› Por Sebastian Abrevaya
Como ex camarista y presidente del bloque radical, el diputado Ricardo Gil Lavedra fue una de las figuras centrales del debate por la reforma judicial en el Congreso. Protagonizó la sesión del miércoles en la que el peronista disidente Sergio Pansa le revoleó una botella de agua al titular del bloque oficialista Agustín Rossi y encabezó la retirada del recinto cuando se produjo un incidente en la votación de un artículo, que no fue bien registrada en el tablero. En diálogo con Página/12, ratificó que la UCR presentará un planteo de inconstitucionalidad por la modificación del Consejo de la Magistratura y responsabilizó al kirchnerismo por los incidentes durante la última sesión.
–¿Van a presentarse en la Justicia para pedir la inconstitucionalidad de la reforma propuesta por el Ejecutivo?
–El partido va a hacer esa presentación pero todavía no fue sancionada la ley de reforma del Consejo de la Magistratura. Vamos a actuar institucionalmente como partido, ya sea solos o con otra fuerza. Es una evidencia, un hecho incontrovertible, que el proyecto viola el espíritu y la letra literal del artículo 114 de la Constitución Nacional, en cuanto los miembros del Consejo de la Magistratura no pueden ser sujetos de una mayoría electoral.
–Carrió denunció un pacto espurio entre Ricardo Lorenzetti y la Presidenta. ¿Comparte esa denuncia?
–La Corte es sin dudas una de las mejores cosas que ha hecho este Gobierno, con una integración de gente verdaderamente honorable, que ha demostrado, durante todos estos años, una gran independencia. Y precisamente esa independencia es la que la hizo caer en desgracia con el Gobierno.
–Además de Lorenzetti, Carrió lo acusó a usted personalmente de pactar con el oficialismo, ¿qué le responde?
–Ya somos grandes. Ya todo el mundo la conoce a Carrió y me conoce a mí. Con lo cual yo no tengo nada que decir. Lo que sí creo es que ella está teniendo actitudes y estrategias funcionales al Gobierno y al kirchnerismo. Yo jamás he hecho política echando sombras y sospechas.
–El diputado kirchnerista Carlos Kunkel aseguró que hubo conversaciones con el bloque radical pero que les pidieron que fueran secretas. ¿Fue así?
–Eso es una estupidez. Pero bueno... “Kunkel y Carrió un solo corazón”. Nuestro voto nunca estuvo en discusión. Kunkel vino a decirnos que ellos querían cambiar el artículo de la trampa electoral y nosotros le dijimos “sentate a hablar con Tunessi” (el diputado Juan Pedro Tunessi). El le dijo cómo debería cambiarse el artículo pero le dijimos que tenía que ser una iniciativa de ellos porque nosotros íbamos a votar en contra igual. Nadie puede pensar que nosotros íbamos a cambiar el voto.
–Varios dirigentes opositores hablaron de fraude durante la votación. ¿Cree que hubo fraude?
–No, me parece que fue una sumatoria de cosas. Me da vergüenza que esto haya terminado de esta manera porque sinceramente el Congreso tiene que tener otra actitud frente a la ciudadanía, que espera otra cosa de nosotros. El modo en cómo se nos impuso, se nos ninguneó, se nos destrató. Sinceramente, lo que estalló fue el intento artero, abiertamente antirreglamentario y anticonstitucional, de votar todo junto. Eso provocó insultos y gritos. Eso directamente era un robo. Cuando el oficialismo aceptó luego, como correspondía, votar artículo por artículo, la sesión ya tenía un cargamento emocional terrible. Y cuando se produce la votación del artículo 2, por el cual todo el mundo estalló, el oficialismo de bronca y el no oficialismo de alegría, luego vino la rectificación inmediata. En fin, más allá de las cuestiones reglamentarias, fue el corolario de un procedimiento que estuvo determinado siempre por la imposición que produjo entonces un estallido en una noche cargada de tensiones.
