Sáb 06.04.2013

EL PAíS  › MAÑANA SE REALIZAN LAS ELECCIONES PARA DEFINIR LA NUEVA CONDUCCION DE LA MUTUAL JUDIA

Una pulseada por el control de la AMIA

La entidad tiene 30 mil afiliados. Durante la campaña los candidatos cruzaron duras acusaciones. La pelea de fondo es entre una alianza de la lista de los ortodoxos más el PRO y Acción Plural Comunitaria, de posiciones más abiertas en materia social y religiosa.

› Por Raúl Kollmann

Entre los 120 candidatos presentados por la lista de ortodoxos, no hay una sola mujer. El rabino que los lidera dice que deben estar en el hogar. Uno de los financistas de esa lista de ortodoxos paga mil cuotas mensuales en un mismo domicilio, Federico Lacroze 3885, obviamente para que esas mil personas vayan a votar por la lista del Bloque Unido Religioso (BUR), la agrupación que nuclea a los judíos ortodoxos. El rabino del PRO, Sergio Bergman, que lidera otra lista, lleva como candidato a titular de la AMIA a José Scaliter, sancionado por el Tribunal de Honor de Hebraica por irregularidades durante su gestión al frente de esa entidad. A Bergman le endilgan haber designado en el gobierno porteño a empleados de su Fundación Judaica, que a su vez son candidatos de su lista. Toda esta munición gruesa, lanzada entre las listas, es parte de la durísima campaña electoral que derivará en las elecciones de mañana en la AMIA. En el fondo competirán una alianza de la lista de los ortodoxos y el PRO, enfrentada a Acción Plural Comunitaria, la que tiene las posiciones más abiertas en materia social y religiosa.

La Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) es la mutual de la comunidad judía, la que juega un papel preponderante en materia religiosa, de educación, cultura judía, maneja los cementerios y es clave en la asistencia social a los más necesitados. Tiene 30 mil afiliados y es la entidad central de la comunidad en la que el voto es directo: los afiliados eligen 90 representantes y éstos a su vez a la comisión directiva. En las elecciones de 2011 fue imposible romper el empate: la lista de los ortodoxos y la de Bergman se aliaron consiguiendo 45 votos, mientras que Acción Plural, la lista de los clubes, las instituciones más reformistas y corrientes políticas muy variadas, sumaron también 45. El empate no se rompió, por lo que recién ahora se intentará designar una nueva conducción.

Las acusaciones van de unas listas a otras, pero tienen que ver con el carácter de cada una y justamente lo que se discute en las elecciones. El rabino Samuel Levin es la palabra fuerte de los ortodoxos y el que toma todas las decisiones, al punto de que ni siquiera está oficializado el candidato a presidente del BUR. El poder está en el rabino y punto. Para colmo, quien ejerce desde hace 50 años el cargo de Gran Rabino de la comunidad, Salomón Ben Hamu, hombre ortodoxo si los hay, denunció a su propia corriente por querer desplazarlo del cargo y ubicar en el puesto a rabinos de confianza de Levin. Ben Hamu hasta realizó una denuncia judicial –este diario accedió a la carta documento firmada por su abogado, Julián De Diego– y lo concreto es que Ben Hamu no apoya a la lista de los ortodoxos.

La cuestión de las mujeres bordea el escándalo. El BUR no lleva mujeres en la lista porque, como lo dijo el rabino Levin en estos días, “deben estar en el hogar, no tienen fuerza para conducir la comunidad”. La escritora y periodista Martha Wolff, de Acción Plural, publicó esta semana una protesta asombrosa. La AMIA tiene en la Televisión Pública un programa llamado AMIA, el legado, que está controlado por la conducción ortodoxa. En ese programa, las mujeres no pueden cantar “por principios religiosos”, cuenta la escritora. Sin embargo, Wolff relata que en la televisión israelí se transmite el programa The Voice en el que ganaron recientemente una mujer árabe-israelí y el segundo lugar fue ocupado por una cantante ortodoxa. “Las mujeres aquí son silenciadas y allá, tal vez porque provienen de una corriente ortodoxa más moderada, sí pueden cantar. Como mujer, elevo mi voz de protesta”, concluyó Wolff.

Las redes sociales se llenaron en estos días de mails y mensajes de denuncia, entre ellos que miles de afiliados de la AMIA que van a votar mañana y que están vinculados con el BUR pagan sus cuotas en sólo seis domicilios. En el del ex candidato a presidente Angel Barman, se pagan mil cuotas, lo que significa que se pone el dinero para hacer que esos afiliados vayan a votar por los candidatos ortodoxos.

Respecto de la lista que lidera el legislador del PRO, el rabino Sergio Bergman, el candidato a presidente es José Scaliter. Este diario accedió al dictamen del Tribunal de Honor de la Sociedad Hebraica Argentina que condenó a Scaliter el 28 de marzo de 2005 por una larga serie de irregularidades financieras a una pena de inhabilitación de cinco años. Scaliter viene siendo ya directivo de la AMIA, pese a semejante antecedente.

La lista de Bergman lleva en segundo lugar al periodista José “Pepe” Eliaschev y tiene el respaldo del escritor Marcos Aguinis y del filósofo Santiago Kovadloff, pero la voz dominante es el legislador del PRO. Este es justamente el debate con Acción Plural (AP), la lista que lidera Luis Grynwald. Los hombres de Bergman señalan que AP tiene vínculos con el kirchnerismo, algo que Grynwald rechaza en forma categórica: “Los únicos alineados con un partido son los de la lista de Bergman. Nosotros no tenemos ni un funcionario entre nuestros candidatos y, por el contrario, ellos están alineados con el PRO. Nuestro financiamiento es clarísimo: con una cena impresionante de recaudación”.

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