EL PAíS
Los muchachos piqueteros
El fenómeno piquetero parece más calmado desde el cambio de gobierno, y esta semana un grupo hasta fue a la Rosada a apoyar a Kirchner. Una movida inesperada en el tablero de lo que fue la protesta social más dura.
› Por Laura Vales
La ley de hierro de la decadencia formulada por Lowi en 1971 indica que todos los grupos acaban perdiendo su combatividad y volviéndose abiertamente conservadores.
–Ese comentario es malintencionado –protesta del otro lado del teléfono el dirigente piquetero. Desde su celular, la voz llega con un tono cargado de fastidio. El hombre ya viene de un mal día: acaba de ver a una marcha de desocupados encabezada por el titular de la Uocra, el otrora menemista Gerardo Martínez, en la Plaza de Mayo. La televisión mostró a los manifestantes, tan pobres como cualquier piquetero, llegando a la Casa Rosada y después al presidente Néstor Kirchner saliendo a la plaza para saludarlos, entre banderas celestes y blancas. Los manifestantes dijeron ser integrantes del “Movimiento Social Solidario”, que –opina ahora el consultado con resentimiento– tiene como fecha de fundación “la de antes de ayer”. ¿No es curioso? “Resulta que últimamente todos quieren tener su movimiento social”. Un poco por esto y otro poco porque la mención al tema de la decadencia es, efectivamente, injusta, la reacción suena malhumorada. “No haga interpretaciones simplistas”, aconseja.
Pero la cita vino bien para plantear el tema, porque la realidad es que hace rato que no se ven grandes marchas de desocupados como las que acompañaron el año 2002, cuando una vez por semana había que escapar de los gases lacrimógenos y después llegarse hasta la comisaría para cubrir una nueva manifestación por los presos. ¿Cómo es que ahora aparecen grupos como el Frente de Desocupados Eva Perón? “No sé”, dice el piquetero y pide que mejor su nombre no aparezca en la nota. “Nosotros no somos kirchneristas”, aduce. No iba a ser el primero en pronunciar esa frase.
La novedad en el ámbito de las organizaciones de desocupados es la aparición de agrupaciones piqueteras peronistas. Incipientes, armadas un poco a lo Frankenstein, de retazos de trabajos barriales (comedores o centros de salud que efectivamente existen hace años) mezclados con punteros del PJ bonaerense, se las vio de estreno el 26 de julio, aniversario de la muerte de Eva Perón, detrás de una pancarta que decía “MTD Evita”. Como referente del sector aparece Emilio Pérsico. En el mismo conjunto está Roberto Perdía con la Organización Libres del Pueblo (OLP) y finalmente el mencionado Frente de Desocupados Eva Perón.
–¿Qué pasó? –preguntó Página/12 a Pérsico.
–A muchos compañeros que venían laburando dentro del peronismo liberal les picó el bichito revolucionario –dijo luego de algunos rodeos–. Es una experiencia nueva, de compañeros que estaban en el PJ y en otros espacios alternativos. La idea es que suceda un fenómeno como el que impulsó Perón, quien no creó los sindicatos, pero los integró al peronismo. Creemos que ahora hay una oportunidad parecida: existe un movimiento de masas que en los últimos años encabezó la resistencia al modelo neoliberal y es el tiempo de integrarlo al proceso político.
–Ustedes vienen a ser los piqueteros kirchneristas, entonces.
–No somos kirchneristas, no somos parte del Gobierno ni del kirchnerismo, venimos del espacio de la resistencia. Yo pertenecía a Quebracho. Lo que creemos es que hubo una etapa en que había que empujar la crisis y ahora se abrió un tiempo nuevo, en el que lo central es discutir el modelo. De esa discusión nosotros sí queremos ser parte.
Perdía y Pérsico vienen de Montoneros. Pérsico participó en la contraofensiva del ‘78, estuvo unos meses exiliado y volvió al país en el ‘80. Militó en Intransigencia y Movilización que dirigió Vicente Leónidas Saadi, después del Peronismo Revolucionario y el Peronismo que Resiste, grupo que estuvo entre los fundadores de Quebracho, donde permaneció por varios años hasta volver al PJ. La historia de Perdía es más conocida, sobre todo por su acercamiento al menemismo en los ‘90. A la marcha llevaron gente de La Matanza y Florencio Varela. Pero también se movilizaron en el mismo homenaje a Evita otros MTD ya existentes, como el Resistir y Vencer. Este MTD es uno de los grupos chicos del conurbano (tiene unas 3 mil personas), con centro en la zona de Avellaneda. Antes del cambio de gobierno estaban confluyendo con el Bloque Piquetero (los desocupados del Partido Obrero y el Partido Comunista), con quienes bloquearon el polo petroquímico de Dock Sud.
–¿No salen más con el Bloque?
–En los últimos cortes no estuvimos –señaló Gabriel Rodríguez–. Pensamos que hay que reformular el accionar piquetero, en el sentido de que los enemigos del pueblo son los grupos económicos. Por ejemplo, estamos organizando una movida de repudio a que se acuerde con el FMI.
