Las reuniones se llevan a cabo en el Salón Belgrano, en el quinto piso de Economía. “Aquí es donde se firmaban los acuerdos con el FMI”, explica un asistente. Se buscó resaltar el contraste: ahora, poco más de una década más tarde, un grupo de casi ochenta intendentes de la provincia de Buenos Aires, el distrito más importante para la economía argentina, articula directamente con el gobierno nacional un plan de obras públicas que, en un momento en el que la crisis económica estrecha los fondos, atiende a lo que desde el Ministerio de Planificación, encargado de llevar adelante esta iniciativa, llaman “una típica lógica keynesiana”. Lo que comenzó como iniciativa de un grupo de jefes municipales que buscaban afianzar una línea directa de diálogo con la Casa Rosada hoy es una de las vigas principales de la relación, que cobró especial importancia a la luz del adelantamiento de la carrera por la sucesión presidencial y los desajustes políticos y económicos por los que pasa la administración bonaerense.

“La gobernabilidad nace en la actividad municipal. No olvidemos que la carrera política del ex presidente Néstor Kirchner comienza como intendente de Río Gallegos. Todos los ciudadanos argentinos viven en un municipio y está clara la importancia vital de toda la actividad municipal.” La definición pertenece al ministro Julio De Vido, el encargado de llevar adelante esta relación con los intendentes, bajo estrecha supervisión presidencial. La dinámica es sencilla: cada municipio plantea de forma directa, a través de reuniones grupales, proyectos de obras que atiendan a las necesidades de infraestructura, pero también que generen “mucho empleo”, definen cerca cuyo. “Entre un proyecto que dé cinco puestos de trabajo y uno que dé veinte, la prioridad es para el que da veinte”, grafica uno de los jefes municipales que participaron.

El proyecto está dividido en tres etapas para desarrollar las iniciativas que comenzarán a ejecutarse en el último trimestre del año: luego de una rueda de reuniones preliminares, desde hace dos semanas se está llevando a cabo una segunda etapa, en la que cada intendente cuenta con cinco minutos para presentar sus propuestas. “Esto permite que entre ellos vayan retroalimentándose con ideas y coordinando trabajos que tienen lugar en más de un municipio”, explica un asistente. El cierre está a cargo de De Vido, quien hace una lectura política de coyuntura. Hasta ahora ya pasaron los de la primera y segunda sección, esta semana será el turno de los de la tercera.

Se trata en su mayoría de obras vinculadas con necesidades inmediatas (cloaca, agua potable, redes de gas y eléctrica) o con espacios públicos (plazas, polideportivos, teatros, pavimentos). La Televisión Digital también aparece en la lista de asuntos que llevan los intendentes a las reuniones. “Ese sería el plan 2012-2013 que apunta a obras que se ejecuten pronto para inyectar dinero en este momento de crisis internacional, y se trata de planes de menos envergadura”, detallan en el entorno de De Vido. Los proyectos aprobados se presentarán en la tercera vuelta de reuniones, que se llevará a cabo en el microcine del edificio. También está previsto que haya, antes de fin de año, un encuentro cara a cara con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Según proyectan, el año próximo se repetiría la experiencia, pero para desarrollar obras de aliento más largo, en un plan que iría de 2013 a 2015.

Hablando de 2015: las diferencias entre el gobierno nacional y el de la provincia aparecen como telón de fondo de los nuevos lazos entre la Casa Rosada y los intendentes, pero “no los definen”, aseguran en el Ministerio de Planificación. “Esto no es contra Scioli. Sí a lo mejor fue un error que se haya adelantado la cuestión electoral”, opina un jefe comunal. “Al principio esto surge como un reclamo de los intendentes porque la provincia bajaba las obras por un tema presupuestario –agregan en el ministerio–. Nosotros creemos lo contrario; la Presidenta lo ha explicado bien: en estos momentos hay que redoblar los esfuerzos para así generar más empleos.”