Acostumbrado al anuncio de una medida rutilante por semana, el Gobierno anunciará en ésta un par de decisiones que tendrán asegurada la repercusión. Esta vez, Néstor Kirchner renunciará a un pedido judicial interpuesto ante la Cámara de Casación por su antecesor Eduardo Duhalde para impedir que trece agentes de la SIDE declarasen en el juicio oral de la AMIA. Una decisión semejante ya se tomó con el ex jefe de la central de inteligencia durante el menemismo, Hugo Anzorreguy. La otra medida que está en estudio se vincula con el PAMI, y según anticipaba el viernes un ministro del gabinete, podría ser la intervención de la obra social de los jubilados.
Después de pasar un día y medio en Santa Cruz, Néstor Kirchner regresó anoche a Buenos Aires, donde lo esperaban su esposa Cristina Fernández y su hija Florencia. Apenas aterrizó el Tango 01 que venía desde Río Gallegos, el Presidente se subió a un helicóptero que lo llevó a la quinta de Olivos. Desde el sur lo habían acompañado Julio De Vido (ministro de Planificación), Sergio Acevedo (titular de la SIDE) y Carlos Zannini (secretario legal y técnico), más el subsecretario de Desarrollo Urbano y Vivienda, José López. Según un funcionario muy cercano al Presidente el retorno anticipado –Kirchner suele permanecer en su provincia todo el fin de semana– se debió a cuestiones familiares y no de gobierno.
Mientras Kirchner se reencontraba con su familia en Olivos, y De Vido y Zannini se permitían un descanso para ir al cine, otro miembro del gabinete confirmaba a Página/12 que esta semana saldrá el decreto que permitirá declarar a los agentes de la SIDE citados por el Tribunal Oral número 3. La novedad había sido sugerida el viernes último en el viaje a Chubut. En esa provincia, el Gobierno anunció un ambicioso plan de obras públicas para “integrar a la Patagonia” que suma, en total, casi mil millones de pesos. Luego de una conferencia conjunta con el gobernador radical José Luis Lizurume, Kirchner aprovechó la cercanía con su tierra natal para viajar a Río Gallegos en un pequeño avión de la Fuerza Aérea.
Ya en Santa Cruz, el Presidente dedicó su breve estadía a reuniones con dirigentes del PJ de la provincia con quienes analizó el armado de los sublemas que participarán en las elecciones del 14 de septiembre. Luego de trabajar sobre la confección de las listas del Frente para la Victoria Santacruceña, Kirchner pasó el resto del día con su hijo mayor, Máximo, y su madre, María Ostic. A las seis de la tarde se fue hasta el aeropuerto, donde se subió al Tango 10 que lo trajo de regreso a Buenos Aires.
Más allá de sus tareas de fin de semana, el Presidente regresó a Olivos con la certeza de que esta semana anunciará dos medidas importantes para su Gobierno. Una será la decisión del Ejecutivo de desistir de la apelación ante la Cámara de Casación que había interpuesto Duhalde, para impedir que declarasen en el juicio oral de la AMIA varios agentes de la SIDE. A partir de esta decisión, trece espías de la central de inteligencia deberán cumplir con la orden de los jueces Gerardo Larrambere, Guillermo Gordo y Miguel Pons, que había sido detenida por un recurso ideado por Miguel Angel Toma.