EL PAíS
› COMO ES EL ROBO DE AUTOS, FUENTE DE ASESINATOS Y DE CAJAS NEGRAS
Madre de todos los negocios bonaerenses
Cada mes se roban 11.000 coches: la mitad va a parar a desarmaderos y un cuarto a las recuperadoras de autos, dos negocios con alta participación policial. Lo peor del asunto es que el 40 por ciento de los asesinatos ocurre en el momento del robo.
› Por Raúl Kollmann
Los gobiernos nacional y bonaerense están estudiando el lanzamiento de un plan para enfrentar la increíble mafia del robo de autos, un delito que no sólo aumentó en el conurbano en un 48 por ciento en los últimos dos, sino que además está produciendo records de muertes: del total de homicidios, el 40 por ciento se produce en intentos de robos de coches y ocho de cada diez policías mueren cuando les tratan de quitar su auto particular. La cifra alucinante de asesinatos tiene que ver –según los especialistas– en que bajó la calidad de los delincuentes. Ahora se trata de jóvenes inexpertos y con problemas de drogas que no saben robar un auto estacionado y con la alarma puesta. Por ello, la modalidad más en boga es abordar, a mano armada, a gente que está con el auto en movimiento, ya sea saliendo de su garage o cuando acaban de parar. Ahí se produce la violencia y la muerte. Según los especialistas en seguridad, la mitad de los autos robados va a manos de los desarmaderos, una gigantesca mafia protegida por policías y políticos municipales. Del otro 50 por ciento, la mitad termina en otra gigantesca corporación integrada por una parte de las 200 empresas recuperadoras de autos, que con complicidad policial les cobran el 12 por ciento del valor del auto a las compañías de seguros. Otra porción importante sirve para armar autos mellizos, también con guiño policial y municipal, ya que esconden las denuncias de robo y suministran documentación en blanco para “legalizar” los coches. Por último, una pequeña proporción –ahora menos del diez por ciento– va al Paraguay o Bolivia. Son fundamentalmente camionetas 4x4 o coches importados que pasan por la frontera de manera mágica. Eso sí, ese negocio bajó mucho porque gran parte de la gente guardó, por miedo, las camionetas o coches importados en el garage.
Cifras
Según los cálculos de las concesionarias y compañías de seguros, en este momento se están robando unos 11.000 coches mensuales, una cifra que es casi igualita a la de autos cero kilómetro que se venden en el país. O sea que el volumen de ambos negocios “en número de autos” es parecido: desarmaderos, dobladores, recuperadores truchos y contrabandistas manejan tantos autos como las concesionarias.
Según las estadísticas de la Asociación Argentina de Compañías de Seguros, que tiene un Centro de Experimentación y Seguridad Vial Argentina (Cesvi), en la Ciudad de Buenos Aires, los robos bajaron en el primer cuatrimestre un 25,8 por ciento comparado con el 2002, pero en el conurbano subieron un 8,2 por ciento respecto del año pasado y un 48,7 por ciento comparado con 2001. Todo esto tiene una explicación. Ante los operativos cerrojo que hace la Policía Federal, los ladrones prefieren no robar en la Capital para no tener que correr el riesgo de cruzar la General Paz y los operativos con el auto robado. La alternativa que utilizan es robar el vehículo en Avellaneda, Ramos Mejía, Vicente López o en los municipios que registran –siempre según las aseguradoras— el crecimiento más alarmante, Moreno (aumentó el 70 por ciento), la tierra de Patti, Escobar (88,2 por ciento más de robos) y Malvinas Argentinas (98,2). Pero hecha esa distinción, lo concreto es que tomado Capital y el Gran Buenos Aires como un todo, los robos de autos aumentaron de forma dramática en los últimos dos años.
Devaluación
Todos los especialistas coinciden en que el aumento del robo de autos tiene que ver esencialmente con la devaluación del peso y el hecho de que los repuestos se han hecho más inaccesibles que nunca. Los desarmaderos les pagan a los jóvenes que roban los autos entre 200 y 300 pesos porcoche y el cálculo es que, en repuestos (la mayoría son importados), salen de ese vehículo no menos de 4000 pesos.
