EL PAíS › ALLANAMIENTOS EN LA CAUSA QUE INVOLUCRA A LOS SCHOKLENDER
› Por Irina Hauser
El juez federal Norberto Oyarbide volvió a poner ayer el foco en las financieras donde Sergio y Pablo Schoklender cambiaban cheques que la Fundación Madres de Plaza de Mayo (de la que eran apoderados) recibía con fondos para construir viviendas sociales. Ayer a la tarde allanó dos cuevas ubicadas en San Martín y Lavalle y la financiera Lebe, en avenida Corrientes. Estarían vinculadas con Fernando Caparrós Gómez y su socio Daniel Laurenti, citados a indagatoria mañana como presuntos encubridores de lavado de dinero. Además, la reciente declaración de un prestanombre refuerza la hipótesis del juzgado de que la imprenta Pasart –que manejaba el menor de los Schoklender– se habría utilizado para justificar gastos con dinero de Madres.
Lebe es el nombre bajo el cual se habría reciclado la financiera Monetización, de la firma Tivenwest, de Caparrós Gómez y una mínima participación de Laurenti. Caparrós era el dueño original de Meldorek, firma que le vendió a Sergio Schoklender junto con dos aviones. Meldorek, según le imputó el juez a Schoklender, se utilizó para desviar fondos recibidos por las Madres. Algunos cheques se depositaban, otros se cambiaban en las financieras. Los Schoklender sostienen que era para poder hacerse de efectivo que permitiera pagar sueldos y proveedores cuando el Estado se demoraba en el pago de las obras. En el juzgado creen que se quedaban con el dinero o lo usaban para otros fines no previstos, y que desviaron cerca de 280 millones de pesos.
En los nuevos allanamientos a las financieras se incautó documentación que estaría vinculada con la operatoria. También están en la mira por presunto encubrimiento dos firmas agrícolas, que ofrecían el beneficio de tener una importante reducción del impuesto al cheque. De Cabaña Agropecuaria el Zonda, están citados para hoy como imputados su titular, Pablo Javier Sette, y su director suplente, Adolfo Daniel Bus. De Agropecuaria Monteleón será interrogado su titular, Mariano Moncada.
Entre tanto, se conoció que en su indagatoria, Eduardo Moreira Martínez admitió que había prestado su nombre como socio de la imprenta Pasart, que manejaba Pablo Schoklender, y que según sospechan en el juzgado habría tenido una función de pantalla similar a Meldorek y Antártica. “Eramos todos empleados en situación de necesidad y no podíamos negarnos a lo que él (Pablo) nos pedía”, dijo. Explicó que le había pedido un préstamo a Pablo para arreglar su casa y él le contraofertó ponerlo como socio para poder tener un préstamo bancario. En la causa habría constancia de que Pasart le facturaba trabajos de imprenta a la fundación. Según Moreira “Pasart y la imprenta de las Madres eran lo mismo” y se hacía “lo que Hebe, Sergio o Pablo pedían”.
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