EL PAíS
› ANIBAL IBARRA, JEFE DE GOBIERNO PORTEÑO
“En este escenario, no hay dudas”
Aunque “no doy cheques en blanco”, piensa que Kirchner en el poder puede abrir “una perspectiva” diferente para el progresismo y para el país, aunque no deja de señalar que también lo rodean dirigentes o gobernadores que expresan lo peor de la política. Sus diálogos con Carrió y su confianza en que “el Pato Donald” no puede ganarle en su ciudad.
› Por Santiago Rodríguez
Aníbal Ibarra ratifica que el próximo domingo va a votar a Néstor Kirchner y asegura que no tiene dudas porque Carlos Menem “significa el regreso a lo peor de nuestro pasado”. También dice que el santacruceño expresa “un perfil de desarrollo nacional y productivo” y que su eventual llegada a la Casa Rosada “abre una perspectiva”. Aun así, el jefe de Gobierno porteño no oculta sus dudas. En su caso no habla de “reservas morales” como Elisa Carrió, pero sí aclara que no da “cheques en blanco” y destaca que entre quienes acompañan a Kirchner “hay dirigentes políticos o gobernadores que expresan lo peor de la política”.
–Usted anunció que va a votar a Kirchner. ¿Lo hace porque está convencido o porque no le queda otra?
–El mismo domingo a la noche dije que en el escenario de ballo-
ttage entre Menem y Kirchner no tenía ninguna duda y lo hice sin ningún tipo de especulación porque también aclaré que no me interesaba cuál fuera la posición de Kirchner en la ciudad. No tengo dudas, realmente, que Menem significa el regreso a lo peor de nuestro pasado y que si bien no todo lo que acompaña a Kirchner no es renovador y hay muchas cosas de la vieja política, expresa la posibilidad de una renovación y un planteo de una perspectiva de desarrollo económico diferente a la de Menem. La de Menem tiene un perfil basado en la importación, la ganancia financiera y la especulación, mientras que lo que expresa Kirchner es un perfil de desarrollo nacional y productivo, de aumento de la capacidad de consumo de la población y exportador. Se abre una perspectiva, habrá que ver cómo se anda y se transita esa perspectiva. No es que sea el espacio político que uno imaginó ni con el que uno se entusiasmó.
–¿Qué acompañantes de Kirchner no expresan la renovación?
–Hay dirigentes políticos o gobernadores que expresan lo peor de la política, el clientelismo, la política basada en el aparato; son cosas que uno no comparte y con las que ha confrontado en la pequeña vida política que ha tenido. No alcanza con oponerse a una política regresiva, ultraliberal, guerrerista, alineada brutalmente con Estados Unidos y represiva como expresa Menem, para que todo
lo que esté en frente de eso sea bueno. También es cierto que
Kirchner está haciendo una suerte de teorema de Baglini al revés: a medida que se acerca más a la posibilidad de ser presidente reafirma más sus posiciones independientes y hasta progresistas y eso abre una interesante perspectiva. En las elecciones lo que quedó consagrado es que la gente en las urnas sepultó al esquema político que en la calle había explotado aquel diciembre de 2001. Es como que la gente, en sus diferentes formas y hasta opuestas, si que se quiere en términos ideológicos, votó hacia adelante y no hacia atrás.
–¿Hasta qué punto cree que el apoyo del aparato duhaldista puede condicionar a Kirchner en su gestión?
–Va a depender de lo que haga Kirchner más que de lo que pueda hacer el aparato; de si se apoya en la sociedad que lo va a respaldar en la segunda vuelta y profundiza el despegue del desarrollo económico, redistribuye mejor la riqueza y tiene una posición independiente a nivel nacional. El aparato condiciona mucho cuando hay debilidad política y cuando no hay relación con la gente. Cuando la gente participa masivamente y apoya, el aparato bonaerense ha sido derrotado más de una vez así que invulnerable no es.
–Como dice, se verá sobre la marcha, pero ¿qué supone hoy que hará Kirchner? ¿Qué camino cree que va a tomar?
–Abro el crédito. Desde nuestro espacio político vamos a intentar que se profundice el camino de ruptura con todo un sistema que estalló por los aires. Creo que la centroizquierda o el progresismo, si así se lo quiere llamar, tiene mucho para apostar en ese proceso. Por eso estoy trabajando en la ciudad con todo ese espacio, con la propia Lilita que hizo una muy buena elección.
–¿A Kirchner lo considera progresista?
–Sin duda, integra este espacio con las contradicciones que pueda tener y hay un camino posible que va a depender de la correlación de fuerzas, de las convicciones, de la fortaleza y de hacia dónde dirige la política; si transita ese camino o empieza funcionar el teorema de Baglini en el sentido de su dictado original.
–¿Va a votar a Kirchner con reservas morales, como Carrió?
–No quiero utilizar las mismas expresiones. En política no doy cheques en blanco y la sociedad tampoco. Con esa reserva, uno tiene una mirada de que es posible transitar este camino del que hablaba antes, de una Argentina que vuelva a generar empleo, en la que la industria nacional pueda tener un mercado que consuma los bienes y servicios que produce, donde las cuentas fiscales también estén en orden y un Estado fuerte.
–¿Es posible que el espacio de centroizquierda se acerque de modo institucional a Kirchner en la semana que resta para el ballottage?
