“Todo se mantiene en el cauce normal. Por ahora, nada ni nadie va a poder modificar lo que hemos decidido, ni una supuesta reunión del secretariado ni nada que se le parezca”, aseguró ayer el líder de la CGT, Hugo Moyano, luego de enterarse de la reunión y la convocatoria a un nuevo congreso para elegir autoridades que realizaron sus detractores. A días de la fecha indicada por Moyano, la CGT entró en zona de definición y se encamina hacia su ruptura.

“Eso fue un encuentro gastronómico o no sé qué cosa”, ironizó Moyano sobre la reunión que mantuvieron sus opositores y apuntó que “sólo existirá un una sola central obrera a partir del jueves y la conduciré yo”. Molesto por el camino que tomó la interna de la central obrera, Moyano reunió ayer a cientos de trabajadores en la sede de la CGT de Azopardo para diferenciar su accionar en el conflicto por los supermercados Eki y para hacerse de un público fiel al cual dirigirse. “Esos se la dan de grandes dirigentes, pero cuando tienen que poner lo que tienen que poner se asustan o se asocian con las patronales”, sostuvo Moyano y agregó que “ellos están al calor de los funcionarios de turno o de los empresarios patronales, ésa es la diferencia conmigo”.

Con la interna en plena ebullición, el moyanismo ve que su estrella se apaga lentamente en la conducción de la CGT. De líder incuestionado pasó a perder fuertes e importantes aliados sindicales, a la vez que también se fue aislando políticamente. El fin de su alianza con el kirchnerismo inició una debacle hacia adentro y hacia afuera del mundo sindical, que lo fue debilitando poco a poco. El paro de transporte de combustible en medio de la negociación paritaria del sindicato de Camioneros, que dejó al borde del desabastecimiento y el paro y la movilización –con muy poco apoyo de otros gremios– que llevó a la Plaza de Mayo terminaron de evidenciar las dificultades de convocatoria en las que se encontraba. Los opositores a su candidatura se reunieron ayer y después de analizar “el dictamen que anuló la convocatoria de Moyano”, impulsaron su propio cronograma electoral: el 23 de agosto se realizará el Comité Central Confederal y el 3 de octubre elegirán al metalúrgico Antonio Caló como secretario general de la CGT.

“Los escuchamos decir que Moyano ya cumplió un ciclo, pero ojalá hicieran un porcentaje pequeño del sacrificio que hace nuestra organización para que se respete la dignidad de los trabajadores”, dijo Moyano a los trabajadores de la rama Logística de su gremio. El acto fue pensado junto a los gremios aliados al camionero para que los ex trabajadores de Eki pudieran “agradecer” al líder cegetista sus intervención en el conflicto.

“Pudimos reincorporar a los trabajadores de nuestra organización, pero el secretario general de la otra no sé qué negoció, pero no pudo, por lo menos que cobren los sueldos caídos”, apuntó contra el gremio de los Empleados de Comercio, que encabeza Armando Cavalieri, referente de los Gordos que siempre fueron opositores al moyanismo. Lo escuchaban los despedidos que luego de cobrar sus indemnizaciones lograron ser reincorporados a la cadena Carrefour Express.

Moyano sostuvo que “estas actitudes” de sus opositores “no tienen nada que ver con la realidad porque no tienen respaldo jurídico”. En cambio, aseguró que los “fortalece la legitimidad que nos dan los trabajadores” y señaló al salir del acto sobre la convocatoria de sus opositores que no sabía “cómo decidieron eso”, y agregó que “por ahora, nada ni nadie va a poder modificar lo que hemos decidido” y que los reclamos de la agenda de la CGT “no se van a modificar, ni debilitar ni mucho menos. Al contrario se van a fortalecer”.