EL PAíS
Para la mitad de los porteños, la sombra de Menem pesa sobre Macri
Una encuesta señala que Macri es el candidato en la ciudad más relacionado con Menem, en tanto que a Ibarra se lo identifica con Kirchner.
› Por José Natanson
Preocupado por las últimas encuestas, que lo muestran estancado, Mauricio Macri multiplica los gestos para alejarse de Carlos Menem: prometió anular la concesión del Golf municipal, dijo que hay que enjuiciar a la Corte Suprema y hasta suele aparecer en la tele hablando de los pobres. Hasta ahora, sin embargo, los resultados del Operativo Despegue están lejos de lo esperado: casi el 50 por ciento de los habitantes de la Capital asegura que el empresario es el candidato a jefe de Gobierno más cercano a Menem.
Apenas lanzó su campaña, Macri parecía sintonizar con el reclamo social de cambio. Era joven y venía de fuera de la política. Rápidamente, las encuestas lo ubicaron como el favorito para las elecciones porteñas del 24 de agosto, con una ventaja de entre diez y quince puntos sobre su principal rival, el actual jefe de Gobierno Aníbal Ibarra. Sin embargo, con el correr del tiempo su candidatura fue perdiendo impulso: el viernes, Página/12 publicó un sondeo que lo ubica primero, pero con una diferencia de apenas dos puntos sobre Ibarra. En el ballottage, los dos candidatos se encuentran prácticamente empatados.
Consciente de la nueva realidad, Macri rediseñó su estrategia de campaña con el objetivo de sacarse de encima el mote de menemista que supo conseguir durante los ‘90. Uno de los primeros gestos se vincula con el golf, deporte símbolo del menemismo: el martes pasado, el empresario prometió anular la concesión del Golf municipal, en los Bosques de Palermo.
El presidente de Boca también se manifestó a favor del juicio político a Julio Nazareno. Es curioso, porque una de las causales para desplazar al magistrado es un fallo a favor del Grupo Macri, cuyos directivos habían sido procesados por defraudación al fisco mediante maniobras de importación de autos. Según la DGI, Sevel evadió unos 55 millones de pesos: la denuncia acusa a la empresa de enviar autopartes a Uruguay bajo el régimen de exportaciones definitivas, con las cuales habrían armado coches que después habrían sido importados a la Argentina. Nazareno está acusado de rechazar la apelación del fiscal sin dar argumentos.
A pesar de tanto esfuerzo, el Operativo Despegue está lejos de dar los resultados esperados. Una encuesta de Enrique Zuleta Puceiro indica que el 49,7 de los porteños señaló al empresario cuando le preguntaron qué candidato se encuentra más cerca de Menem, mientras que sólo el 11,3 se refirió a Ibarra. En cuanto a las razones, el 20,6 dijo que la clave es que comparten las mismas ideas económicas, el 18,6 se refirió a los negocios conjuntos y el 16,5 a ideas políticas similares.
El sondeo –600 casos entre el 29 y el 30 de mayo, con un margen de error del 5 por ciento– sostiene además que la identificación de Macri con Menem es simultánea a la de Ibarra con Kirchner, hoy por hoy el dirigente con mejor imagen del país. Al parecer, la decisión del Presidente de despejarle el camino designando como ministros a Gustavo Beliz y Rafael Bielsa, sumada a la convocatoria a Daniel Filmus, crearon la percepción de una alianza de hecho entre ambos: el 39,6 de los porteños cree que el frepasista es el candidato con más posibilidades de convenir acuerdos con la Rosada. Ante la pregunta sobre cuál es el postulante más cercano a Kirchner, el 60,4 por ciento de los consultados mencionó al ex fiscal, y sólo el 17 se refirió a Macri.
No son buenas noticias para el presidente de Boca, cuya candidatura aparece estancada frente al repunte de Ibarra y la aparición de Patricia Bullrich que, con el respaldo de Ricardo López Murphy, busca quitarle el voto del centroderecha. Preocupado, Macri quiere darle un nuevo impulso a su campaña. Pero no le resulta fácil: los contratos entre Manliba y la Municipalidad porteña en la época de Carlos Grosso, el hecho de que el Grupo Macri se haya alzado con algunas de las privatizaciones más importantes –y cuestionadas– del menemismo, como la del Correo, y una confesión del mismísimo presidente de Boca, que alguna vez se autodefinió como “hipermenemista”, alimentaron la identificación popular con Menem. Algo que unos años atrás podría convenirle, pero que ahora se parece bastante a un salvavidas de plomo.