No me imagino a nadie de este espacio votando a Menem y lo hemos dicho desde nuestros lugares. Es posible y no lo descarto, pero lo más importante es ese posicionamiento público; decir dónde uno está parado y qué quiere construir. En ese sentido, todos los que anunciaban el fracaso de Carrió también se estrellaron contra la realidad. Carrió hizo una elección excelente sin recursos, sin fiscales en muchos lados, sin estructura. Hay desde donde plantarse para construir hacia adelante. Tenemos que aprender de nuestros errores y tener una visión amplia.
–A usted se lo ve más convencido que a Carrió de acercarse a Kirchner. ¿Lo ha hablado con ella?
–No creo que haya diferencias sustanciales, sino formas distintas de transmitir nuestras convicciones. Estoy hablando bastante con Carrió y compartimos la visión de que por más que haya un respaldo masivo para Kirchner no significa que prevalezcan en los hechos las cosas que necesitamos en la Argentina, pero entendemos que es posible de alcanzar.
–A propósito de las diferencias, Carrió dice que usted es más ambiguo que ella, que tiene posiciones más claras. ¿Coincide con esa apreciación?
–No cuenten conmigo para ninguna polémica sobre cuestiones que no sean centrales. Soy un convencido de que en la diversidad de opiniones se crece, descreo profundamente de las estructuras cerradas, los dogmatismos, la uniformidad. Necesitamos una sociedad crítica y plural y la fuerza muchas veces está en las diferencias, buscando siempre algo que nos contenga. Es algo que muchos sectores de izquierda por ahí no entienden, creyéndose el centro del mundo. Siempre busqué sumar, estoy muy contento con el espacio que armamos en la ciudad e hice un reconocimiento público a Carrió porque me dio el apoyo para la Jefatura de Gobierno sin ningún tipo de especulación y sin pedir nada a cambio. Esas son las cosas que nos enaltecen y nos ayudan a crecer.
–¿Qué debería hacer Kirchner, por ejemplo, con la Corte Suprema?
–Hay que apuntar a aquellos miembros que tienen hechos de mayor sumisión en la ilegalidad al poder político y avanzar en sus casos. No es bueno emblocar porque no todo es lo mismo.
–¿Qué lectura hace del desempeño electoral de Ricardo López Murphy?
–Hizo buena elección arrancando de muy abajo y expresó a diferentes sectores, como los más conservadores del radicalismo e independientes. De todas maneras, no fue la excelente elección que anunciaban y tendrá que seguir trabajando para consolidarse. El programa político que postuló es el de la derecha más neoliberal y yo confronto profundamente con esa idea de Estado autoritario que produce grandes diferencias en la sociedad.
–En la ciudad justamente ganó López Murphy.
–Sí, pero sacó bastante menos que el 33 por ciento que Cavallo tuvo en su momento. En la ciudad, si se suman los votos de Kirchner y Carrió y los de Menem y López Murphy la elección es pareja. En esta ciudad, donde el voto tiene mayor contenido ideológico, la elección de jefe de Gobierno va a ser interesante porque no sólo va a estar en el tapete la gestión, sino también las cuestiones de política nacional.
–¿Y de la elección de los socialistas, que son socios suyos, qué opina?
–Ellos tienen que hacer su análisis y no me voy a introducir cuestiones internas. Sí puedo decir que era más necesario conformar un espacio de Bravo con Carrió y que los votos del socialismo aportaran a ese espacio. Cuando no se hacen las cosas que desea, la gente castiga y creo que muchos votos que eran socialistas fueron a una opción más relevante en términos electorales como Carrió.
–En cuanto a la ciudad, ¿le preocupa que aparezcan nuevos candidatos a partir de la reapertura del proceso electoral? En su momento se habló de que Kirchner, si llega al gobierno, podría tratar de instalar un candidato, de López Murphy o de la misma Carrió.
–Cada uno tendrá la decisión y es una atribución propia presentarse o no. Respecto de instalar un candidato, me pongo en la cabeza de Kirchner y no creo que trate de poner un candidato para después de dos meses de asumir como presidente sacar el 3 o 5 por ciento de los votos. Sería subestimar a la sociedad inventar un candidato de la nada; hoy no es que el Pato Donald se pone la camiseta de un partido y gana.
–¿Conversó con Carrió para modificar las listas de Fuerza Porteña en función de los resultados de las presidenciales?
–Afortunadamente con Carrió hablamos de temas más generales e importantes. Pero quiero decir que estoy muy contento en términos personales y políticos con el espacio que hemos articulado y con ese espacio al próximo proceso electoral. Estoy muy contento con la decisión de haber puesto a Daniel Filmus como candidato a vicejefe. Hay un nuevo proceso con lo cual hay que ratificar a todos los candidatos; podrá haber algún planteo y lo hablaremos, pero sustancialmente esto se mantiene.
–¿Puede llegar a plantearse un acuerdo con Kirchner a nivel local?
–Es posible, cómo no. Mi criterio siempre fue ampliar con contenido; si hay coincidencias en esto con todas las demás fuerzas que integran el espacio en la ciudad se tomará una decisión en conjunto y colectiva.
–Usted hizo un alto en su campaña cuando secuestraron a la hermana de Mauricio Macri. ¿Le parece, como dijo su jefe de campaña, Carlos Campolongo, que Macri hizo una utilización política del caso tras la liberación de la joven?
–No cuenten conmigo tampoco para politizar un tema dramático y personal. No voy a polemizar en un caso como ése.