La presidenta Cristina Kirchner recibió al titular del Episcopado, José María Arancedo.
Imagen: Télam.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner recibió ayer en su despacho de Casa Rosada al titular de la Conferencia Episcopal Argentina, José María Arancedo, en el marco del relanzamiento de relaciones entre el gobierno nacional y la Iglesia que siguió a la unción de Jorge Bergoglio como pontífice. La entrevista fue una continuación de otra que tuvieron en Roma cuando ambos viajaron a la misa de iniciación del papado de Francisco y participaron el secretario general del Episcopado, Enrique Eguía Seguí, y el secretario de Culto de la Nación, Guillermo Oliveri. Aunque no se informó oficialmente el temario, habrían discutido algunos puntos del proyecto de un nuevo Código Civil que impulsa el Gobierno y que resultan sensibles para el clero. Arancedo también invitó a la Presidenta a asistir a la asunción del nuevo arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, que se realizará en la Catedral el 20 de este mes. Cristina Kirchner no confirmó todavía su presencia.

Durante el encuentro hubo tiempo para un momento curioso: luego de la entrevista en el despacho, CFK invitó a los visitantes a que la acompañaran al oratorio ubicado en la planta baja de la casa de gobierno, donde un día antes se había colgado un cuadro con una foto del papa Francisco y la frase “Si un solo argentino puede esperanzar al mundo, todos unidos podemos cambiarlo”. Sin embargo, cuando llegaron el cuadro estaba apoyado prolijamente sobre una silla, ya que el clavo en que había sido colgado no resistió el peso y la imagen cayó al piso.

La Presidenta y el obispo ya habían tenido una breve entrevista cara a cara en Roma, en ocasión del viaje de ambos al Vaticano para asistir a la misa inaugural del papa Francisco. Según se supo en su momento, uno de los puntos fuertes que se debatieron en ese encuentro fue el proyecto de un nuevo Código Civil y Comercial que el Gobierno le encargó a la Corte Suprema y que contiene puntos relacionados a la familia y la salud reproductiva que resultan sensibles para el clero.

Después de ese encuentro, el oficialismo admitió que podrían introducirse algunas modificaciones en el proyecto original redactado por los jueces de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti y Helena Highton de Nolasco y por la jurista Aída Kemelmajer de Carlucci, relativas a temas como alquiler de vientre, régimen de adopción y también a cuándo se considera que tiene origen la vida, algo que influye directamente en los debates respecto de la despenalización del aborto.

Por otra parte, el Episcopado argentino hizo un guiño al Gobierno al desmentir oficialmente que la Presidenta hubiera rechazado pedidos de reunión a Bergoglio cuando el ahora Papa ocupaba la cabeza del Episcopado, algo que habían publicado dos periódicos. Esa desmentida fue considerada en la Casa Rosada como una señal de distensión de una relación que fue complicada en los últimos años, en particular a partir del conflicto con las patronales rurales en 2008.

“Como presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y acompañado por los miembros de la Comisión Ejecutiva el señor cardenal en dos ocasiones le solicitó entrevistas a la señora Presidenta y las mismas fueron oportunamente concedidas”, decía el comunicado que también aclaró “que el entonces cardenal Jorge Bergoglio no solicitó entrevistas personales” con CFK.