EL PAíS › URRIBARRI DICE QUE MANTENDRA LOS EQUIPOS DE CFK
El gobernador de Entre Ríos habló con Página/12 de su decisión de lanzarse como precandidato a presidente. Volvió a diferenciarse de Daniel Scioli, destacó la necesidad de consolidar lo realizado en la última década y esbozó sus ideas.
› Por Nicolás Lantos
“No soy sparring de nadie”, aclara el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, poniéndose serio por primera vez en lo que va del largo diálogo con Página/12: algunas comparaciones con su par bonaerense, Daniel Scioli, un dirigente con más conocimiento y popularidad con el que competirá en agosto de 2015, lo ponen en ese lugar, pero él asegura que se decidió a dar pelea con la idea de ganar y ser el candidato del peronismo en las elecciones presidenciales. Por eso, a un año y medio de las PASO, fue el primero en empezar a recorrer el país en una campaña en la que intenta mostrarse como el único hombre que garantiza “la continuidad explícita de este proyecto de país”. En el marco de esa recorrida, Urribarri dialogó largamente con este diario sobre su propuesta, los otros candidatos, la seguridad y la actualidad económica.
–¿Qué lo decidió a lanzarse como precandidato presidencial?
–Tomé la decisión teniendo en cuenta que el país necesita en los años que vienen consolidar las cosas que ha hecho este gobierno y que nos han hecho un país envidiable aun cuando falta mucho por hacer y solucionar. Mi propuesta es consolidar lo hecho e ir por mucho más: más políticas de Estado, más recuperación de ámbitos estratégicos, como la soberanía energética, el Banco Central, las AFJP... cosas que me hacen sentir orgulloso de formar parte de este proyecto. Y como Entre Ríos ha sido la mejor expresión de esas transformaciones, por eso quiero ser candidato.
–¿Por qué dice que Entre Ríos fue la mejor expresión de las transformaciones?
–En 2003 éramos una provincia marginal, soslayada, y desde el primer acto institucional de Néstor Kirchner, que fue en Entre Ríos, comenzamos a salir adelante. En estos últimos seis años fuimos la provincia que más se desarrolló: la clase media creció un 48 por ciento; los estudiantes, más del 50 por ciento; en exportaciones duplicamos el ritmo del país, aumentándolas en más del 300 por ciento; eliminamos la pobreza y la indigencia; ocupamos lugares de privilegio en lo industrial, en lo productivo, en lo turístico. Tenemos casi el mismo producto geográfico per cápita que Santa Fe y que Córdoba, tenemos 44 mil estudiantes universitarios. Por todas estas cosas digo que Entre Ríos es la fiel expresión de lo que pasó en la Argentina en estos últimos once años.
–¿Qué lo diferencia de otros dirigentes que se anotaron en la carrera sucesoria dentro del Frente para la Victoria?
–Estamos en un país libre y a nadie se le puede ocurrir prohibir que alguien se presente, pero me preocupa que la proliferación de candidaturas ponga en riesgo la continuidad del modelo, que es lo que pasa cuando aparecen muchos candidatos que dispersan los votos kirchneristas. Con Daniel (Scioli) tengo una relación de amistad, pero para él este gobierno es un aliado, mientras que yo me siento parte del proyecto; no es lo mismo. El tiene otro equipo, otros hombres, otros nombres, otras ideas, otros. Propongo continuar con las mismas ideas, los mismos nombres y los mismos equipos que acompañan a la Presidenta para seguir transformando la Argentina en un país en el que haya cada vez más oportunidades.
–¿No teme que presentarse tan cercano a la actual gestión lo perjudique?
–Seguramente voy seguir teniendo la crítica de ciertos sectores pero eso no es nuevo: son los mismos que han criticado a Néstor y a Cristina todos estos años. Hay un trabajo coordinado desde sectores de la política y de la prensa para depositar en Balcarce 50 a un amigo que les garantice otras cosas, y yo garantizo la continuidad explícita de este proyecto.
–¿Qué siente cuando lee que algunos analistas políticos lo señalan como un sparring de Scioli de cara a las PASO?
–Estamos recorriendo todo el país para combatir justamente ese discurso: yo no soy sparring de nadie. Entré a la cancha para ganar y voy a hacer todo lo necesario para ser el candidato del oficialismo en las elecciones. Siempre hay algunos personajes que aparecen en estos momentos y complican las cosas: ahora Duhalde salió a pedir la unidad de Massa y Scioli. Es muy importante que cada candidato pueda exponer qué hizo en la gestión que le tocó llevar adelante estos años; si transformó la sociedad, si la hizo más justa, si se creció. Yo cuento lo que hice para que se pueda comparar y ver quién hizo más y cómo se hizo.
