La Legislatura porteña no pudo avanzar ayer en el tratamiento del traspaso de los subterráneos y el premetro a la Ciudad de Buenos Aires. El macrismo insistió en su proyecto original durante una nueva reunión conjunta de las comisiones de Presupuestos y Obras Públicas, pero la mayoría de la oposición volvió a reclamar cambios en el texto enviado por el Gobierno de la Ciudad, especialmente en los aspectos de la iniciativa que declaran al subte como un servicio esencial, limitando los derechos laborales de sus trabajadores, y en la realización de una auditoría integral sobre la concesión. El representante de PRO Martín Ocampo ratificó su postura de que el proyecto puede ser aprobado por mayoría simple, sin necesidad de la mitad más uno de los legisladores, cifra que el oficialismo todavía no ha conseguido. Desde la oposición afirman que se necesitan dos tercios de la Legislatura (40 votos) porque la iniciativa “concesiona derechos de dominio público”.

Mañana habrá una nueva reunión de las comisiones de la Legislatura, pero nada cambiaría el panorama si el PRO no admite modificaciones en el texto original que elaboró el Ejecutivo porteño. Sobre el final del encuentro de ayer, el legislador oficialista Ocampo –la voz cantante de PRO sobre el traspaso del subte– habría reconocido ante legisladores de la oposición que será difícil avanzar sin cambios en el proyecto. La idea del macrismo es intentar llevar la iniciativa al recinto el 13 de este mes, pero hasta ayer parecía difícil que lo lograra.

La principal resistencia opositora está focalizada en eliminar la declaración de “servicio esencial” a la red de subterráneos, que limita los derechos de huelga de los trabajadores, así como modifica la extensión de las jornadas laborales. Si el macrismo no cambia estos aspectos de la iniciativa, seguiría estancado en 28 legisladores alineados detrás de su postura y no lograría sumar los tres restantes para conseguir la mitad más uno de la Legislatura. A pesar de la postura pública de insistir en que sólo necesita mayoría simple para obtener su aprobación, por lo bajo en el macrismo admiten que necesitan esa cantidad para lograrlo. Mientras tanto, buscan otros artilugios legales para sortear la exigencia de tener que contar con una mayoría de dos tercios para aprobar el traspaso.

Ayer, varios legisladores opositores de distintos bloques –Aníbal Ibarra (FPP), Alejandro Bodart (MST-P. Sur) y María José Lubertino (FpV)– volvieron a coincidir en que la propuesta del PRO “avasalla derechos laborales vitales”. “La iniciativa del macrismo es inconcebible porque viola la normativa nacional con base en los tratados internacionales de derechos humanos y específicamente por los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)”, había afirmado Fabio Basteiro, de Buenos Aires para Todos (FAP).

El otro reclamo opositor está depositado en la realización de una auditoría integral sobre la concesión que maneja la empresa Metrovías. “No se puede traspasar el subterráneo sin saber cuánto cuesta ponerlo en funcionamiento”, reclamó el legislador de Proyecto Sur Rafael Gentili. “No se puede aprobar una concesión sin tiempo límite. El proyecto dice ‘autoriza’ al gobierno porteño a realizar una concesión mayor a cinco años, pero no establece tope”, sumó Ibarra.

Ambos también coincidieron en señalar que la Constitución porteña exige los dos tercios de la Legislatura para aprobar la “concesión de derechos de dominio público”. Algo que el macrismo, por ahora, se niega a reconocer. No son pocos los opositores que creen que el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, estudia declarar la “emergencia” del servicio, que “habilita una segunda lectura” y la posibilidad de aprobar el traspaso de los subterráneos con la mitad más uno de la Legislatura.

En lo que sí coinciden casi todos los bloques opositores es que “así como está el proyecto, que cercena derechos laborales, no pasa por la Legislatura”. “Es importante que el macrismo tenga una visión realista y no ideológica, porque si no será difícil que la solución aparezca”, dijo Gentili. En cambio, la posibilidad de que la oposición unifique postura detrás de un proyecto común se diluye: ya existen tres diferentes y hay otros en elaboración.