Mar 26.08.2003

EL PAíS

Mauricio Macri, dispuesto a todo para sumar hasta al propio Zamora

Decidido a ganar como sea, el candidato de Compromiso para el Cambio dijo que “instruyó” a sus legisladores para que le propusieran a Luis Zamora ser defensor del Pueblo porteño. Al fiscal Carlos Stornelli le ofreció la Procuraduría de la Ciudad.

Lanzado a la conquista de votos, Mauricio Macri provocó ayer con dos anuncios sorpresa: dijo que si llega a la Jefatura de Gobierno, quiere que Luis Zamora ocupe la Defensoría del Pueblo porteño y que el fiscal Carlos Stornelli, el que llevó a Carlos Menem a la cárcel por la venta ilegal de armas, sea su procurador general. “Quiero que me controlen”, desafió el presidente de Boca Juniors. Ahora que necesita al electorado inmerso en el clima del centroizquierda, apela a cuanto recurso sea para mostrarse pulcro y lejano al ex mandatario riojano, seduce llamando al “pluralismo” y exagera su buena predisposición a trabajar “junto al gobierno de Néstor Kirchner”. A su oponente, Aníbal Ibarra, lo desafió a un debate.
Macri reanudó su campaña, concentrado ahora en el ballottage, con una conferencia de prensa en la que leyó palabra por palabra lo que quería decir. Su intención, transmitía el mensaje, es “transparentar” sus actos y dejarse fiscalizar. Quiere, parece, ahuyentar el fantasma de que usará un cargo público para hacer negocios. Para eso, sostuvo, nada mejor que elegir a alguien de la oposición, como el caso de su ex contrincante Zamora, y a un personaje “independiente”, “corajudo” y “que se opone al poder cuando éste viola las normas”, como calificó a Stornelli. Esas serían sus “primeras medidas” si llega a comandar el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, anunció con aire triunfalista.
Para el caso de la Defensoría, vacante desde que renunció Alicia Oliveira, el candidato de Compromiso para el Cambio anunció que ya instruyó a sus legisladores para que propusieran a Zamora. En efecto, es el cuerpo parlamentario porteño el que elige al ombudsman, pero desde allí mismo ayer marcaron un detalle que se le escapa a Macri: la lista de postulantes cerró hace unos días y es probable que la elección se concrete en una sesión especial a fines de septiembre, cuando todavía falten más de dos meses para que sus pollos legisladores asuman en el cargo.
A juzgar por lo que salieron a replicar el ombudsman adjunto porteño, Eugenio Semino, y el defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, Macri debería tomar unas lecciones ciudadanas: “No debe confundir el rol de una fuerza opositora con el de un organismo de control y garantías. El defensor del Pueblo debe ser una persona sin enrolamiento o dependencia de una fuerza política”, señaló Semino. “Instituciones como la nuestra surgen del consenso parlamentario y los ejecutivos no deben inmiscuirse en la elección de los defensores. Macri se equivoca al utilizar una institución como esta en función de una estrategia electoral. Debería rectificarse”, advirtió Mondino.
Más allá de las confusiones de Macri, nadie duda de que Zamora tiene poco que ver con él. Pero el fiscal Stornelli –amén de su papel en la investigación judicial que llevó preso a Menem– no sólo fue a vivarlo al bunker de su partido el día de las elecciones, sino que hace un tiempo intentó integrar la lista de candidatos a diputado de Compromiso para el Cambio, una aspiración que abortó su jefe, el procurador Nicolás Becerra, al apuntarle que lo tenía vedado. La Procuración General porteña, el lugar que Macri ya le ofreció encabezar y que Stornelli confirmó a este diario que con gusto aceptará, no es un organismo de control sino el que concentra a los abogados encargados de representar a la ciudad ante cualquier pleito. No controla al gobierno, sino que defiende sus intereses. Para enfrentar la segunda vuelta, el desafío para Macri será sensibilizar al electorado más progre, sobre todo el que empieza a sentirse a gusto con el centroizquierda. Será difícil que conquiste la voluntad de quienes eligieron a Zamora, pero elogiar su figura le sirve para subestimar o ningunear a Ibarra. Necesitará que quienes votaron al actual jefe comunal ahora lo voten a él. Además, la derechosa Recrear ya anunció que se abstendrá de apoyarlo (ver aparte).
En ese plan parece ser que Macri ahora rinde culto al revisionismo de los vicios menemistas y hasta incluye en su discurso frases como “la exclusión social inaceptable” que cree producto de “una década muy difícil” –que reconoce que incluyó “corrupción”– y del “fracaso delmodelo económico”. “Tenemos que aprender de los errores del pasado”, dijo. “Un gobierno que hace cosas pero que viola las normas, evita las licitaciones públicas, paga sobreprecios, usa la plata de los impuestos de los vecinos para su propia estructura política o para beneficio personal, no es un gobierno de la gente”, leyó.
A Ibarra, al convocarlo “a discutir ideas y propuestas de cara a los porteños”, le recomendó que se tome licencia hasta el ballottage y “no haga campaña con el aparato del gobierno”. Simultáneamente dijo, como lo hizo después del escrutinio, que trabajará a la par de Kirchner.

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