Por S.A.
La diputada kirchnerista Stella Maris Córdoba integra el Consejo de la Magistratura, centro del debate sobre la reforma del Poder Judicial que esta semana el oficialismo aprobó en Diputados. En diálogo con Página/12, la abogada y procuradora tucumana resaltó las iniciativas aprobadas y advirtió sobre una “escaldada de actitudes de intolerancia” por parte de la oposición, producto de la falta de liderazgo, que llevó a agresiones como el revoleo de una botella de agua hacia el jefe de la bancada oficialista, Agustín Rossi.
–¿Qué balance hacen de la sesión? La oposición se fue denunciando fraude y que habían violado el reglamento...
–Me parece que hace mal que se genere ese clima. Nosotros desde el 2009 al 2011 cuando la oposición tenía mayoría, nunca nos hemos comportado así. Cuando nos toca perder nos la bancamos y respetamos las reglas de la democracia. Advierto que en el último mes hay una escalada de actitudes de intolerancia, de una impotencia política de la oposición porque no logra establecer un liderazgo en la cámara que les permita negociar modificaciones en pos de los proyectos que se presentan. Ha sido poco edificante no sólo el debate, sino la actitud de la oposición durante todo el tratamiento de este paquete de leyes.
–La oposición sostiene que la responsabilidad es del oficialismo...
–La oposición se victimiza porque todo lo que se ha hecho era reglamentario. No se ha tomado ninguna determinación que no se haya tomado en otras oportunidades. Hemos soportado la manifestación de la gente convocada por la oposición que estaba en contra de los proyectos. Lo cual implica una modalidad de participación popular que está bien. Nosotros podríamos haber pedido que se movilicen agrupaciones kirchneristas que apoyan a Cristina pero para contribuir y bajar los niveles de enfrentamiento no lo hicimos. Pero me parece que el maltrato, que un diputado de la oposición le haya tirado una botella de agua a Agustín Rossi en medio de la sesión es indignante. Y también hay un escenario y un montaje sincronizado de algunos medios de comunicación, en connivencia con dirigentes de la oposición. Me da vergüenza ajena que partidos de la oposición, como el radicalismo, que en otro momento han sido representativos de sectores populares, se sumen a este discurso de demonización de los partidos políticos. Hay sectores que están tratando de promover el desgaste del Gobierno en un año electoral y no logran articular un liderazgo que le proponga otra cosa a la gente más que el caos, la agresión y azuzar fantasmas que generan mala onda en la gente.
–¿Qué le parecen los planteos judiciales pidiendo la inconstitucionalidad de los proyectos?
–No advierto ningún tipo de constitucionalidad. Los proyectos responden al 114 y sus artículos concordantes. No creo que vaya a prosperar pero están en su derecho de plantearlo. Lo cierto es que estamos cambiando algunos paradigmas de la Justicia argentina. Hay mucha gente que tiene una comunidad de intereses asociada al sistema actual que se resiste al cambio y a la quita de privilegios desde las asociaciones de magistrados, colegios de abogados, algunas organizaciones. Cambios como éstos no generan una actitud pasiva. Que podamos proponer ahora abrir las puertas al ingreso a la Justicia, yo que veo cuando alguien quiere ingresar y no puede porque no es amigo o familiar de un juez es importante. Y bueno, algunos se van a resistir a ese cambio.
–Carrió denunció un pacto espurio entre Lorenzetti y Cristina Fernández por esas modificaciones, ¿qué le parece?
–A mí eso me causa gracia porque si no aceptamos modificaciones es porque somos cerrados y autoritarios, cuando se escuchan las voces y las propuestas de un sector importante como la Corte y abrimos el proyecto le llaman pacto. Carrió nunca va a estar de acuerdo con nada que signifique dar pasos adelante porque está para oponerse. Han sido modificaciones fruto del consenso después del diálogo.
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