Además de ser un juez con fuerte repercusión mediática por la indudable connotación política de las resoluciones que toma, Claudio Bonadío es conocido como coleccionista y aficionado a las armas de fuego. Entre sus conocidos se sabe que el polémico magistrado guarda en su domicilio un verdadero arsenal con más de treinta armas de guerra.

En el año 2001, en la localidad de Villa Martelli, en el conurbano, Bonadío se resistió a un asalto y mató a tiros a dos de los tres ladrones que intentaron asaltarlo. El caso se caratuló como “legítima defensa”, aunque no dejó de sorprender la reacción violenta del magistrado. Un vocero de la Policía Federal aclaró a los medios, en ese momento, que Bonadío es “un experto tirador” que suele concurrir a los polígonos de esa fuerza.

La pistola que utilizó en ese momento fue una Glock calibre 40, una de las mejores armas de su tipo. Según quienes lo conocen, el juez acumula numerosas pistolas de esa marca y de muchas otras, así como fusiles de repetición, escopetas y revólveres.

Bonadío ha disputado el escenario mediático últimamente por forzar causas muy polémicas para involucrar a funcionarios y ex funcionarios en medio de una campaña electoral. También ha generado más de 60 causas presentadas en su contra en el Consejo de la Magistratura. Si bien la mayoría de ellas no progresaron, algunas están en curso.

La polémica alrededor de sus últimas decisiones apunta a que las causas contra el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime y el actual secretario de Comercio Guillermo Moreno fueron muy forzadas. Tanto es así que, en el caso de Jaime, la Cámara desautorizó la decisión del juez y el caso de Moreno le valió otra denuncia en la Magistratura.

Más allá de que sus decisiones en estos dos casos fueron muy controvertidas, Bonadío se puso en el centro de la polémica porque ambas fueron implementadas pocos días antes de que comenzaran las campañas electorales. Es pública y reconocida la relación de este juez amante de las armas con un sector de la derecha del peronismo liderado por Miguel Angel Toma, que en la Capital Federal está aliado con Mauricio Macri, y en la provincia con Sergio Ma-ssa. Esta relación hace más difícil la situación de Bonadío, porque expresa una intención política en las medidas judiciales que tomó.