Sáb 28.06.2003

EL PAíS  › EL OFICIALISMO, TENTADO A AVANZAR CONTRA MOLINE

Las dudas sobre cómo seguir

Por F.Y.

Julio Nazareno ya no está más en la Corte. Huyó como Carlos Menem. Ya no integra la mayoría automática. Pero ésta todavía existe, con todo lo que ello significa tanto en lo político como en lo institucional. El debate ahora está centrado en cómo sigue el proceso. Eduardo Moliné O’Connor, considerado el “cerebro” de esta mayoría menemista, aparece como el próximo objetivo. En el oficialismo no hay una posición unánime. Están los que no quieren perder tiempo –que incluye al Ejecutivo aunque con matices– pero también hay algunos que creen que la caída de Nazareno es suficiente como para disciplinar a los cortesanos.
Ayer, tanto el jefe del bloque, José María Díaz Bancalari, como el presidente de la comisión de Juicio Político, Ricardo Falú, trataron de mostrarse serenos y cautos a la hora de analizar la segunda huida de un menemista. “Todo lo que se hizo fue para mejorar la calidad institucional”, dijo Díaz Bancalari para luego asegurar que “no hubo persecución”. Se esforzó por no dar pistas sobre el camino a seguir aunque deslizó que le atrae la posibilidad de que primero se cubra la vacante antes de continuar con un nuevo proceso. Selló su boca a la hora de responder sobre la posibilidad de avanzar contra el tenista Moliné.
El silencio del jefe de los diputados oficialistas da cuenta de la falta de acuerdo en la bancada. Sucede que algunos kirchneristas creen que si no se continúa con los procesos se corre el riesgo de perder consenso en la sociedad, pero sobre todo que se afiance la idea de algunos de sus pares de detener los juicios porque la caída de Nazareno terminará por disciplinar al resto. “No hay que olvidar que muchos, por no decir la mayoría, de mis compañeros de bancada el año pasado apoyaron la impunidad de los miembros de la Corte.”
Claro, esto puede ser controlado mientras el Ejecutivo mantenga la iniciativa y el consenso popular. Si bien en un principio Néstor Kirchner no quería que se detengan ni un minuto las causas contra los supremos, ahora parece que adoptó la tesis de Falú de encaminar primero el proceso de sustitución antes de avanzar con uno o más cortesanos.
Esta posición es compartida por el bloque radical e incluso por los partidos provinciales que sorprendieron al romper su estilo conservador y adherir a maniobras que son consideradas por ellos como revolucionarias. Ayer los radicales dijeron que “ahora el desafío es instrumentar un mecanismo de designación de los jueces de la Corte Suprema que sea impecable”. Es una condición para sentarse a discutir cómo continúa el trabajo de la comisión.
El que no quiere que el caso Nazareno muera en la renuncia es el socialista Héctor Polino: le solicitó a Falú que “pase todas las denuncias a la justicia” para que se evalúe si corresponde abrirle una causa penal.

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