Sólo uno de los entrevistados para la investigación sobre argentinos en España regresa al país tras haber logrado los objetivos económicos que se había planteado al emigrar. Se trata de un migrante que salió de la Argentina en 1991. “A mí me mató el menemato. Vendía autopartes, pero Menem me fundió. Mató todo. Tuve que cerrar el negocio. Estuve sin trabajo varios meses, hasta que me vine. Primero conseguí de camarero; almacenaba la mercadería, fregaba los suelos, los platos. Fue duro; pero duro, duro, duro. Después conseguí con un cliente del bar: empecé limpiando piscinas; me di maña y aprendí a arreglar los filtros de agua y también me metí con todo lo que es mantenimiento de piscinas y con los arreglos (...). Pude comprarme dos pisitos allá, en Ciudad Jardín, cerca de mi vieja (...). Los tengo alquilados, pero me voy a parar en casa de mi vieja un tiempo (...). La idea es montar un negocio y ofrecer mis servicios para mantenimiento de piscinas, con un capital que nos llevamos con mi pareja (...). Ella está en el paro hace casi seis meses. Trabajó varios años en una residencia y acá estudió peluquería en una academia, y eso que se hacen las mujeres en las uñas (...). Su idea también es montar algo allá”, dice el único de los 33 entrevistados que regresa al país tras alcanzar la meta económica que buscaba.