Un fantasma con inquietantes consecuencias institucionales está rondando sobre la última semana de la campaña previa al ballottage. Cada vez con más fuerza, la posibilidad de que Carlos Menem retire su candidatura por temor a una derrota aplastante en la segunda vuelta se ha convertido en el centro de los rumores, los movimientos y las declaraciones de las dos fórmulas presidenciales. El rumor resonó ayer con insistencia entre los miembros del Gobierno, y se convirtió en el tema del día luego de que Eduardo Duhalde pronosticara que Menem “no se presentará” en la elección del 18 de mayo. La reacción menemista no tardó en llegar: el propio Menem negó que piense bajarse (“Nunca pasó por mi mente abandonar esta lucha”) y aseguró que Duhalde “algo debe temer” si insiste con su “campaña” de anunciar su eventual renuncia al ballottage del 18 de mayo.
El espacio que Duhalde tiene los sábados en Radio Nacional nunca se caracterizó por las declaraciones explosivas. En general, el contenido es bastante protocolar o burocráticamente informativo sobre la gestión. Pero eso fue hasta ayer, cuando el periodista que lo entrevista cada semana le recordó sus dichos “vinculados con el ex presidente Menem” (que perdía por K.O. o perdía por abandono). Duhalde, entonces, respondió con la frase que exasperó a su rival de siempre y a todo su entorno:
–Dije simplemente de lo que estoy convencido. No le quiero jugar una apuesta, pero el sábado que viene va a ver que lo que yo decía no era... Digo el sábado porque realmente creo que (Menem) no se va a presentar -contestó Duhalde.
–¿Usted cree que no se va a presentar? –repreguntó su partenaire.
–Es lo que creo. Pero no tiene importancia, el sábado conversamos -añadió el Presidente y dio por terminada la entrevista.
El pronóstico de Duhalde irritó profundamente a Menem y a todo su equipo de campaña. Desde allí hicieron cola para criticar al bonaerense. “Algo debe temer, porque inició esa campaña apenas perdió las elecciones del 27 de abril”, dijo Menem, que encabezó la cruzada de respuesta a su enemigo. Para eso, el riojano volvió a hablar de “fraude fenomenal” y acusó al Gobierno por el “manejo eleccionario que se hizo con los planes sociales”. Entretanto, el salteño Juan Carlos Romero, candidato a vice, dijo que Duhalde busca –con sus dichos sobre una eventual renuncia de Menem– “viciar el proceso electoral y condicionar la voluntad popular”.
Otros operadores de Menem, como Alberto Kohan, coordinador de campaña, y su sobrino, el diputado Adrián Menem, salieron a desmentir las versiones sobre un abandono anticipado. “Son versiones que echa a correr el Gobierno”, evaluó Kohan, y consideró como “muy aventurada” la idea de aconsejar a su jefe político para que se baje de la candidatura, como ya hizo el ex represor Luis Patti. Adrián Menem, por su parte, insistió con que su tío participará en el ballottage porque “ha dicho absolutamente sí”. “Nos veremos la cara el 18 de mayo, cuando se abran las urnas, se empiecen a contar los votos y los argentinos decidan en qué país quieren vivir”, desafió al Gobierno, a Néstor Kirchner y al duhaldismo.
Cerca de los micrófonos, las declaraciones de los menemistas eran optimistas, aunque bastante menos eufóricas que las que se escuchaban antes del viernes. Ese día, en un acto en Bahía Blanca, Menem reconoció por primera vez que las encuestas lo muestran detrás de Kirchner. Ayer, sin embargo, en off the record, un allegado muy ligado a Menem admitía que Kirchner podría ganar la elección y adjudicaba al duhaldismo las versiones sobre un eventual renunciamiento del riojano. “A Duhalde le conviene que Menem se baje porque así Kirchner entra más debilitado y depende más de él”, analizaba ayer el operador del menemismo en diálogo con Página/12.
Los análisis eran muy diferentes en el Gabinete. Un ministro del Gobierno que respaldó a Kirchner desde la primera hora reconoció a Página/12 que el objetivo de Duhalde era “retrucar a Menem forzándolo a desmentir su renuncia”. Así, según el funcionario, el riojano tendría quenegar todo el tiempo las referencias sobre su abandono prematuro. Y en caso de que decidiera bajarse del ballottage, lo obligarían a contradecirse en muy poco tiempo, con el consecuente costo político. De todas formas, el ministro admitió a este diario que el Ejecutivo maneja cierta información sobre un probable retiro anticipado de Menem.
El informe llegó a través de un llamado telefónico, el jueves, cuando un dirigente que emigró del duhaldismo al menemismo se contactó con el propio Duhalde para contarle que cerca del riojano todo era “un caos” y que en su entorno habían encargado una última encuesta, que conocerán el martes, para decidir los próximos pasos. En el Gobierno creen que recién ese día Menem definirá si participa en el ballottage o se retira como un soldado que, como dice el refrán, “sirve para otra batalla”.