EL PAíS
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Replicando a Goebbels
Por Alicia Oliveira *
Hacia dónde va la democracia es una pregunta que desvela hoy a politólogos, juristas, sociólogos y economistas. El desdibujamiento de un horizonte democrático preocupa seriamente a los ciudadanos y a los parias de ciudadanía. Es cierto que la situación planetaria no parece alentadora, aun cuando el desaliento adquiere forma, figura y color conforme la región donde los hechos ocurren.
El derecho al voto y a elegir libremente es una de las condiciones de la democracia. Las elecciones presidenciales en la Argentina nos han ofrecido un número considerable de candidatos. Y llegamos sin obstáculos a la segunda vuelta. Ahora la tarea de elegir parece menos compleja. Durante estas semanas sólo debemos prestar atención a lo que propone la primera y la segunda minoría.
Los medios masivos de comunicación facilitan esta tarea y justo es decir que el centimetraje de presencia –que tanto preocupa a los políticos– es superado.... ganado... por Carlos Menem. Es difícil encender el televisor sin encontrar su cara u oír su voz. Desde allí explica su política de gobierno y se muestra seguro de un triunfo por muchos puntos. Sin embargo, guarda en la manga –como as tramposo– la denuncia del fraude para el caso de que los hados le fueran adversos. De esta manera justificará su derrota.
Impresiona su imagen ante las cámaras: con cara adusta y gestos nerviosos denuncia a su contendiente. Y para ello utiliza imágenes del pasado que recuerdan viejas fotos en sepia o hacen pensar que ya ha entrado en la etapa de la memoria retrospectiva.
Produce un efecto de sórdido terror en los votantes. Y entonces promete poner el ejército en la calle para librarnos de todos los males que profetiza. Porque ésa es otra estrategia que esgrime: un país de catástrofe del cual sólo él podrá librarnos.
Ante tanto anuncio de desgracias, un periodista televisivo le preguntó cómo haría para resolver tantos y tamaños problemas. A lo que respondió con sonrisa socarrona: “Usted olvida lo que dijo Maquiavelo: la política es el arte de lo imposible” (nadie –claro– le recordó que lo que Maquiavelo dijo fue: “la política es el arte de lo posible”).
La cuestión es que semejante error no es un simple equívoco o una nueva muestra de ignorancia; devela un pensamiento autoritario porque destruye cualquier concepción de la política como herramienta para la construcción del bien común.
En la Alemania nazi donde el horror se institucionalizó como política, Goebbels decía que la política era “el arte de hacer posible lo que parecía imposible”. Y entre nosotros parece que el pensamiento de Menem replica al de Goebbels.
Si tenemos que respondernos a la pregunta ¿hacia dónde va la democracia? me parece que si de algo podemos estar seguros, es que no va por ninguno de los caminos que señala Menem.
* Defensora del Pueblo de la
Ciudad de Bs. As.