EL PAíS › RENUNCIO EL JUEZ RAUL MADUEÑO, INTEGRANTE DE LA CAMARA DE CASACION
Era miembro de la Cámara desde su creación, en 1992. Fue quien “invitó” al presidente de la Asociación de Magistrados, Luis Cabral, como “subrogante permanente” de ese tribunal, por lo que fue denunciado.
› Por Irina Hauser
Raúl Madueño, uno de los jueces que integran la Cámara de Casación Penal desde su creación, hace veinte años, presentó ayer su renuncia ante el Poder Ejecutivo en un breve texto que pide que se haga efectiva a partir del 1º de septiembre, pero no especifica las razones de su decisión. Madueño es uno de los camaristas denunciados penalmente por la designación irregular, como subrogante de carácter permanente en Casación, de Luis Cabral, el titular de la Asociación de Magistrados, una entidad que él mismo presidió varias veces.
Cuando llegó a la Cámara de Casación, creada por el gobierno de Carlos Menem en 1992 como máxima instancia penal y revisora de las sentencias de los juicios orales, Madueño ya tenía un camino recorrido en tribunales que había iniciado a mediados de los años cincuenta como empleado “pinche” que hacía mandados, hasta que en diciembre de 1973 fue nombrado juez de instrucción. Venía de una familia catamarqueña, con tradición judicial. El día del golpe de Estado, el 24 de marzo de 1976, la Junta Militar cerró el Palacio de Tribunales e impidió la entrada a todo el mundo menos a cuatro jueces que la Cámara del Crimen designó para que quedaran de turno: uno de ellos fue Madueño. Poco tiempo después, era ascendido a camarista en el mismo decreto que dejaba cesantes a varios jueces como Gustavo Costa, Pedro David (actual integrante de Casación) y Jorge Anzorreguy, entre otros.
El hermano de Madueño, Guillermo Madueño, fue quien tuvo problemas penales por su actuación durante el terrorismo de Estado. La Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) lo detuvo en noviembre de 2009 después de rastrearlo por más de siete meses con un pedido de captura por encubrir delitos de lesa humanidad como juez federal de Bahía Blanca entre 1975 y 1978. Estuvo escondido, prófugo, en un departamento en Capital Federal, hasta que se detectó que usaba una línea de teléfono para comunicarse con sus familiares y con Ana Delia Vargas González, una mujer paraguaya que servía el café en el Tribunal Oral Federal 5, que integró hasta 2004. El general Acdel Vilas lo comprometió al declarar que Madueño visitaba a los jefes del Cuerpo V de Ejército “para hablar secretamente de todo lo que ocurría con la subversión”. Después de que el Centro de Estudios Legales y Sociales pidió su juicio político en 2004, renunció. Murió en 2010, cuando estaba detenido.
Raúl Madueño, el casador, ya pasó la edad de jubilarse, pero impulsó con éxito un amparo para permanecer en el cargo invocando la doctrina con que en 1999 la Corte Suprema avaló la permanencia de Carlos Fayt, declarando inconstitucional la cláusula que exige un nuevo acuerdo del Senado después de los 75 años. Siempre tuvo puesta la camiseta de la Asociación de Magistrados, de la que fue presidente (en los noventa por la Lista Blanca, de las más conservadoras) y a la que hasta hace poco insistía en atraer a los jueces que no están enrolados.
Fue él quien en 2011 “invitó” al actual titular de la entidad, Cabral, para ocupar un lugar como subrogante en Casación, con el argumento de que era una situación de emergencia porque había casi la mitad de vacantes. El titular de la Unidad de Derechos Humanos de la Procuración, Jorge Auat, y también el CELS denunciaron ante el tribunal que no se había aplicado el procedimiento previsto por la ley de subrogancias, que establece que los suplentes se eligen entre jueces del mismo tribunal o bien se sortean entre todas las cámaras y tribunales del país. En este caso no se hizo ningún sorteo, fue un nombramiento a dedo. Pero la mayoría de la Cámara de Casación no sólo lo avaló sino que este año, en una nueva resolución, decidió que era una subrogancia de carácter permanente, una categoría inexistente y contradictoria con el concepto de una suplencia. Esa disposición fue firmada por todos, excepto Angela Ledesma, Alejandro Slokar y Pedro David, además de Gustavo Hornos, que se ausentó.
La situación llevó finalmente a una denuncia penal, que formuló el diputado Carlos Kunkel (Frente para la Victoria) por el presunto nombramiento ilegal. Está a cargo de la jueza María Servini de Cubría y la instruye el fiscal Eduardo Taiano. Está caratulada como “Madueño y otros”, basándose en que fue él quien convocó a Cabral, también denunciado, y que hasta entonces se desempeñaba como juez de un tribunal oral porteño. Taiano pidió las primeras medidas de la investigación antes de que empezara la feria judicial.
Hace unos días, Madueño anticipó a funcionarios del Gobierno que renunciaría y ayer concretó la presentación según confirmó el Ministerio de Justicia. Si, como todo parece indicar, el Ejecutivo le acepta su paso al costado, serán cuatro (de trece cargos) las vacantes en Casación.
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