La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) anunció ayer una jornada nacional de lucha con paro y movilizaciones para el próximo 6 de agosto. Será en reclamo de un aumento salarial de 200 pesos y “contra los despidos de empleados y el rechazo a la corrupción enquistada en la administración pública desde los años del menemismo”. La protesta culminará con una marcha hacia Plaza de Mayo.
“Vamos nuevamente a un plan de lucha por la justicia para los trabajadores estatales”, dijo el secretario general de ATE, Pablo Micheli, quien exigió que “se avance hasta el hueso de la corrupción del Estado, donde hay 17 mil trabajadores en negro o con contratos basura”. Pidió que el aumento de 200 pesos “alcanzado por los compañeros de las empresas privadas” llegue a “todos los trabajadores del país”, entre los que destacó a los médicos, los sanitaristas, las enfermeras, los científicos y empleados del control de los alimentos, “los que se ocupan de la niñez desamparada y reciben como remuneración apenas 720 pesos mensuales”.
Micheli denunció además “los despidos de trabajadores y delegados gremiales y ñoquis del menemismo enquistados en distintos organismos”, mientras el gasto público “fue reducido a su mínima expresión después de lo que fue la década infame del menemismo con el desguace del patrimonio nacional”. “Hay cientos y cientos de cargos políticos con funciones ejecutivas que cobran el doble de sueldo que el Presidente, llegaron a esos cargos con concursos totalmente truchos y están enquistados en sus sillones”, señaló.
Mientras tanto, la medida de fuerza del pasado miércoles realizada por ATE Buenos Aires, junto a los docentes y médicos de la provincia, tuvo ayer una respuesta oficial. El gobierno de Felipe Solá se comprometió a otorgar un aumento de 60 pesos en el salario mínimo de la administración bonaerense, con lo que los empleados públicos que cobraban 320 pesos pasarán a percibir ahora 380.