EL PAíS › CONTINúAN LOS PROBLEMAS EN VARIOS BARRIOS DE CAPITAL Y PROVINCIA
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, volvió a responsabilizar a las distribuidoras y aseguró que entre las opciones que se están evaluando se incluye la estatización de las firmas o la transferencia del control del servicio a Ciudad y provincia.
› Por Fernando Krakowiak
Los cortes de luz continuaron ayer en varias zonas de Capital y Gran Buenos Aires durante otra jornada de calor intenso. Los mayores inconvenientes se concentraron en el área de concesión de Edesur. Hubo apagones y protestas en Paternal, Villa del Parque, Flores, Floresta, Caballito, Villa Crespo, Almagro, Constitución y Lugano, entre otros barrios. El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, volvió a responsabilizar a las distribuidoras y aseguró que entre las opciones que se están evaluando se incluye la estatización de las firmas o la transferencia del control del servicio a la Ciudad y a la provincia de Buenos Aires. El ministro de Planificación, Julio De Vido, sostuvo, por su parte, que se compensará a los usuarios afectados por la interrupción del servicio y volvió a pedir que se haga un “uso racional” de la energía.
En diálogo con Página/12, fuentes de Edesur afirmaron que los cortes en el servicio son “puntuales” como consecuencia del calor y la sobreexigencia que registran sus redes ante la demanda creciente, pero las denuncias en la televisión, las radios y las redes sociales y las protestas callejeras dieron cuenta de una situación más grave que la reconocida por la compañía. Durante la tarde y noche de ayer, vecinos sin luz de Flores y Floresta bloquearon las vías del ferrocarril Sarmiento; en Lugano cortaron la autopista Dellepiane; en Villa Dominico interrumpieron el servicio del tren Roca; en Almagro ocuparon las intersecciones de Río de Janeiro y Rivadavia y Sarmiento y Palestina; en Villa Crespo hubo piquetes en Corrientes a la altura de Serrano y de Angel Gallardo; en Barracas interrumpieron el tránsito en Piedras y Martín García; en Paternal pasó lo mismo en Juan B. Justo y Trelles, y en Caballito bloquearon Rivadavia y Avenida La Plata, por mencionar sólo algunos lugares.
Edesur aseguró que sus cuadrillas están trabajando para solucionar los inconvenientes, pero algunos de los empleados que las integran relataron ayer a Página/12 que no dan abasto ante los pedidos y la extensión de los cortes lo demuestra. La misma desatención se observa en el servicio telefónico, donde ni siquiera hay personas respondiendo ante los afectados, sino sólo una grabadora que toma el reclamo. Los vecinos en ningún momento reciben un diagnóstico de lo ocurrido ni del plazo que puede demandar la reparación. Sólo se informa que la empresa “está trabajando en el tema”.
En el caso de Edenor, fuentes de la compañía también dijeron a Página/12 que los cortes son “puntuales”, afirmaron tener mil cuadrillas trabajando y remarcaron que no hay usuarios que estén hace más de 24 horas sin luz. La cantidad de cuadrillas revela que los problemas son numerosos, pero las protestas han sido menores en comparación con las de los clientes de Edesur, e incluso fuentes oficiales reconocieron ante este diario que la situación de la firma controlada por Pampa Energía no es tan complicada como la que enfrenta la distribuidora que responde a la italiana Enel. No obstante, si se decide estatizar, la medida supondrá una reformulación total del servicio y alcanzará a ambas distribuidoras.
Mientras tanto, ante la desesperación que provocan los cortes reiterados y sorpresivos, algunos vecinos volvieron a reclamar ayer que se apliquen interrupciones rotativas y programadas en el servicio. El problema es que los apagones no responden a un déficit en el eslabón de la generación eléctrica, sino a una red de distribución que se encuentra colapsada en numerosos tramos por falta de inversiones. Por lo tanto, cortarles la luz a los vecinos abastecidos por una central que funciona no serviría para reponer el servicio en aquellos otros lugares donde se quemaron los transformadores y los fusibles. Lo que sí están haciendo las empresas es interrumpirles el suministro a algunos usuarios cuando la demanda está por llegar al límite de la red para evitar que la central colapse. Si la empresa reacciona a tiempo, el corte suele ser por unas pocas horas. De lo contrario, puede extenderse durante varios días.
El ministro De Vido les pidió ayer por la tarde a los usuarios que denuncien la falta de suministro no sólo ante las empresas, sino también ante el propio Ministerio de Planificación, donde se habilitó una serie de líneas para tomar los reclamos (ver aparte). Además, volvió a embestir contra las distribuidoras. “El contrato de concesión no prevé ningún corte en el servicio, con lo cual, una vez terminada la ola de calor, vamos a multar a las empresas y otorgar una compensación económica a cada uno de los usuarios que haya sufrido un corte”, aseguró. Por la noche, Capitanich también criticó a las distribuidoras: “Si no están en condiciones de prestar el servicio, tienen que notificar formalmente al Estado que no están dispuestos a ejecutar el contrato en esas condiciones”, sostuvo. En el Gobierno creen que las empresas buscan forzar una rescisión del servicio para después reclamar una indemnización. Por eso, el jefe de Gabinete insistió en que deben ser las propias firmas las encargadas de dar un paso al costado si no pueden solucionar los problemas.
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