Por Pablo Feldman
Desde Rosario

Fue una de las cosas inesperadas de la primera vuelta: Elisa Carrió casi gana la provincia de Santa Fe –no llegó por milímetros y quedó virtualmente empatada con Menem– y realizó su mejor votación. Con el 25 por ciento del voto provincial en el bolsillo, la candidata del ARI no necesitó preguntarse qué había pasado. Otro número le daba la respuesta: en Rosario, la ciudad que gobierna el socialista Hermes Binner, logró un notable y único 35 por ciento. Estos resultados cambiaron el panorama de la relación ARI-PS, que ya tuvo tormentas y divorcio, y alimentó la candidatura de Binner a la gobernación provincial. En este diálogo, el intendente da su razonamiento sobre lo que pasó, adelanta qué hará su partido el 18 de mayo y explica las coordenadas de la relación con Carrió.
–¿Qué evaluación hace de las elecciones del domingo pasado?
–En principio hay que decir que desde el domingo en Santa Fe estamos atravesados por una información que fue creciendo hasta transformarse en un drama, que es el tema de las inundaciones en la capital provincial. Y esto ha nublado todo razonamiento político posterior. En relación con las elecciones lo más llamativo es que al revés de lo que sucedió hace dos años, se registró el más bajo índice de votos negativos, es decir blancos o anulados. En su momento, en Santa Fe el índice llegó a ser casi el 50 por ciento. Después de eso, lo más relevante es que el 75 por ciento de los argentinos votaron por no volver al pasado.
–¿Cómo explica que Elisa Carrió sacó en la provincia 10 y en Rosario 20 puntos más que la media nacional?
–Realmente es llamativo el voto al ARI en Santa Fe... más del 25 por ciento en la provincia y casi el 35 por ciento en Rosario.
–Además de ser “llamativo”, obligará al socialismo a revisar la decisión de haber roto con el ARI. Sobre todo cuando ella dijo esa misma noche que va a trabajar para que usted sea gobernador, “sin pedir nada a cambio”.
–Sí, es así, y yo creo que esto se mantiene más allá de algunas diferencias que hubo a nivel nacional. Yo estoy seguro de que en el futuro nos vamos a encontrar transitando el mismo sendero.
–Imagino que desde el domingo su candidatura a gobernador habrá cobrado mayor impulso.
–En realidad, nosotros no estamos hablando de nombres, sino que estamos hablando “del qué y del cómo”. Es decir de programas, de lo que se necesita para cambiar el sentido en la provincia de Santa Fe y cómo sumamos fuerzas para poder alcanzarlo.
–¿Qué hay de diferente esta vez de lo que fue la fallida experiencia de la Alianza?
–Nosotros de lo que queremos hablar es de “coalición”, que es una forma de construcción política muy distinta a una alianza. La experiencia de la Alianza ha sido frustrante porque no se reflejó en el programa electoral y menos aún en el cumplimiento de los puntos acordados. Pero sí creemos que es necesario avanzar hacia una coalición porque allí se debatirían básicamente puntos de entendimiento entre las partes, proponer en forma común luego de esos acuerdos y, si se da la alternativa de gobernar, hacerlo en función de esas propuestas.
–¿Eso fue lo que separó a los socialistas del ARI?
–Yo diría que eso fue lo que más nos preocupó, porque ya lo habíamos vivido con Chacho Alvarez y Graciela Fernández Meijide en el Frepaso y luego con Fernando de la Rúa, y a estar por los ejemplos que nos dan el Frente Amplio en Uruguay, la Concertación en Chile, y el propio PT en Brasil, necesitamos construir estructura política y hay que trabajar en ese sentido. Hay un paso en la realidad argentina que es decir lo que uno piensa, y hacer lo que se dice. Esto es lo que no se ha hecho en los últimos gobiernos, y así nos fue...
–¿Pero en cualquier caso es con el ARI que ejercerá un marcado liderazgo a través de Carrió?
–Usted sabe que hubo disidencias a nivel nacional para poder acordar, y es evidente que ambas partes tenemos responsabilidad y culpa. Pero de aquí en adelante tenemos que pensar en otra forma de construir y creo que también vale como experiencia. Nosotros valoramos mucho la actitud de Elisa Carrió, una actitud valiente y decidida, estamos seguros de que se trata de una figura que tendrá relevancia en el futuro del país. Pero hay que construir esta forma nueva de política y eso va a demandar mucho diálogo, confianza y generosidad.
–¿Cómo puede incidir en ese proceso el resultado del ballottage?
–Eso lo veremos con el tiempo, pero los socialistas recién vamos a decidir qué vamos a hacer el 18 de mayo pasado mañana en la reunión del Comité Ejecutivo. Sin embargo, le puedo adelantar dos cosas: no vamos a apoyar a Menem –que sería una vuelta al pasado– y lo otro es que no somos abstencionistas ni vamos a votar en blanco.