Los concesionarios relatan que continuamente se acercan a los talleres de sus empresas personas que sufrieron un choque y que ya vienen, por ejemplo, con la puerta comprada. Y no se trata sólo de la puerta del color que corresponde, sino también con el tapizado buscado. Esto indica que el robo se hizo ya a pedido: una puerta con tal color y tal tapizado. El valor por el que se compró ese repuesto, tal vez en plena calle Warnes de la Capital –como denuncian los concesionarios– es, en muchos casos, un 70 por ciento más barato que el repuesto original.
Para colmo, durante la década de los 90 hubo un recambio masivo de vehículos, con una proporción altísima de importados, por lo cual ahora traer los repuestos del extranjero se multiplicó por tres: las unidades van envejeciendo, la necesidad de repuestos crece y con ello el increíble mercado que nutren los desarmaderos.
Muertes
Según las aseguradoras, hace dos años, seis de cada diez coches sustraídos eran robados cuando estaban parados en algún estacionamiento o en la calle. Ahora, seis de cada diez son robados en movimiento, o sea asaltando a mano armada a los propietarios. Esto tiene que ver –afirman los especialistas– con la baja en la edad y capacidad de los ladrones: “Se trata de pibes que necesitan plata rápida, tal vez para comprarse drogas y no saben cómo se roba un auto parado, con la alarma puesta”, le dijo a este diario uno de los mayores expertos en el tema. La conclusión es obvia: la mayoría de los robos se produce “de caño”, o sea que los jóvenes asaltan a mano armada, desequilibrados, muchas veces temblando y por ello son más peligrosos. Disparan al primer obstáculo. Y matan.
Proporciones
Entre los especialistas en seguridad hay un debate sobre qué sucede con los 11.000 autos que se roban. La mayoría cree que hoy –por la devaluación– la gran parte va a los desarmaderos. En el gobierno bonaerense calculan que cerca de la mitad de los autos robados terminan “cortados”, pero otros hablan de que la proporción es aún mayor. También están los que creen que los autos robados se dividen en proporciones iguales: 30 por ciento a desarmaderos, 30 por ciento son negocio de las recuperadoras de autos, 30 por ciento funcionan como mellizos y diez por ciento va al Paraguay o Bolivia.
En el propio Ministerio de Seguridad, que conduce Juan Pablo Cafiero, relatan lo ocurrido el lunes pasado con la pueblada en Lanús. La gente salió a la calle a reclamar por la muerte de dos jóvenes, en ambos casos a raíz de robos de autos. La gente le gritaba en la cara al comisario que “ustedes saben muy bien dónde están los desarmaderos”. Lo mismo le espetaban –aunque no estaba presente– al intendente Manuel Quindimil.
Desde el ministerio se pidió un informe, tanto al municipio como a la Departamental de la bonaerense sobre los desarmaderos de la zona. Pese a que cálculos extraoficiales señalan que hay más de cien, los informes oficiales que llegaron al ministerio el martes tenían una misma conclusión: no hay desarmaderos en Lanús. Intervino entonces la Brigada especial que funciona en La Plata y el miércoles allanó un desarmadero en Lanús: allí se encontraron 277 coches, 1300 puertas de autos y miles de otras partes. Semejante desarmadero no podía pasar desapercibido ni para el municipio ni para la Departamental.
Otro caso que ya es famoso es el de los jóvenes Charadía-Iglesias, una parejita de novios asesinada en forma brutal en Bahía Blanca. Se especuló con que se trataba de una venganza contra un comisario, ya que el varón era hijo de un oficial de la Bonaerense. Sin embargo, la investigaciónterminó demostrando que los dos chicos fueron asesinados por ladrones que buscaban exactamente el Chevrolet –color y tapizado– en el que andaba la parejita. Por ese doble crimen se acusó, por primera vez en la historia argentina, a los dueños de un desarmadero por instigación al robo y al homicidio.
Para que se vea la envergadura de lo que sucede, en Wilde se encontró un desarmadero de tres pisos, con dos ascensores montacargas.
Las recuperadoras
Los expertos en seguridad también miran con ojos más que desconfiados a muchas de las 200 empresas de recuperación de vehículos, casi todas ellas presididas por ex comisarios de la Maldita Policía. Esos “porongas”, como se los llamaba, trabajan para poner en las Departamentales a hombres afines y así hacen un espectacular negocio del robo de vehículos: el comisario les avisa cuando se encuentra un auto, se los da bajo cuerda, y la recuperadora le cobra el diez o el doce por ciento del valor del vehículo a la empresa aseguradora del auto.
