EL PAíS › OPINIóN
› Por Héctor P. Recalde *
En el reino animal se encuentran ejemplos válidos para poder juzgar algunas conductas humanas. Lo del tero por ejemplo, que grita en un lado pero pone los huevos en otro.
El Gobierno aplicó unos seis millones de multas a supermercados que violaron el acuerdo de precios. No cobró ni un centavo. Todos apelaron. Esta es la razón de peso, más bien de muchos pesos, por lo que pegaron gritos, chillidos y gruñidos por los proyectos de ley que tienden a frustrar estas maniobras.
Como esta actitud nos da pena, vale hacer similar reflexión por algunos comentarios adversos (algunos falsos o mentirosos) al anteproyecto del Código Penal. So pretexto de defender a las víctimas, en realidad están defendiendo a algunos victimarios. Ignacio Ramonet decía que hay información que oculta información. En el campo, con la sabiduría propia del gaucho, se dice “hay que pegarle al chancho para que aparezca el dueño”. Aclaremos, ¿quiénes son algunos victimarios (los dueños) a que aludimos? Son aquellos que nunca van presos merced al Código amorfo y centenario. Obviamente, no son los perejiles. En términos generales, son los que tienen recursos económicos para evadir la ley o el apoyo de grandes estudios jurídicos para escoger vericuetos jurídicos para eludirla, las grandes corporaciones económicas nacionales o extranjeras, o los medios de prensa hegemónicos, que siembran terror con la amenaza de sus tapas. Esta no es una afirmación retórica: el anteproyecto establece sanciones nuevas para las sociedades y las personas físicas que forman monopolios, oligopolios y/o carteles; quienes produzcan desabastecimiento; los que paguen coimas o quieran pagarlas (caso Ticket Canasta); los que hagan maniobras contra la competencia; quienes incurran en cohecho financiero; aquellos que contaminen el ambiente; los que violen normas sanitarias; los que sometan personas a la trata (quisieron engañar a la admirada y respetada Susana Trimarco); también pena a los que trafiquen armas, etc. ¿Usted lo sabía?
Creo que es válido resaltar que las sanciones que está aplicando el Poder Ejecutivo son por la violación de los supermercados a la palabra empeñada, a los pactos, convenios o acuerdos que celebraron con el Gobierno. Realmente, una animalada. Párrafo aparte merecen los acuerdos con los laboratorios (como reflejo condicionado recordé la ley Oñativia y el golpe contra el presidente Illia), que se comprometieron a bajar los precios a los existentes en el mes de diciembre de 2013 y actualizarlos con un tope del 4 por ciento a partir de marzo. En este caso, estamos hablando del acceso a los remedios, que es un verdadero derecho humano. El pueblo va a estar atento y vigilante respecto del cumplimiento del acuerdo logrado por la Presidenta Coraje. Nunca es triste la verdad, pero si no cumplen les daremos remedio.
Hablando de animales, digamos que también el anteproyecto dio cabida al gataflorismo de aquellos que aplaudieron al Gobierno por la integración plural de los especialistas y luego, ante una canchereada táctica y demagógica (pero de vuelo gallináceo), pusieron palanca en marcha atrás.
Nosotros, los oficialistas, nos enorgullecemos de las decisiones de estadista de la Presidenta, que quiere que las sanciones se cumplan (solve et repete) o sea, primero pague y después chille (recuerdo que los que chillan son los monos, aunque algunos gruñen como los gorilas).
Casi parece obvio reiterar que, con el pueblo movilizado, con Néstor antes y con Cristina ahora, por más que se junten los teros, los chanchos, los monos y los gorilas, los poderes económicos concentrados, especuladores, acaparadores, desabastecedores y desestabilizadores, no van a gozar de impunidad.
* Diputado Nacional (FpV).
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux