El fiscal especial del caso AMIA, Alberto Nisman, salió ayer a aclarar que el dictamen que prepara –ya adelantado por Página/12– no está demorado por el Memorando de Entendimiento con Irán, sino por tareas investigativas. La AMIA y la DAIA presionaron esta semana para que Nisman presente el dictamen, tal vez con el objetivo de que Irán no apruebe el acuerdo que firmaron los cancilleres Héctor Timerman y Ali Akbar Salehi y que apunta a interrogar a cinco iraníes abarcados por las órdenes de captura con alertas rojas de Interpol.

El dictamen de Nisman es un estudio sobre “la matriz de los atentados” perpetrados, supuestamente, por los iraníes. O sea que a partir de otros ataques que se adjudican a Teherán, Nisman concluye que el de la AMIA también tuvo los mismos ingredientes.

El fiscal reiteró –el dictamen dice que agregará más elementos– que la responsabilidad del ataque fue de Irán y que la clave fue el ex agregado cultural Mohsen Rabbani. Justamente es el hombre contra el cual habría más evidencias y el acuerdo permitiría que el juez lo interrogue por primera vez, centrando en los elementos que reunió el fiscal hasta ahora –que llevaron a emitir la orden de captura– y los que el fiscal dé a conocer cuando concluya el dictamen.

Los reclamos de la AMIA y la DAIA se produjeron justo el último día hábil previo a las elecciones de este domingo para definir la nueva conducción de la mutual judía. Es el único punto de acuerdo que tienen todas las listas: están en contra del Memorando. Lo curioso es que al principio, los dirigentes de la AMIA y la DAIA manifestaron su respaldo al acuerdo, pero 48 horas más tarde, a la luz esencialmente del conflicto Israel-Irán, cambiaron de opinión.

Como ya lo ha reiterado varias veces el canciller Héctor Timerman, el acuerdo no detiene en nada la causa judicial ni influye hoy en día. El fiscal y el juez pueden seguir actuando exactamente igual que antes y si uno de los imputados sale de Irán debe ser detenido porque lo abarcan las órdenes de captura de Interpol. El problema es que en los casi 19 años transcurridos no se pudo avanzar en ese terreno porque los funcionarios están en Irán y sin indagatoria la causa no puede seguir su marcha. Por ello el Memorando buscó un camino que destrabe lo que está trabado. Irán –es el punto central del Acuerdo– aceptaría que los imputados sean indagados en Teherán por el juez argentino, aunque con un comité de juristas internacionales que, sin tener un dictamen vinculante, aconsejaría la forma de realizar las indagatorias congeniando los dos sistemas judiciales, el de Argentina y el de Irán. La última palabra la tendrá el juez Rodolfo Canicoba Corral y requerirá un visto bueno de la Corte Suprema.