EL PAíS › CAYó UN 31 POR CIENTO LA INVERSIóN PORTEñA PARA CONSTRUIR ESCUELAS
Desde 2011 viene disminuyendo el presupuesto destinado por el Gobierno de la Ciudad a la construcción de nuevas escuelas, pese al incremento de la demanda. La Defensoría del Pueblo mostró que no es cierto que les dieron vacantes a todos los niños de más de 4 años.
› Por Werner Pertot
¿Se puede repetir en 2015 la desastrosa experiencia de la inscripción on line y la falta de vacantes en las escuelas de la Ciudad? Los números de la construcción de colegios indicarían que sí. Un informe de La Fábrica porteña –el observatorio creado por Carlos Tomada– releva los datos oficiales sobre la construcción de escuelas porteñas y advierte que desde 2011 el dinero destinado a esos fines cayó un 31 por ciento. La ejecución de esas partidas –que algunos años cayó por debajo del 40 por ciento– mejoró a costa de que el total de dinero disponible bajó. Por otra parte, un informe de la Defensoría del Pueblo porteña arroja luz sobre qué población quedó sin vacantes este año.
El informe de La Fábrica porteña recaba datos publicados por el Ministerio de Hacienda local y hace un seguimiento de cuánto dinero se destinó a la construcción de escuelas desde 2008 (primer año de la gestión PRO) hasta 2013. El rubro de “Construcciones” inició ese período con 239 millones de pesos, cayó a 130 millones en 2009, luego tuvo un importante crecimiento a 319 millones en 2010 y a 558 millones en 2011. Los años siguientes fue en declive: 438 millones en 2012 y 396 millones en 2013. Esto quiere decir que desde 2011 la inversión para construir nuevas escuelas cayó un 31 por ciento.
Por otra parte, la ejecución de ese dinero disponible no fue siempre la mejor: en 2008 fue del 47 por ciento y en 2010 de tan sólo el 37 por ciento. A partir de 2011, la ejecución empezó a superar el 70 por ciento. En 2012 fue del 77 por ciento y en 2013 del 98 por ciento, pero esto ocurrió a costa de que las partidas totales bajaron sustancialmente. No es que se volvió más efectiva la construcción sino que bajó el nivel total de dinero disponible.
Otro indicador que señala La Fábrica porteña para explicar las causas estructurales de la falta de vacantes es la participación que tiene esta partida de construcciones sobre el total del presupuesto educativo. En 2008 era del 3,18 por ciento. En 2009 cayó al 2,5 y en 2010 fue del 2,3 por ciento. Si bien luego mejoró, la variación entre los años de gestión de Macri da un total del 0,3 por ciento de crecimiento de la partida de construcciones. Esto implica que no hubo un aumento sostenido de la construcción de escuelas públicas que permitiera acompañar la demanda de vacantes por parte de los padres.
Pese a estos números, desde el Ministerio de Educación porteño habían asegurado que Macri inauguró 50 escuelas desde el comienzo de su mandato. Pero ese número se desagrega así: catorce son aulas modulares, seis provienen de la gestión precedente, seis se hicieron con fondos de la Nación, siete son refacciones o reanudaciones de trabajos previos, y una fue construida por un privado. Trece fueron construidas integralmente por el gobierno de Macri y hay otras tres que no figuran en ningún listado.
Tras el fracaso de la inscripción on line, el gobierno porteño debió informar a la Justicia que había 17 mil chicos y chicas sin vacantes. En el informe de La Fábrica porteña se desagregan los casos por comuna y se señala que “las comunas 1, 4 y 8 concentran 4 de cada 10 vacantes en lista de espera”. Se trata de distritos al sur de la Ciudad. Sólo la Comuna 8 concentra el 17 por ciento de las vacantes. “El 81 por ciento de las vacantes pertenece al nivel inicial, de las que las comunas 1, 4 y 8 concentran el 42 por ciento de los casos”, indica el informe.
“La falta de planificación y de inversión en infraestructura escolar explica la falta de vacantes”, sostiene Matías Barroetaveña, coordinador de La Fábrica porteña. “Para que el año que viene no se vuelva a producir esta intolerable situación, es necesario que el gobierno porteño defina ya mismo un plan que identifique los inmuebles a utilizar, en particular para atender la demanda en el sur de la Ciudad”, remarca.
El trabajo indica que haría falta una inversión creciente y constante sobre esas comunas y, por las dudas, advierten sobre una serie de inmuebles en desuso que el gobierno porteño podría utilizar para hacer nuevas escuelas sin recurrir a las aulas container o modulares: entre otros menciona el de Venezuela 3271, La Rioja 660, Manuel García 370, los terrenos de Casa Amarilla, los del Bajo Flores en Chilavert y Agustín de Vedia y en el Polo Mataderos.
La Defensoría del Pueblo porteña relevó las denuncias recibidas sobre la falta de vacantes a comienzos de este año. Se trata de 1091 casos de niños que no recibieron vacante. Un análisis de la procedencia de los que seguían sin vacante a comienzos de marzo mostró, también, que no es cierto que les dieron vacantes a todos los niños de más de 4 años, como afirmaban en Educación. El 50,4 por ciento de las denuncias recibidas por la Defensoría eran de niños de más de 4 años.
El jefe del área de Derecho a la Educación, Gustavo Lesbegueris, se cansó de preguntar al gobierno porteño qué había ocurrido con esas vacantes y resolvió avanzar con otra metodología. Hizo una consulta a todos los que habían presentado denuncias a la Defensoría. A partir de estos datos publicó el “Informe de seguimiento de reclamos por problemas de asignación de vacantes tramitadas a través del sistema en línea implementado por el Ministerio de Educación del GCBA para el ciclo lectivo 2014”, donde se relevan las “inconsistencias y errores detectados”.
Luego de señalar las diversas advertencias que la Defensoría hizo sobre las fallas en la inscripción on line, el informe señala que entre el 10 y el 31 de marzo se enviaron 798 correos y recibieron 288 respuestas. Esos correos electrónicos corresponden a 309 casos y constituyen una muestra para ver qué ocurrió con las vacantes.
De esa muestra, 186 manifestaron que tenían una vacante confirmada, mientras que 123 seguían en espera. Es decir que el 60 por ciento recibió vacantes y el otro 40 por ciento, no. Entre los que habían resuelto la inscripción, diversos casos mencionaban que lo consiguieron mediante un amparo judicial o por la intervención de las autoridades de la escuela, a las que el macrismo había apartado inicialmente de la inscripción.
De los que sí tenían vacantes, el 89 por ciento señaló que la solución respondió a las expectativas familiares, mientras que el otro 11 por ciento dijo que no respondió a esas expectativas (esto quiere decir que les dieron una escuela lejana o con otros problemas).
De los casos que no tenían vacante confirmada, el 52 por ciento seguía sin vacante, el 32 por ciento ya había llevado a su hijo o hija a una escuela privada y otro 14 por ciento seguía peleando porque no aceptaban la vacante que les dieron.
“El informe desmorona el discurso oficial con relación a las supuestas bondades en términos de agilidad y transparencia de la inscripción on line”, indica Lesbegueris. “Los problemas de no otorgamiento o mala asignación de vacantes continuaron aun iniciado el ciclo lectivo 2014. También se demostró que al no estar explicitados los criterios de asignación, hubo vacantes que no respetaron el reglamento escolar”, remarca.
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