EL PAíS
Identifican al último jefe del grupo de tareas de la ESMA
En las denuncias figuraba como Guratti, pero varios sobrevivientes aseguran que se trata del capitán retirado Oscar Lanzón.
“No, creo que no lo conozco”, afirmó el capitán de navío retirado Oscar Rubén Lanzón cuando periodistas radiales le preguntaron ayer si conocía al represor de la ESMA Ricardo Cavallo, actualmente prisionero en España donde será juzgado por graves violaciones a los derechos humanos. La respuesta de Lanzón no debería sorprender si efectivamente se trata de uno de los jefes represores de la ESMA que fue reconocido por varios sobrevivientes del campo clandestino de detención, y que durante más de 20 años eludió la acción de la Justicia, según una investigación del periodista José Vales que publicó ayer el diario mexicano El Universal, del que es corresponsal en Buenos Aires.
Lanzón no figura en las listas de represores ya que, según los sobrevivientes de la ESMA, habría actuado durante la dictadura con el nombre de Horacio Guratti. Con esta identidad habría reemplazado en febrero de 1980 a Luis “Abdala” D’Imperio, quien hasta entonces era el jefe del Grupo de Tareas 3.3.2. en el que operaba Cavallo, conocido en México, ya que allí fue apresado.
“Guratti-Lanzón –señala Vales– es un oficial perteneciente a la promoción 93 y comenzó su carrera como oficial de la Armada de Guerra en 1966 con el grado de guardiamarina. Cinco testimonios de sobrevivientes lo acusan de ser el responsable de la desaparición de Elsa Barreiro de Villaflor, Josefina Villaflor, José Hassan, Fernando Brodsky, Enrique Ernesto Ardetti y Juan Carlos Anzorena, entre otros secuestrados, cuando reemplazó a D’Imperio”.
La verdadera identidad de Lanzón surgió a partir de la investigación que estaba realizando Vales para un libro sobre la vida, negocios y delitos de Cavallo. “Varias fuentes ligadas a la Armada, como así también documentos”, confirmaron su verdadera identidad, afirma. Es probable que el error de Lanzón haya sido habitar un edificio de departamentos de la calle Capdevila 2862, del Villa Urquiza, donde también vivió Fernando “Giba” Peyón, ya fallecido, otro represor de la ESMA durante la dictadura.
El sobreviviente Víctor Basterra señaló que vio a Lanzón en dependencias de la ESMA, que en ese momento se hacía llamar capitán Horacio Guratti y que con ese nombre está denunciado en la Conadep desde 1984. “¿Qué es la Conadep?”, respondió Lanzón ayer con excesiva ingenuidad cuando se le preguntó sobre este tema. Basterra afirmó haber reconocido también la voz del represor. “Tiene la escuela en primer lugar del desprecio al civil –lo describió el ex detenido desaparecido–, en segundo lugar la omnipotencia del vencedor y además la brutalidad del torturador, del secuestrador y del desaparecido, y seguramente su actitud será la del ‘yo no sé nada, no recuerdo nada’”.
Basterra fue quien logró rescatar una de las pocas fotografías que se conservan del “capitán Guratti” y también uno de los testigos del “traslado” del grupo “de los Villaflor”. “Nos sacaron a todos de la ESMA por cuatro días y cuando volvimos, ese grupo ya no estaba”. D’Imperio ya había sido reemplazado por Lanzón, señala Vales, y recibía órdenes del capitán Horacio “Humberto” Estrada, enlace entre el grupo de tareas de la ESMA y la comandancia de la Armada. Estrada, que era un importante eslabón del tráfico de armas en los años ‘90, apareció muerto durante el menemismo en un supuesto suicidio.
Tanto Basterra como Carlos Lorkipanidze, otro de los sobrevivientes del campo clandestino de concentración, recordaron el nacimiento en cautiverio del tercer hijo del matrimonio compuesto por los militantes montoneros Orlando Ruiz y Silvia Dameri, quienes fueron secuestrados junto con sus dos hijos, Marcelo, de cuatro años y María de las Victorias, de dos años. Silvia llegó al centro de represión en estado de gravidez, relata Vales, y fue torturada a mansalva por el “Giba” Peyón, el prefecto Juan Antonio “Piraña” Azic y Carlos Carella. Azic es el prefecto que intentó suicidarse hace dos semanas cuando fue capturado. Los sobrevivientes indicaron que en los primeros días de octubre la mujer dio a luz a una niña bajo los “cuidados” del teniente médico Carlos Tommy Capdevilla. Semanas despuésdel parto el matrimonio no volvió a ser visto y sus hijos tampoco. Marcelo fue reconocido por familiares en 1990, cuando recobró su identidad y poco tiempo después ocurrió lo mismo con su hermana. Ambos siguen buscando a su hermana más pequeña.
Según la investigación periodística, Lanzón trabajó para la Armada hasta 1999 y una vez retirado formó una sociedad anónima denominada Centro de Estudios Psiquiátricos, dedicada a “servicios hospitalarios”, con sede legal en Madrid 6811, de Villa Luro. El principal agente de retención impositiva de la sociedad anónima liderada por Lanzón ha sido el estado Mayor General de la Armada.