En un clima de fiesta, entre globos y serpentinas, la Junta Promotora para la Remoción de la Corte Suprema realizó ayer en las escalinatas del Palacio de Justicia un brindis para celebrar la renuncia del ex titular del Tribunal Julio Nazareno. “Brindamos con sidra para que no nos confundan con los que hicieron de la pizza y el champagne un emblema”, advirtieron los organizadores. Fue la protesta número 75 desde que la Junta comenzó su reclamo de los jueves hace un año y medio, en pleno auge del movimiento asambleísta. Durante todo este tiempo recurrieron a otros ingeniosos actos de repudio, como los “escobazos para limpiar la Corte”.
Estuvieron representadas en el acto las asociaciones de abogados laboralistas de Argentina y de Latinoamericana, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, la Asociación en Defensa de la Vivienda Familiar de la República Argentina (Adevifra) y la Asociación Judicial Bonaerense, estas dos últimas integrantes de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).
“Justicia 1-Impunidad 0. ¡Chau Nazareno!”, rezaba uno de los carteles. Guillermo Pajoni, representante de la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas en la Junta, dirigía la arenga desde el micrófono: “Olé, olá, con esta Corte no hay justicia nunca más”. A su alrededor se alzaban las pancartas con las fotos de los supremos Carlos Fayt, Guillermo López, Augusto Belluscio y Eduardo Moliné O’Connor, caricaturizados con el traje a rayas de los presos. Otra burla estaba dirigida su ex colega Julio Nazareno, cuyo rostro aparecía en el cuerpo de un roedor con la frase “Ya se fue la primera rata”. Tampoco quedó exento Juan Carlos Maqueda, definido como el “Nazareno de Duhalde” por el cartel de un manifestante. “Luche que se van”, era la consigna.
Al tomar la palabra, Luis Enrique Ramírez, coordinador de la Junta y presidente de la Asociación de Abogados Laboralistas, aseguró que “ha comenzado a derrumbarse un edificio de corrupción e impunidad”. Dijo que la dimisión de Nazareno “no es algo que le debamos a la corporación política”, sino a “la lucha del pueblo y de la sociedad argentina”. “Nunca más jueces que no sean idóneos y competentes; nunca más, jueces que no estén comprometidos con los derechos humanos”, concluyó Ramírez.
El clima de algarabía siguió con el reparto de silbatos, matracas y otros objetos de cotillón. Tampoco faltaron las sartenes, cacerolas y hasta un sonoro bombo. Mozos del “nuevo sindicato gastronómico opuesto al corrupto de Barrionuevo”, como se empeñaron en aclarar, sirvieron sidra en copas y vasos de plástico y agasajaron con sandwiches de miga a las personas que se acercaron al lugar. “Sigan cantando igual, con la boca llena”, pedía Pajoni, convertido en el maestro de ceremonias. “Un minuto de silencio para Buby que está muerto” y “Chau, Buby, chau...” fueron los estribillos destinados al ahora ex presidente de la Corte. En las escalinatas se acomodó Nora Cortiñas, que tomó su copa y comenzó a entonar las estrofas que se sucedían, a cual más original.
“Apurando, apurando el expediente, porque el pueblo está caliente”, continuaron los coristas. El ambiente festivo dejó paso, sobre el final del acto, a la solemnidad del Himno Nacional. “Esperamos brindar muchos jueves más, hasta que se vayan todos”, dijo a modo de cierre Guillermo Pajoni, no sin antes aludir a la apertura del sumario contra Eduardo Moliné O’Connor en la Comisión de Juicio Político.

Informe: Mariano Roca.