El 14 de junio de 1977 el barrendero y sacerdote católico Mauricio Silva, de 57 años, fue secuestrado en Magariños Cervantes y Terrero, Villa Devoto. Para recordarlo, la Legislatura porteña instauró el 14 de junio como Día del Barrendero. Es a la vez un reconocimiento a los hombres y mujeres del sindicato municipal que fueron víctimas de la última dictadura militar. Hoy a las 19.30 en la Parroquia Santa Cruz –Urquiza y Estados Unidos– se realizará una misa en memoria de Silva. Mauricio nació en Montevideo el 20 de septiembre de 1925. En 1970 vino a Argentina –donde ya había realizado sus estudios teológicos– para incorporarse en la Fraternidad de los Hermanos del Evangelio (Carlos de Foucauld). Hizo su noviciado en Suriyaco, La Rioja, y comenzó a trabajar como peón en una fábrica de ladrillos. En 1973 consiguió su nombramiento como barrendero y apoyó la lucha de sus compañeros por su estatuto de empleados municipales. Fue secuestrado mientras barría la calle Magariños Cervantes.