eligió las redes sociales para manifestar su malhumor: “Sería nefasto para el propio Gobierno impugnar la elección” en la CGT por “pedido del mercantil Armando Cavalieri y el lucifuercista Oscar Lescano”, escribió en su cuenta de Twitter. Desde la cartera laboral prefirieron no responderles a los hijos del pope cegetista, insistieron en que se trata de un “trámite ordinario” y que esperarán la respuesta de la de la CGT para “analizar” la situación.

Pablo, secretario adjunto de camioneros, dijo que “el cuerpo de abogados de la CGT ya está trabajando para presentar todas las actas y demostrar que las elecciones se convocaron de acuerdo con las leyes y los estatutos” que rigen en la central sindical. “Todo se hizo en tiempo y forma”, ratificó Pablo, que no dudó en volver a cargar contra el Gobierno y calificó la intervención de la cartera laboral como “un tema netamente político con tal de sacarlo a Moyano” de la secretaría general de la CGT.

El malestar de los Moyano se produjo luego de que el Ministerio de Trabajo enviara a la central sindical un pedido de información sobre la reunión cuestionada “por un conjunto de sindicatos integrantes de la CGT, con un plazo legal de diez días para responder al mismo. Los gremios antimoyanistas presentaron ante la Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales de ese ministerio una impugnación a la reunión del Consejo Directivo Nacional –que decidió la convocatoria al congreso del 12 de julio para elegir nuevas autoridades de la central– donde cuestionan “la composición y quórum” de ese encuentro.

Pero el moyanismo salió a cuestionar la decisión ministerial. “Si el Gobierno además de no respetar la institucionalidad de la CGT decide meterse en la elección a través del Ministerio de Trabajo sería una muestra de sus limitaciones políticas”, señaló Facundo a través de Twitter. “Hace más de 15 días que la propia viceministra de Trabajo, Noemí Rial, anticipó la postura que adoptaría el Ministerio de Trabajo, ante un pedido de impugnación” y “ella había adelantado que si había un pedido de impugnación podría suspenderse el congreso” de la CGT, volvió a twittear Facundo.

En el Ministerio de Trabajo no respondieron a los Moyano y ratificaron el comunicado en el que dieron traslado a la CGT de los motivos de la impugnación a partir del cual rige un plazo legal de diez días para responder. “Es un trámite ordinario, no hay nada raro”, insistieron en la cartera laboral. El moyanismo, en cambio, no quiere saber nada de la intervención del ministerio en la disputa por la conducción cegetista.