“Aclare que no somos kirchneristas”, puntualiza, “ni antikirchneristas tampoco. La diferencia con los otros sectores que se vieron en la movilización por Evita es que nosotros estamos en la calle desde hace mucho, venimos desde antes. Siempre hemos reivindicado la cuestión patriótica y por eso fuimos a la movilización que también fue por La Moncada. Es cierto que vemos algunas señales que son positivas en el Gobierno: el tema de la Corte Suprema, de los militares, la cuestión (póngalo entre comillas) de una posición autónoma de los centros financieros. Respetamos la expectativa que ha generado Kirchner, pero mantenemos nuestra autonomía. Sin movilización popular, ninguno de esos anuncios va a poder concretarse”.
Ahora son los funcionarios los que llaman a las redacciones para difundir (algunas) protestas piqueteras. “Estuvieron los desocupados haciendo un acto contra el ALCA en la puerta de la Cancillería –telefoneó la semana pasada un vocero de ese Ministerio–. Si le interesa, le puedo contar cómo fue. Anoté algunas cosas.” Y a continuación, pasó un resumen completo de lo que había observado en la jornada de lucha, con los nombres de los oradores del acto incluidos. La manifestación era de la agrupación Barrios de Pie, vinculada al partido Patria Libre, que iniciaba ese día un encuentro de educadores populares. Las jornadas fueron inauguradas con una concentración de desocupados en la esquina de Arenales y Esmeralda que irrumpió en el paisaje recoleto de la zona, una manzana de autos importados y empleados con sueldos de seis mil pesos.
Luego del acto, en el que los manifestantes plantearon que el ALCA limita el derecho a la educación, un grupo fue recibido por el secretario del área política del Ministerio, Jorge Taiana, y el Subsecretario de Integración Económica, Eduardo Sigal. En algún sentido, hay un punto de interés común entre los piqueteros y el Ejecutivo: si el Gobierno quiere mantener firme la defensa del Mercosur y su primacía sobre el ALCA, necesitará de respaldo popular.
Barrios de Pie es otro de los grupos que en los últimos tiempos también dejó de coordinar sus protestas con la izquierda. “Para nosotros este gobierno no es lo mismo que los anteriores, como tampoco es lo mismo Kirchner que (Eduardo) Duhalde”, indicó Jorge Ceballos. “Nosotros hemos sido opositores a Duhalde, por eso no podríamos ser oficialistas ahora. No somos kirchneristas, pero sí vemos positivamente alguna de las medidas que se han tomado en el terreno de los derechos humanos, la posición frente a las empresas privatizadas al no concederles los aumentos y algunas definiciones que el Presidente fue dando, como eso de que a la Constitución Nacional hay que leerla entera, reconociendo los derechos de los que menos tienen”.
En su Movimiento están hablando además de piqueteros truchos. “Alertamos sobre la aparición de supuestos piqueteros que ayer (por el jueves) marcharon en apoyo al Gobierno”, advirtió un comunicado de prensa este viernes, tras detallar que en realidad, esos manifestantes se habían movilizado “al mejor estilo duhaldista” con micros que salieron de LaMatanza. La gacetilla anuncia cortes de ruta para este viernes en reclamo de planes: culpa a “sectores duhaldistas en el Gobierno” de bicicletearlos “porque tienen inquina con nosotros”.
Luis D’Elía (CTA) lo dijo en el lanzamiento de su campaña a gobernador bonaerense: “Mientras el Presidente siga así, somos kirchneristas”. Fue posiblemente el gesto más abierto y el que generó menos sorpresa. El dirigente de la CTA está avanzando junto al Ministerio de Planificación en el armado de un plan de viviendas con los piqueteros. El programa contempla la construcción de cuatro mil casas y la generación de 10 mil puestos de empleo, con un mecanismo que reemplazará los subsidios del plan Jefas y Jefes de Hogar por cooperativas de trabajo. La idea es que los beneficiarios que ingresen al programa pasen a cobrar un sueldo de 500 pesos con cobertura social, monotributo, jubilación y ART. Desde un punto de vista macroeconómico, el plan no tendrá una incidencia fuerte. Diez mil empleos en el océano de 2.100.000 beneficiarios del Jefes de Hogar es apenas una gota.
Más sorprendente que las palabras de D’Elía fue la toma del edificio del PAMI que encabezó Raúl Castells, unos días antes de la intervención de la obra social de los jubilados, ocupación que ayudó a que el Gobierno encontrara un clima social favorable para hacerlo. El dirigente, cuyo discurso suele más incendiario que el de ningún otro referente de la izquierda social, invitó a uno de sus actos a la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, para la entrega de vehículos a cooperativas de trabajo de cartoneros.
¿Implica la aparición de nuevos grupos (o el reacomodamiento de los demás) que se esté librando una guerra por debajo, para minar la base social de los adversarios, robándoles gente? Los dirigentes que consultó este diario dijeron que no. El país sigue teniendo, en un cálculo indulgente, 4 millones de personas con problemas de empleo, entre desocupados y subocupados.