EL PAíS
› KIRCHNER PRESIONO AL CONGRESO PARA LIMPIAR LA CORTE
“No me interesa estar por estar”
El Presidente hizo una fortísima apuesta política. Usó la cadena oficial para pronunciar un discurso en el que criticó a Nazareno y a la mayoría automática de la Corte Suprema y expuso a los legisladores ante la presión de la opinión pública. Les pidió que agilicen el juicio político a los cortesanos, donde la Cámara de Diputados acusa y el Senado juzga.
› Por Martín Granovsky
“A mí no me interesa la Presidencia para estar por estar”, dijo anoche Néstor Kirchner a Página/12. Poco antes había difundido por cadena nacional su discurso pidiendo al Congreso que se hiciera cargo de su rol, o sea de enjuiciar “a la triste y célebre mayoría automática de la Corte Suprema”. Tratándose de un Presidente con el poder flamante y una imagen positiva en ascenso, el mensaje fue una forma de presionar en público a los legisladores para que terminen con Julio Nazareno & Asociados o paguen el costo de mantener esta Corte.
En su brevísimo contacto luego del discurso, el propio Presidente recordó haber adelantado a este diario el criterio que terminó adoptando ayer. Fue en un reportaje realizado durante su viaje a Brasil y Chile. Kirchner afirmó entonces que no negociaría con la Corte. Consultado sobre qué haría en caso de correr el peligro de quedar como rehén de la Corte, respondió: “Ante cualquier circunstancia como ésa hablaría con el pueblo argentino”. Y explicó: “La gente no tiene que verse obligada a desentrañar los misterios del ejercicio del poder, porque cuando hay muchos misterios la gente piensa que se hacen cosas raras o que el gobierno está desconectado de los ciudadanos”.
Anoche, retomando aquel concepto, anunció: “Vengo a denunciar presiones”. El mensaje –un texto corto y duro, con referencias concretas y sin eufemismos– puede ser leído de este modo:
- La prioridad es enjuiciar a Julio Nazareno, presidente de la Corte Suprema casi a pleno durante los últimos diez años. Kirchner dijo sin vueltas que el presidente de la Corte había formulado “afirmaciones a la prensa impropias del cargo”. Definió que eran impropias por lo que había dicho, por lo que había sugerido y por la presión que implicaban.
- Junto a Nazareno el blanco es lo que llamó “mayoría automática”. No los nombró, pero además del presidente integran el quinteto de votantes que inclinaron la balanza de los nueve en favor del menemismo los ministros Eduardo Moliné O’Connor, Adolfo Vázquez, Guillermo López y Antonio Boggiano.
- Puso presión política cuando pidió al Congreso que “cumpla su rol”, “marque un hito” y “preserve las instituciones de los hombres que no están a la altura de las circunstancias”. Con la opinión pública en contra de la Corte, a tal punto que en las marchas del 2001 el reclamo de cambiarla llegó a superar la reivindicación de los fondos acorralados, los legisladores saben que si dan largas al asunto quedarán desacreditados.
- Al mismo tiempo que presionaba, ofreció al Congreso una alianza para limpiar y limpiarse. Por eso mencionó la necesidad de dar “calidad institucional” a la Argentina.
- Fijó un compromiso público al decir que no quiere “una Corte adicta”. Kirchner no lo dijo en el mensaje ni quiso dar detalles a este diario, pero funcionarios de su gobierno informaron que los criterios de designación futura apuntarán a “buscar figuras de prestigio sin proscribir a nadie que haya tenido actuación política” y sin convertir los reemplazos en una puerta abierta al establishment. Cada vacante será sometida a una consulta y después el Ejecutivo enviará su propuesta al Senado.
- Descartó de hecho (porque ni tocó el tema) el plebiscito. El cálculo oficial fue que no es necesario evaluar hoy la opinión de los ciudadanos, que es claramente contraria a esta Corte Suprema. “Sería como gastar un arma poderosa cuando no hace falta usarla”, dijo un secretario de Estado.
- Confirmó que la diferencia con la Corte es por razones institucionales y no solo de extorsión financiera. “No estamos dispuestos a negociar el resultado de cuestiones que la Corte tiene que resolver y que largamente exceden las cuestiones económicas”, dijo. Sonó como una referencia a un fallo sobre la constitucionalidad de la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Luego del relevo de la cúpula militar quedó claro que el Gobierno no quiere poner el tema en la agendacastrense, aunque el ministro de Defensa haya cometido ayer la gaffe de funcionar como vocero de los uniformados cuando dijo que en las Fuerzas Armadas había “preocupación, aunque no malestar”, por las leyes.
- Cerró cualquier negociación al describir a la Corte como “el pasado que se resiste a conjugar el verbo cambiar, acostumbrado a un constante toma y daca”.
En la noche del martes Kirchner pidió el texto completo de la entrevista a Nazareno por Crónica TV, aquella que terminó con el presidente de la Corte pidiendo a la periodista: “Pero dejate de joder...”. A las 6 de ayer su vocero Miguel Núñez le alcanzó la transcripción. Durante la mañana decidió que actuaría fuerte contra la Corte y discutió los mecanismos con el ministro de Justicia Gustavo Beliz y el jefe de Gabinete Alberto Fernández. Según sus funcionarios Kirchner concluyó que solo le quedaba una ofensiva directa cuando notó que los dichos de Nazareno eran mucho más desafiantes en la desgrabación, sin el tono pintoresco de las respuestas miradas en vivo.
Cuando le preguntaron si un juicio político es desgastante, advirtió: “Y más vale, para todo el mundo será desgastante”.
Cuando dijo que la Corte “piensa y midió sus fallos”, argumentó que el tribunal había tenido en cuenta a la vez las garantías constitucionales, como el derecho de propiedad, “y por otro lado también respetar y propender a la gobernabilidad”. Luego vino otra señal: “Miren que fácil que la Corte diga un día 13 por ciento, paga al contado, pagá al contado, no bono, contado, devolvé la plata ya”.
Fue este mensaje, leído como amenaza desde la Casa Rosada, el que provocó un contraataque que bien podría llevar este nombre: Operación Dejate de Joder. Dicho esto con todo respeto a la majestad de la Suprema Corte.
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