“El Gobierno no persigue a nadie, plantea otra manera de hacer política, de discutir los temas, atendiendo los reclamos de la gente.” Con esa frase, el vocero presidencial Miguel Núñez salió ayer al cruce de las declaraciones del diputado Adrián Menem, quien calificó de “persecución política” la supuesta decisión del Poder Ejecutivo de designar un abogado para representar al Estado argentino en la causa que se le sigue al ex presidente Carlos Menem en Suiza por dos presuntas cuentas bancarias en ese país. Núñez no desechó la posibilidad de nombrar un letrado y aclaró que “el trámite en el Ministerio (de Justicia) existe”, pero dijo que es un tema que “todavía el Presidente (Néstor Kirchner) no ha abordado y lo hará cuando lo considere oportuno”. “No nos gusta que nos fijen la agenda”, agregó el vocero presidencial.
“Comienzan a operar sectores interesados por cuestiones electorales e ideológicas”, sostuvo Núñez, que se refirió al menemismo como “aquellos que nos condujeron al fracaso, que produjeron la mayor concentración económica durante una década y la mayor exclusión social, y hoy pugnan por volver”. El funcionario señaló que “los menemistas sueñan” que son acechados por la Justicia y dijo que “debe ser porque están muy acostumbrados a frecuentar los pasillos de los Tribunales”.
Miguel Núñez consideró que “la gente está dando un enorme apoyo” a la lucha contra la corrupción porque “reconoce a un Presidente que habla con la verdad”. Pidió, entonces, “blanquear el debate con la sociedad, discutir los temas y dejar de sugerir que hay decisiones tomadas entre gallos y medianoches”. Adrián Menem había hablado de “un plan contra el ex presidente” y había apuntado hacia el ministro de Justicia, Gustavo Beliz, de quien dijo que “admira tanto a Menem que esa admiración se transforma en odio y resentimiento hacia él”.