La conducción de la CGT confirmó que no promoverá cambios en el esquema de las paritarias.

La CGT oficialista, encabezada por el metalúrgico Antonio Caló, confirmó ayer su respaldo al gobierno nacional en una reunión de consejo directivo que mantuvo ayer para discutir las novedades acerca del proceso de negociaciones paritarias, luego del encuentro que mantuvieron el martes pasado con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. La conducción de la central sindical confirmó que, a pesar de las dificultades en la situación económica de las últimas semanas, el debate sobre los aumentos salariales se llevará a cabo de forma normal, anualizada y rama por rama, tal como sucedió durante los últimos diez años.

En la reunión que tuvieron en la sede de Smata, los sindicalistas se comprometieron a participar activamente del control de precios y manifestaron su apoyo a la Presidenta ante el “golpe económico” que tuvo lugar a fines de enero. También acordaron peticionar para que, luego de acordar los incrementos salariales, se vuelva a aumentar el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias y apoyaron el pedido de los docentes para un incremento del salario mínimo en ese sector.

“Esta CGT acompaña este modelo económico y rechaza los aumentos desmedidos. Los trabajadores no formamos los precios y el Gobierno tampoco”, aseguró Caló, antes de proponer a sus compañeros en el consejo directivo de la central obrera colaborar en el control de precios. El metalúrgico aclaró, de todos modos, que los gremios no van a recorrer supermercados, como hacen hoy en día los militantes de algunas agrupaciones políticas, sino que van a “controlar los tickets”.

Antes de ingresar al cónclave, el líder de la UOM había manifestado su coincidencia con la Presidenta en la denuncia de un intento desestabilizador por parte de grupos concentrados. “Efectivamente hubo un golpe económico, que es como un golpe de Estado”, fueron sus palabras. Al salir de la reunión, agregó: “Yo como ciudadano y dirigente gremial tengo derecho a decir que hubo un intento de los formadores de precios y del poder concentrado de desestabilizar al Gobierno. Esto lo dice Caló y me hago cargo, y no tengo que consultarlo con nadie”.

Por su parte, Héctor Daer, secretario general del Sindicato de Sanidad, informó que “el consejo directivo sigue acompañando un reclamo en el sentido que el sueldo docente no quede por abajo del mínimo, vital y móvil, sino que haya un piso decoroso”. Los representantes de ese sector habían pedido un aumento que llevara al mínimo a 5500 y también una negociación semestral de los salarios. El segundo punto no encontró eco en la CGT.

Además, el secretario general de la CGT aseguró que su gremio no adelantará las negociaciones previstas para abril, sino que el encuentro que concertó con empresarios metalúrgicos para el martes próximo será para comenzar a ver en qué condiciones se llega a la apertura de paritarias. Finalmente, confirmó que se volverán a reunir con la titular de la Superintendencia de Salud, Liliana Korenfeld, para avanzar en el diálogo acerca de la deuda que la Nación mantiene con las obras sociales.

Del encuentro participaron el anfitrión Ricardo Pignanelli (Smata), Omar Viviani (taxistas), Caló, Daer, José Luis Lingeri (Aysa), Gerardo Martínez (Uocra), Alberto Roberti (petroleros), Romildo Ranú (vestido) y Noel Ruiz (modelos), entre otros. El gran ausente fue la Unión de Transporte Automotor, que faltó con críticas a la dirigencia y aparece cada vez más cerca de la central que encabeza Hugo Moyano.

El martes pasado, Caló, junto con sus principales colaboradores, se reunió con la Presidenta en la quinta de Olivos. Allí acordaron que las paritarias se realicen este año con normalidad y le plantearon a la mandataria inquietudes respecto del mantenimiento de la actividad económica y la continuidad de las fuentes de trabajo.