La lujosa vivienda en el country de Pilar donde vivía Luis Medina, el presunto narco asesinado el fin de semana pasado en Rosario, iba a ser allanada esta semana por personal policial de Santa Fe, pero anteayer, con la “confusa” llegada de tres agentes de la División Judiciales de la provincia al lugar, acompañados por el padre de la pareja de Medina, también asesinada, hubo que adelantar la medida oficial. La semana anterior, tras la orden de la jueza Alejandra Rodenas, los investigadores designados se habían comunicado con la Justicia bonaerense para dar a conocer lo que se pretendía hacer. Tenían el dato de que la casa de grandes dimensiones de Medina –donde vivía con la joven asesinada, Justina Pérez Castelli– había sido prácticamente vaciada: la mayor parte de su mobiliario fue trasladado a la casa de un socio, apodado Patón, en el mismo barrio cerrado. Tras el operativo adelantado, se secuestraron cerca de quince celulares, credenciales, documentación de importancia y un pasaporte. En tanto, los tres policías de Judiciales estuvieron demorados seis horas, acusados de “abuso de autoridad”, en la DDI de Pilar. Desde la división aseguraron ayer que se trató de una “actividad normal” y negaron haber pretendido allanar la casa. Por el contrario, adujeron haber ido a “constatar una información” vinculada con el caso y a tomar fotos del lugar. Finalmente, el operativo oficial se realizó con más de diez vehículos y treinta hombres de las tres divisiones asignadas, en presencia de la DDI de Pilar. Adrián Forni, titular de las TOE, indicó que las dos viviendas allanadas eran de “extremo lujo”. En la casa de Medina fue secuestrada documentación de interés para la causa, celulares de vital importancia, porque estaban colocados en un lugar que no se previó que podían ser encontrados, se indicó.