EL PAíS › CORREA RECIBIó EL PREMIO RODOLFO WALSH EN LA UNIVERSIDAD DE LA PLATA
Bajo un sol implacable, Correa encabezó un concurrido acto en el que la UNLP le otorgó la distinción que en otros años dio a Evo Morales y Hugo Chávez. Habló en extenso sobre la necesidad de “democratizar” los medios de comunicación.
› Por Julián Bruschtein
“El desafío es democratizar la propiedad de los medios de comunicación e independizarlos del capital”, sostuvo el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, en La Plata frente a una multitud de jóvenes estudiantes de periodismo y militantes. Bajo el implacable sol de la tarde platense, Correa recibió el premio Rodolfo Walsh de manos de la Facultad de Periodismo de La Plata como Presidente Latinoamericano por la Comunicación Popular. Explicó los embates que sufre de parte de los medios concentrados en su país y la respuesta legislativa que se impuso desde el Congreso. También rindió un homenaje a Rodolfo Walsh –recordó un tramo de la Carta Abierta a la Junta Militar– y a los desaparecidos.
“Cualquier regulación es satanizada como un atentado a la libertad de expresión, cuando lo que proveen es un bien indispensable y un derecho que nadie te puede quitar y que no puede estar sujeto a la lógica de mercado”, sostuvo Correa con el ceño fruncido por el sol de frente y la transpiración que surcaba su rostro. El discurso del presidente ecuatoriano tuvo una estructura de ponencia académica. “No me imaginé que venía a un acto popular. Vengo de la academia y preparé una ponencia pensando en un salón universitario”, explicó el presidente asombrado por la convocatoria de militantes que se acercaron para escucharlo. “Los medios gráficos están en manos de doce familias: de siete canales de televisión, cinco pertenecían a banqueros”, graficó el mandatario sobre el mapa de las empresas de medios que enfrentó cuando llegó a la presidencia y agregó que “la falta de objetividad y el sesgo en la información eran tales que era imprescindible” regular con leyes el sector.
Correa fue invitado por la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata para recibir el premio Rodolfo Walsh al Presidente Latinoamericano por la Comunicación Popular. Este premio ya lo recibieron en años anteriores el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y el de Bolivia, Evo Morales. La presencia del mandatario ecuatoriano reunió en el edificio Néstor Kirchner de la UNLP a funcionarios del gobierno nacional y al vicegobernador de la provincia, Gabriel Mariotto; la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, y la titular de Abuela de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, junto a dirigentes sociales como Emilio Pérsico, del Movimiento Evita; Luis D’Elía, de MILES, y Fernando Esteche, de Quebracho. El juez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni acompañó en el escenario al presidente, así como Mario-tto, el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, y la decana de la facultad, Florencia Saintout, que le entregó el premio porque “es uno de los referentes que con mayor solvencia ha puesto el dilema y la dicotomía en la función que tienen los medios de comunicación, que se creen dueños de la verdad y que tienen finalmente un fin de lucro, en oposición a la comunicación de los pueblos”.
“Si a mí me muerde un perro, al día siguiente entrevistan al perro”, destacó Correa para ejemplificar cómo trabajan los medios en su país. Por ello, cuando se reformó la Constitución del Ecuador se prohibió que “los bancos tengan acciones en medios de comunicación y se separó la actividad financiera de las mediáticas de cualquier forma”, apuntó ya sobre las medidas que desplegó el Estado para atacar la concentración de medios. “Pese a la ética, el profesionalismo de cierta parte del periodismo, la cuestión de fondo es la forma de la propiedad de los medios”, sostuvo Correa y señaló que “desde que se inventó la imprenta la libertad de prensa no es otra cosa que la voluntad del dueño de la empresa”. Avanzó en la idea acerca de que hay que “democratizar los medios, independizarlos, que sean medios públicos sin fines de lucro y exigir una información plural, veraz, chequeada y sin censura previa”, a la vez que hacía hincapié en la imposibilidad de aplicar la ley del mercado sobre los medios.
“Estoy preocupadísimo por todos ustedes... Qué solazo”, había señalado al comenzar su discurso. Con puntualidad llegó a las 16 a la sede de la facultad, compadeciéndose por los jóvenes que poblaban el predio bajo los demoledores rayos del sol. A partir de las 14 comenzaron a acomodarse en el frente del edificio, pero el calor los llevó a dejar sus posiciones para protegerse en la sombra de los árboles de la zona. “Igual no se preocupen porque preparé un discurso al estilo de Chávez y Fidel que dura entre tres y cinco horas nada más”, dijo arrancando risas entre las trompetas y los cantos que sonaban en el fondo del terreno y agregó: “Yo no tengo problema porque nací negrito, pero ustedes espero que se hayan puesto bronceador”. Las banderas de las agrupaciones Tupac Amaru, Quebracho, Movimiento Evita, La Cámpora y Kolina se agitaban cada vez que Correa daba alguna definición sobre “liberar la libertad de expresión”.
“Los medios de América latina estuvieron siempre en contra de los procesos de cambio populares”, bramó el ecuatoriano entre los aplausos y los gritos de la gente. Nuevamente llamó a los jóvenes a que “luchen para liberar a la libertad de expresión de la dictadura del capitalismo”, porque “eso no lo podemos hacer desde el sector político, porque es fácil deslegitimarnos y todo se reduce a que queremos acumular poder, tapar la corrupción o somos intolerantes a las críticas”.
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