Lun 30.06.2003

EL PAíS

Un triunfo radical en el sur, justo al empezar la era K

El radical Colazo dio la nota ganando el ballottage de Tierra del Fuego por más del 5 por ciento sobre el gobernador peronista, Manfredotti, que buscaba su reelección.

El radical Jorge Colazo dio la nota ayer en Tierra del Fuego al derrotar en el ballottage al gobernador y candidato del PJ, Carlos Manfredotti, por unos cinco puntos. El triunfador prometió “crecimiento en el marco de una estricta y plena justicia social” para la provincia. Colazo se convirtió así en el primer radical en ganar una elección luego de la huida de Fernando de la Rúa de la Rosada, lo que, al menos por una noche, resultó un “volver a vivir” para el partido centenario, representado en los festejos por su titular, el chaqueño Angel Rozas. Si bien el presidente Néstor Kirchner prudentemente le quitó el cuerpo a la campaña, el Gobierno apoyó a Manfredotti, quien le regaló el primer traspié electoral a la nueva gestión.
Tras escrutar las 221 mesas habilitadas, la junta electoral fueguina informó anoche que Colazo obtuvo 25.783 votos (51,8 por ciento) contra los 23.050 (46,3 por ciento) que cosechó Manfredotti. En el desglose de los sufragios, en tanto, no significaba una novedad que Colazo obtuviera una importante ventaja de votos en Río Grande –ciudad de la que fue intendente– que Manfredotti conseguía recuperar en la capital Ushuauaia. La clave resultó que el radical sacó una mayor diferencia en Río Grande –20 puntos– que la que el justicialista obtuvo en Ushuaia.
El domingo pasado, en la primera vuelta, Manfredotti se había impuesto por el 29,5 por ciento contra el 27,1 por ciento de Colazo. Pero en la semana el radical consiguió reunir a la oposición detrás de su candidatura: anunciaron su apoyo un sector del Movimiento Popular Fueguino (Mopof) y el ARI. Por otro lado, Colazo llevó como compañero de fórmula a Hugo Coccaro, un justicialista disidente vinculado a Adolfo Rodríguez Saá, con lo que también se agenció una porción de simpatías peronistas. A su partido lo llamaron Frente de Unidad Provincial (FUP).
El cierre de los comicios fue confuso. Apenas pasadas las 18, Colazo salió simultáneamente a proclamarse triunfador y denunciar fraude porque los boca de urna lo colocaban un punto debajo de Manfredotti. Más tarde, ya confirmado como ganador, se mostró más calmo, pero igual prometió que la semana que viene explicará a la población “inclusive a través de spots televisivos, las maniobras y la campaña sucia que el oficialismo realizó contra nuestra corriente”.
El nuevo gobernador también prometió que su objetivo será distribuir en forma equitativa la riqueza provincial “contrariamente a lo que ocurre ahora, que se concentra en un poder económico achicado y contrario a los intereses de la población”. Justificó su triunfo en que había conseguido generar “un mensaje de fe, esperanza y cambio”, mientras que la gestión de Manfredotti no había conseguido satisfacer las expectativas de la gente.
A su lado, Angel Rozas se peinaba para la foto. “Mucho hizo el radicalismo a nivel nacional para alcanzar este triunfo”, sostuvo, aunque reconoció que el resultado significaba “un espaldarazo grande para Jorge Colazo”. El chaqueño se mostró confiado en que, en lo que queda del año, la UCR conseguirá al menos retener las gobernaciones que actualmente posee.
Por la noche, los festejos de los simpatizantes de Colazo se centraron en el bunker ubicado en el comité central del FUP en Río Grande. En Ushuauaia, el centro de reunión fue en el hotel Cap Polonio, en donde las banderas rojas y blancas de los radicales se confundían con las de los hinchas de River que festejaban la obtención del Clausura.
Manfredotti salió a reconocer su derrota a eso de las 21, casi con lágrimas en los ojos. “Soy el único culpable”, dijo sobre el resultado, buscando evitarle pagar un costo al Gobierno nacional. Manfredotti siempre se alineó con el menemismo hasta el 27 de abril pasado, cuando Kirchner quedó perfilado como ganador de la Presidencia. Horas después de conocido ese resultado, Manfredotti fue de los primeros en aparecer por la Casa de Santa Cruz y manifestarle su respaldo a Kirchner de cara a la segunda vuelta. En rigor, quien mantiene una estrecha relación personal con el Presidente y con su esposa, la senadora Cristina Fernández de Kirchner, es el vice de Manfredotti, Daniel Gallo, quien en algún momento incluso figuró entre los candidatos a ocupar un lugar en el gabinete nacional. Gallo es de hablar seguido con el matrimonio Kirchner e integra su armado de dirigentes a nivel nacional.
Pese a esta amistad, y a que en más de una oportunidad se anunció su viaje, al final Kirchner no participó de la campaña fueguina. En ello influyeron dos razones: la difícil relación que siempre mantuvo con Manfredotti y sus complicadas chances de triunfo. El Presidente tiene un fuerte liderazgo político en la región patagónica, situación que se verificó en ocasión de las elecciones nacionales: el 27 de abril, Kirchner le ganó a Menem en Tierra del Fuego por unos 25 puntos. Pero el Presidente intuyó que ese liderazgo no alcanzaría para garantizar la reelección de Manfredotti, por lo que prefirió no pisar Ushuauaia.
En cambio, quienes estuvieron en Tierra del Fuego fueron el vicepresidente Daniel Scioli, el ministro del Interior, Aníbal Fernández; y el de Planificación, Julio De Vido. Las promesas de apoyo y de fondos para realizar obras públicas no resultaron suficientes para impulsar el triunfo del justicialismo. Tierra del Fuego le regaló la primera derrota a la gestión Kirchner, un dato incontrastable pese a que Manfredotti hizo lo posible por asumir personalmente las culpas por el resultado.

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