Mié 11.07.2012

EL PAíS  › LOS GREMIOS QUE APOYAN LA CANDIDATURA DEL METALúRGICO CALó DESCONOCIERON EL CONGRESO QUE REALIZARá MAñANA MOYANO

Crónica de una fractura anunciada en la CGT

En la sede de la Unión Obrera Metalúrgica, Smata, Uocra, Comercio, Luz y Fuerza, Sanidad y alimentación, entre otros, postularon al líder de la UOM y anunciaron un confederal para el 23 de agosto y un congreso para el 3 de octubre. Se divide la central sindical.

› Por Julián Bruschtein

Como una historia de la que ya se conoce el final mucho antes de que suceda, la CGT quedó formalmente partida. El sector gremial que apoya la candidatura del metalúrgico Antonio Caló convocó ayer a una reunión de consejo directivo en la que definieron el cronograma electoral de la central obrera: el 23 de agosto se realizará el Comité Central Confederal y el 3 de octubre el congreso extraordinario para elegir autoridades en el microestadio del club Obras Sanitarias, chocando con el que ratificó el líder camionero Hugo Moyano que se realizará mañana en el microestadio de Ferro. El metalúrgico Antonio Caló fue electo candidato oficial para liderar la central obrera.

“Va a haber dos CGT. Veremos con el tiempo la legitimidad de cada una”, aseguró ayer el metalúrgico Caló apenas finalizado el encuentro en el que el sector que lo apoya determinó las fechas para normalizar la cúpula de la CGT. El debilitamiento interno de la figura de Moyano empujó a los gremios que no acordaban con su liderazgo a enfrentar las decisiones del líder cegetista. “Moyano va a seguir haciendo lo que quiere y por eso se queda afuera de la central. Que quede claro que es por decisión suya y no porque nosotros lo pongamos afuera de la CGT”, confió a Página/12 un dirigente sindical que participó de la reunión. Tras el encuentro difundieron un documento en el que llamaban “a superar los falsos personalismos divisionistas, los agravios, las descalificaciones disuasivas, el debate mediático y las ambiciones individuales”, en un claro mensaje dedicado al camionero, aunque sin nombrarlo.

Durante ocho años la CGT fue encabezada por el moyanismo y sus aliados. A partir de un acuerdo con el gobierno del ex presidente Néstor Kirchner en el 2003, el camionero finalizó su proceso de reintegración a las filas de la central obrera que había abandonado en la década de los ’90. En un inicio la CGT funcionó con un triunvirato que no duró más que un año, hasta que el fortalecimiento de su figura le allanó el camino hacia la secretaría general. El férreo apoyo que había mostrado Moyano hacia el kirchnerismo comenzó a desplomarse cuando sus pretensiones políticas lo llevaron a presionar públicamente a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para que el vicepresidente fuera de la CGT, entre otros cargos públicos. Su estrategia para lograr cargos en las elecciones de octubre del año pasado lo empujó fuera del escenario y terminó de acelerar el proceso de alejamiento de las políticas de la Casa Rosada. La pérdida de la relación con el kirchnerismo profundizó su debilitamiento interno, viejos aliados como el taxista Omar Viviani o el portuario Omar Suárez le soltaron la mano, y se generó el reagrupamiento mayoritario en su contra. Después del débil paro y de la movilización a Plaza de Mayo con el sindicato de Camioneros a la cabeza, los antimoyanistas llamaron al congreso del 3 de octubre luego de impugnar la convocatoria de Moyano.

“Esta CGT que se está armando no es anti nada, es una CGT al servicio de los trabajadores”, señaló Caló al finalizar el encuentro en la sede de su sindicato. La cita a la sesión de consejo directivo la efectivizó el secretario adjunto de la CGT, Juan Belén, también adjunto de Caló en la UOM. Allí asistieron “13 de los 25 integrantes del secretariado”, informó el dirigente de Sanidad Héctor Daer, que ofició de vocero de la reunión y puntualizaba sobre el quórum logrado para poder iniciar el cónclave y sostener la convocatoria del cronograma electoral, diferenciándose de la reunión del consejo directivo del 24 de abril desde la que convocó Moyano, que fue impugnada ante el Ministerio de Trabajo por “falta de quórum”. Daer explicó que “se va a convocar a la totalidad de las organizaciones sindicales a dejar de lado mezquindades y egoísmos para que todos podamos transcurrir un proceso electoral que nos contenga a todos”. El sector liderado por Caló contabiliza treinta y cinco cargos, diez vocalías y veinticinco secretarios generales, cuyos cargos son personales por lo tanto no son delegables.

En el encuentro habían analizado “el dictamen del Ministerio de Trabajo”, que anuló las decisiones tomadas en la reunión de consejo directivo del 24 de abril, que puso en funcionamiento la elección convocada por Moyano. Después de más de tres horas de deliberaciones dieron a conocer una declaración consensuada en la que destacaron que “los trabajadores no tienen abanderados ni mucho menos dueños”, a la vez que se proponen “una conducción independiente de los poderes del Estado, de los gobiernos y de los intereses foráneos, pero integrada y constructora de los puentes necesarios para alcanzar acuerdos indispensables y los objetivos fundamentales”.

A pesar de las declaraciones del sector moyanista en contra de la reunión y la convocatoria (ver aparte), Daer sentenció que “CGT habrá una sola, que es la que tenga legitimidad y legalidad y que exprese a la mayoría del movimiento obrero, y será la que sea electa el día 3 de octubre”. Por primera vez los líderes cegetistas ungieron a Caló como candidato oficial para la secretaría general. “Los compañeros que estuvieron presentes decidieron por unanimidad que el secretario general de la nueva CGT sea Antonio Caló”, aseguró el propio metalúrgico entusiasmado por la confirmación oficial de su candidatura después de meses de mantenerse en el freezer por los enfrentamientos con el sector moyanista. “Estamos en condiciones de funcionar como un secretariado de la CGT. Esto ya está, no se puede impugnar más”, sostuvo Caló desestimando que Moyano pudiera presentar ante el ministerio una impugnación.

Así la CGT confirma su camino hacia la ruptura –dejando de lado la CGT Azul y Blanca de Luis Barrionuevo que continuará fuera de la CGT– con el primer mojón que será mañana cuando Moyano concrete su congreso en el microestadio de Ferro y sea reelecto por los gremios que lo apoyan. Luego habrá que ver la estrategia que se dan los moyanistas para limar el proceso iniciado ayer en la UOM por los gremios mayoritarios –Comercio, UOM, Smata, Uocra, entre otros– hasta el 3 de octubre. A partir de allí, la pelea se trasladará a los tribunales, donde la Justicia tendrá que determinar quién será el portador de la personería gremial.

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