Durante la tarde del jueves, en Ezeiza, aparecieron falsos volantes con el logo del supermercado Coto en los que se anunciaba que esa empresa distribuiría 30 mil bolsones de comida. El objetivo estaba cantado: que la gente de los barrios carenciados, entre los que se repartió el volante, fueran al súper y, ante la inexistencia de la distribución de bolsones de alimentos, trataran de entrar al Coto por la fuerza. La policía de la zona detectó la movida, intervino y las cosas no pasaron a mayores. Este fue uno de los episodios en los que funcionó el operativo preventivo diseñado por los ministerios de Seguridad de la Nación y de la provincia de Buenos Aires. Hasta anoche las cosas se desarrollaban con normalidad, sin incidentes mayores. Incluso los súper chinos que habían anunciado cierres trabajaron sin contratiempos.

Durante la jornada del jueves, fueron detenidos los hermanos Damián y Diego Canelas, que habían convocado a saquear por Facebook a dos comercios de electrodomésticos de La Plata. Uno de ellos es conocido como Johnny TC en un programa de lucha. Su familia argumentó que en realidad estaban haciendo un chiste, pero el fiscal Fernando Cartasegna los aprehendió. El rastreo de las redes sociales es parte del plan de prevención. El Ministerio de Seguridad de la Nación puso en marcha un software nuevo en el que se detectan, por palabras clave, las movidas para producir incidentes o saqueos, es decir que se analizan publicaciones en las redes que contengan términos como “robar”, “saquear” o incitaciones de ese estilo. Los funcionarios consultados por este diario sostuvieron que ese rastreo es perfectamente legal: “Se trabaja sobre Facebook y Twitter, que son públicos. Obviamente no se espían mails personales ni nada por el estilo”. Además –dicen– se trata de inteligencia para prevenir un delito.

El análisis hecho a fines de 2012 demostró que el protagonismo en los saqueos de San Fernando, Campana, Bariloche y San Martín lo tuvieron pequeños núcleos movidos por punteros. Por lo general, la convocatoria se realizó por mensajes de texto o volantes apócrifos en los que se anunciaban distribuciones de comida. Sobre esa base, se reunía a vecinos frente a los supermercados, el grupo acaudillado por los punteros se lanzaba primero –muchas veces en moto– y abría el camino a quienes estaban con la falsa expectativa de recibir el bolsón de comida. Y en los casos en los que no se pudo vulnerar a las empresas grandes, se reorientaron a los súper chicos, generalmente con dueños orientales.

En el plan diseñado por la ministra María Cecilia Rodríguez, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, y el titular del área bonaerense, Alejandro Granados, se pone atención a esas movidas –como la de Ezeiza–, y el patrullaje de fuerzas provinciales y federales es la clave. Se trabaja con varios helicópteros que supervisan las áreas y están dispuestos varios cuerpos de intervención rápida que deberían llegar en pocos minutos a cualquier foco de problemas. Al mismo tiempo, Desarrollo Social intensificó su presencia en las zonas de más bajos recursos para responder a las situaciones socialmente más difíciles. Todo este operativo se mantendrá durante el período completo de las Fiestas.

Desde el punto de vista judicial, la procuradora bonaerense María Del Carmen Falbo también puso en marcha un sistema de turnos de fiscales, de 24 horas, en todo el territorio provincial. En diálogo con Radio Del Plata, Falbo adelantó que toda persona sorprendida saqueando será imputada por robo doblemente agravado, en poblado y en banda. En todos esos casos, los fiscales impulsarán que los imputados no sean excarcelados.

Superada la primera jornada emblemática, la del 19 de diciembre, hasta anoche parecía también superarse bien el igualmente emblemático 20 de diciembre. Los operativos se mantendrán todo lo necesario, incluso más allá de fin de año.

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