EL PAíS
› FISCALES PIDEN INDAGAR A SHUBEROFF
Rector en apuros
Cuando a la cuenta regresiva de su gestión le queda sólo un mes, el rector de la UBA, Oscar Shuberoff, podría ser indagado por la Justicia bajo la acusación de “abuso de autoridad”, “incumplimiento de los deberes de funcionario público” y “violación de la ley antidiscriminación”. La causa que ahora alcanza al rector es un coletazo más de la interminable polémica desatada alrededor del CPI, aquel efímero curso de ingreso a la Facultad de Medicina.
Ayer, la Fiscalía Federal Nº 1 pidió al juez Jorge Urso que cite a declarar como imputado a Shuberoff. Los fiscales Jorge Di Lello y Gerardo Pollicita quieren indagar al rector por una causa iniciada tras la denuncia de dos egresados de Medicina, Diego Cukier y Bruno Glavina. Los recientes graduados se encontraron, al recibir sus diplomas, con un autógrafo del rector en el reverso: “Entregado por orden de la Justicia”.
Ambos habían ingresado en la facultad a través del Curso Preuniversitario de Ingreso (CPI), en lugar de vía el Ciclo Básico Común (CBC). El CPI había sido creado en 1995 por el ex decano Luis Ferreira, en medio de una dura batalla entre el luego funcionario menemista y el rector radical. Ante la puesta en marcha del CPI, pergeñado para fijar cupos de ingreso, Shuberoff había proclamado que el único ingreso válido para todas las carreras era el CBC y que quienes no lo cursaran no podrían graduarse. En 1998, la UBA y la facultad acordaron suprimir el CPI y restaurar el CBC. El problema eran los 7 mil alumnos que ya habían entrado vía CPI. Se consensuó que ellos deberían cursar dos de las seis materias del ciclo básico. Pero los alumnos se resistieron y recurrieron a la Justicia, que llegó para ellos en 2000. Y, el año pasado, Shuberoff se vio obligado a firmar los títulos de los primeros graduados que no hicieron el CBC. Obstinado, el rector aclaró en los diplomas “la situación judicial que me obliga”, tal como dijo. Pese a que otro fallo impidió que repitiera esa leyenda, aquellas primeras anotaciones causaron la denuncia de Cukier y Glavina, quienes se sintieron discriminados por esa mácula en sus diplomas. Ahora, los fiscales quieren que Shuberoff sea indagado porque, dicen, el rector no tenía “potestad para insertar ningún tipo de leyenda o anotación en los diplomas” y porque su conducta incurre en los delitos de “abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”.
Mientras, en la UBA, los voceros del rector se limitaron a decir a Página/12 que “por ahora no hay notificación oficial. Es un pedido de los fiscales que el juez puede tomar o desechar. Aunque, viniendo de la Justicia Federal, estas cosas siempre tienen olor a operación política”, husmearon.