–¿Cree que Scioli y Massa son lo mismo?
–No, no lo creo. Lo que digo es que Duhalde está pidiendo que se junten, como si en el escenario político hoy lo único que hubiese fueran Scioli y Massa. Yo vengo acá a diferenciarme de ambos. Se ve que Duhalde sí piensa que ellos son lo mismo.
–Hoy se vuelve a discutir la conveniencia o no de que la Argentina regrese a los mercados internacionales de crédito, ¿cuál es su posición?
–Las condiciones macroeconómicas son excelentes: un país con un PIB robusto, con un sector privado que no está endeudado, un Estado que tampoco, una economía creciente... YPF es un ejemplo de cómo está cambiando el país: funciona, llegan inversiones, aumenta la producción. En cuanto a lo que tiene que ver con los mercados: hoy el acceso al crédito es en condiciones claramente convenientes, en todo el mundo. Lo que uno debe discutir o pensar es si volver a los mercados es sólo tranquilizar a los acreedores y a algunos sectores que hacen lobby, o mi postura, que es otra: acudir a los mercados para tener herramientas para que YPF recupere soberanía y autoabastecimiento más rápido, pedir préstamos para aplicar un plan keynesiano de obra pública... en ese sentido no sería dar marcha atrás, sino es insistir y priorizar con inteligencia en acciones que permitan el mejor desarrollo del país.
–¿Cree que es necesario mantener las retenciones al agro o que el país se desarrollaría mejor sin ellas?
–Yo las mantendría. No sólo por el esfuerzo del sector agropecuario, sino también por el enorme esfuerzo del Estado en materia de subsidios y de abrir nuevos mercados, el sector está en un muy buen momento y va a seguir creciendo, a la par que su rentabilidad. El agro es un sector estratégico para la Argentina, como el gas en Bolivia o el cobre en Chile. Yo voy más allá: propongo que el Estado debe incluso intervenir parcialmente en la comercialización de granos; no puede quedar todo en mano de un puñado de empresas exportadoras. Por eso voy a sostener esta política de retenciones e incentivos para el crecimiento de la producción y además avanzar en medidas que distingan entre los grandes terratenientes exportadores, los pequeños y medianos productores, y los sectores que buscan agregarle valor a lo que producen. Vengo de China y de Japón: esos lugares ven a la Argentina como uno de sus principales proveedores de alimentos. Sin dudas que tenemos en el sector agropecuario una de las posibilidades más grandes de irrumpir como una potencia en el mercado mundial, según las bases que definió la Presidenta en el programa agroalimentario 2020.
–¿Hay que insistir en la integración regional, aunque esté estancada, o volver a mirar a Washington, como propone Massa?
–No me extraña para nada la posición de Massa. El se está mostrando como es: un representante genuino de la derecha argentina que siempre miró a Washington con cariño. Nosotros claramente defendemos la integración y la patria grande que soñaron Bolívar, San Martín, Néstor, Chávez; y que hoy defienden Cristina, Dilma, Evo, Correa, Pepe. No hay otro camino que la construcción y la consolidación de esta patria grande y a partir de allí trazar alianzas estratégicas con otros emergentes como Asia, o el norte de Africa, economías con las que podemos complementarnos. Esto no significa dejar de tener relaciones con otros sectores del mundo. La prioridad es consolidar la patria grande y desde allí pensar las alianzas.
–¿Qué relación tiene con Miguel Galluccio?
–Fraternal. Tenemos desde hace años una relación de mucha amistad. El otro día me invitó a Vaca Muerta y compartimos varias horas. Tenemos una relación muy linda y para mí es un tremendo orgullo que Miguel tenga el reconocimiento que tiene en la Argentina y en el mundo, donde YPF pasó de ser la Cenicienta a ser la vedette del mercado de hidrocarburos. Me siento orgulloso de haber colaborado en su repatriación. El debe haberme puteado al principio, pero ahora sé que hicimos lo correcto...
–¿Está evaluando convocarlo para que lo acompañe en su campaña?
–Para nada. El tiene una tarea titánica, que es seguir administrando YPF como lo viene haciendo, y para nada se me ocurriría pedirle que resigne parte de su tiempo en acompañarme en esta campaña.
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