–Los hombres de algunas recuperadoras ¿incentivan los robos? –le preguntó este diario a un ex alto funcionario de Seguridad.
–Es posible que, a través de los policías, haya algunas zonas liberadas. Pero yo más bien diría que se aprovechan del robo de autos, hacen un negocio ilegal en combinación con los policías. En cambio, en el caso de los camiones y la mercadería que llevan esos camiones, ahí pienso que hay más connivencia en el robo mismo. Las aseguradoras terminan pagando el diez por ciento de una cifra grande, como es la suma del camión y la mercancía.
–Los hombres de algunas recuperadoras ¿incentivan los robos? —le preguntó este diario a otro experto en seguridad, titular de una de las más grandes empresas del rubro.
–No tenga dudas. Ellos mismos incentivan el robo, el vehículo se guarda en un depósito y después hacen toda la pantomima de devolverlo a la aseguradora cobrando el diez por ciento —sostuvo el especialista.
El negocio de las recuperadoras está siendo estudiado por el Poder Ejecutivo y entre las medidas que se barajan está, lisa y llanamente, la prohibición de la mayoría.
Mellizos
Las variantes son innumerables y tampoco está clara qué proporción de autos robados se siguen usando como mellizos.
u Están los casos de autos incendiados o destruidos. Se quedan con la documentación, roban un auto parecido y le marcan la numeración para que se adecue a la documentación que tienen en su poder.
u Hay numerosísimos casos de autos robados o de vehículos de los que la gente no pudo terminar de pagar las cuotas y que, en forma deliberada, se oculta la orden de secuestro. La Departamental Mar del Plata de la bonaerense, por ejemplo, fue intervenida, entre otras cosas, por eso. Esos vehículos robados o en mora se siguen usando como remises en las zonas protegidas por los policías.
u Se roba un auto y se lo blanquea con documentación original, conseguida de forma ilegal en los registros.
Según los especialistas, estas modalidades están en baja porque (ya son demasiado complicadas). Sucede que se busca dinero fresco y rápido y el camino más corto para obtenerlo, hoy en día, está en los desarmaderos. Pero aun así se calcula que no menos de 2000 autos por mes pasan a la categoría de mellizos.
A la frontera
El robo de camionetas 4x4 flamantes o autos importados lujosos para llevarlos a Paraguay o Bolivia ha caído sensiblemente, tanto porque son pocas las personas que hoy –por la devaluación— se compran vehículos de esas características, como por el hecho de que muchos han decidido no circular con esos coches para no correr riesgos. Aun así, los expertos en seguridad siguen insistiendo en que siguen pasando la frontera algunas camionetas y coches importados. Según se sabe, la modalidad consiste en robar el vehículo el viernes por la noche o la madrugada del sábado, aprovechar las demoras en el libramiento de las órdenes de captura, y el sábado a la noche o domingo el auto ya está pasando por la frontera. Por supuesto todos se echan la culpa: los gendarmes dicen que la clave está en los robos en territorio bonaerense y la demora de las órdenes de captura, y los policías argumentan que el colador está en la complicidad de gendarmes en la frontera.
Una política
Las distintas modalidades del robo de autos y las muertes que se producen no hablan de un delito social, sino de la interrelación de mafias que tienen la complicidad de mandos policiales, punteros municipales y más que débiles respuestas políticas. El desarmadero le paga mil pesos por semana al comisario y cifras de ese estilo a la Departamental de Investigaciones, a la de Seguridad y, obviamente, a los hombres del municipio. La venta de repuestos robados en la avenida Warnes no se podría hacer si, como denuncian las concesionarias, no contaran con la complicidad de la Policía Federal y de las autoridades. Y así se puede seguir con las complicidades en la documentación trucha, en el pase por la frontera, en el arreglo con las recuperadoras o el uso de coches robados como remises.
En las últimas 48 horas, la Casa Rosada decidió tomar cartas en el asunto y hay durísimas críticas a la falta de voluntad política para afrontar la cuestión. Algunos prenuncian una fuerte ofensiva directamente encabezada por el Presidente y otros hablan de que el primer mandatario pondrá una presión de envergadura sobre los gobernadores. Lo que parece claro es que algo, de una vez por todas, debe hacerse.