Francisco de Narváez no sólo rechaza la posibilidad de que los jóvenes de 16 y 17 años puedan votar, sino que también se opone a que se amplíe ese derecho a los extranjeros con dos años de residencia en el país. Aunque el dirigente de origen colombiano, diputado nacional del peronismo disidente y ex candidato a gobernador bonaerense –que amenazó con recurrir a la Corte Suprema para poder postularse a la presidencia de la Nación en 2011– dio su propia versión de lo que lo diferencia del resto de los extranjeros que podrían acceder al voto si prospera el proyecto que hoy comenzará a discutirse en el Senado: “Una cosa es residir en un país y otra distinta es estar nacionalizado”.

El diputado ya había adelantado su postura en una entrevista publicada por Página/12, donde sostuvo que los “adolescentes” de 16 y 17 años no deben votar porque “carecen de formación” y son “tremendamente influenciables”, pero también se mostró en contra de ampliar esa posibilidad a los extranjeros. Ayer decidió desgranar sus argumentos durante una recorrida proselitista por Bahía Blanca, que fueron difundidos a través de un comunicado. “La ley para permitir el voto de extranjeros en la elección nacional es otra maniobra electoral más del kirchnerismo.”

“La falta de registro de extranjeros hará que el Gobierno pueda empadronar documentos en cualquier distrito que necesite aumentar cantidad de votos”, agregó De Narváez a modo de advertencia, pero dando por sentado que el Gobierno está dispuesto a cometer fraude en las elecciones legislativas del año próximo. Una denuncia que desde distintos sectores opositores se reitera antes de cada elección y después de una derrota electoral, pero que rápidamente abandonan cuando resultan triunfadores. Como el propio De Narváez en 2009, después de vencer en territorio bonaerense al ex presidente Néstor Kirchner.

“Estoy de acuerdo en cómo son la ley y la Constitución hoy, y en contra de modificarlas”, insistió el diputado del peronismo anti K, sumándose a quienes cuestionan la iniciativa por “anticonstitucional” y para justificar la diferencia entre sus derechos adquiridos y la situación de los extranjeros que aún no los tienen: “Una cosa es residir en un país y otra distinta es estar nacionalizado, lo que convierte al extranjero en ciudadano argentino; y así, al ser ciudadano, por supuesto que puede votar”, explicó De Narváez.

El empresario de origen colombiano se naturalizó argentino en 1992, asomó a la política respaldando económicamente la candidatura presidencial de Carlos Menem en 2003 y consiguió una banca de diputado nacional en la listas del duhaldismo en 2005. En 2007, De Narváez obtuvo un fallo de la Justicia Electoral bonaerense que ese año avaló su candidatura a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Aunque en 2011, tras amagar con recurrir a la Corte Suprema para pedir que habilite su candidatura presidencial, terminó por desistir de la idea.

Sin embargo, De Narváez se opone ahora y votará en contra de que los extranjeros con dos años de residencia en el país y que –como define el proyecto que comenzará a debatirse hoy en el Senado– “manifiesten ante los jueces federales su voluntad de serlo”, accedan por ley a la condición de ciudadano “argentino naturalizado” y con derecho a voto.