EL PAíS › POR EL POLICíA INFILTRADO EN UNA AGENCIA DE NOTICIAS
› Por Raúl Kollmann
A raíz de una orden de la ministra de Seguridad, Nilda Garré, el jefe de la Policía Federal (PFA) dispuso que se investigue a todos los jefes de la sección Reunión de Información de la División Análisis de la PFA. La pesquisa se puso en marcha a partir de la denuncia de que el oficial mayor de Inteligencia Américo Alejandro Balbuena estuvo infiltrado desde hace más de una década en la Agencia Rodolfo Walsh, una agencia de noticias que cubre conflictos sociales. Por esa vía del espionaje –dicen en el Ministerio de Seguridad–, Balbuena accedía a todos los datos sobre las organizaciones sociales. En concreto, lo que deben explicar los jefes es si sabían que Balbuena violaba una regla escrita del Personal Civil de Inteligencia (PCI), que les impide trabajar en cualquier medio de prensa.
La Agencia Rodolfo Walsh denunció que Balbuena ingresó al medio en 2002, durante el gobierno de Eduardo Duhalde, y su trabajo periodístico consistía en armar la agenda social, por lo que estaba al tanto, por ejemplo, de todas las actividades en las que se reclamó el esclarecimiento de la desaparición de Luciano Arruga o las acciones de los familiares de las víctimas de Cromañón o las convocatorias de Quebracho, las organizaciones de estudiantes universitarios o los delegados de subterráneos. Ayer, numerosas organizaciones sociales se reunieron para expresar su repudio y condena a la operación de inteligencia protagonizada por Balbuena. “Está claro que también la Federal tiene su proyecto X, igual que la Gendarmería”, coincidieron la abogada Myriam Bregman y los dirigentes del Nuevo MAS, Héctor “Chino” Heberling, y José Castillo, de Izquierda Socialista, que fueron parte de las organizaciones que ayer se dieron cita en la sede de la Correpi. También hubo coincidencia en señalar que el caso no se resuelve con un sumario interno y que existe responsabilidad del gobierno nacional.
Durante el fin de semana, apenas descubierto el caso, la ministra Garré pasó a disponibilidad a Balbuena y le ordenó al jefe de la Federal, Román Di Santo, que determine si otros funcionarios de la sección de Reunión de Información de la Policía Federal incumplen la Ley de Inteligencia, ya que –según Garré– es claramente incompatible ser PCI y trabajar en una agencia de noticias monitoreando a las organizaciones sociales. Supuestamente, Balbuena trabajaba en Inteligencia Criminal, es decir en la búsqueda de información sobre las grandes bandas. Lo que queda claro para la Agencia Rodolfo Walsh es que estaba infiltrado y no lo pudo haber hecho sin el visto bueno de sus jefes. Ayer trascendió que la investigación ordenada por Garré abarcará a la totalidad de los responsables del área de la Policía Federal.
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