El Gobierno pidió explicaciones al Correo Argentino por una “presunta manipulación de datos” en las elecciones porteñas. Lo hizo al entender que en el inicio del recuento de votos la empresa de Franco Macri buscó instalar la idea de un triunfo aplastante de su hijo, Mauricio, sobre Aníbal Ibarra, un escenario que el escrutinio provisorio descartó de plano. “Queremos saber qué es lo que pasó, y si el argumento no nos satisface iniciaremos acciones judiciales”, advirtió el ministro del Interior, Aníbal Fernández, a Página/12.
La queja formal del Gobierno llegó a través de una carta dirigida al presidente del Correo Argentino, Raúl Casa, donde se instala la sospecha de irregularidades. “La presunta manipulación de esta información puede generar una distorsión en la carga y difusión de los datos electorales, que afecta la transparencia que debe regir el escrutinio provisorio”, señala el escrito, al que accedió este diario.
“Por lo tanto, y sin perjuicio de haber dado instrucciones al área competente para arbitrar los medios de verificación en futuros actos electorales, debo manifestar que la sola presunción de una eventual manipulación es motivo de preocupación en el gobierno nacional”, agrega.
La epístola hace alusión al artículo 105 del Código Nacional Electoral, que impone la obligación de transmitir al Ministerio del Interior el telegrama con los datos del escrutinio de mesa tan pronto como el servicio oficial de correo recibe la documentación. Como se sabe, hubo al menos tres horas de demora.
En la Casa Rosada por ahora no hablan de “adulteración”, pero no dejan de mencionar la palabra “picardía”. Si bien en la misiva no se alude taxativamente, es un secreto a voces en Gobierno la sospecha de que los primeros resultados difundidos pertenecen a circunscripciones electorales en donde se preveía una mayor afluencia de votos hacia Macri.
“Acá hay gato encerrado. No hubo datos hasta los horarios pico de la televisión. Y cerca de las 9 comenzaron a difundirse los primeros cómputos, que daban más de 10 puntos de diferencia a favor de Macri. Sólo recién pasada la medianoche, cuando la gente ya se fue a dormir, las cifras se acercaron a la realidad, que es la diferencia final de 3,3 puntos”, señaló en tono elevado uno de los hombres más cercanos al presidente Néstor Kirchner.
Inmediatamente, este diario se comunicó con Fernández, para testear si el enojo se traduciría en una acción concreta. “Por ahora nos limitaremos a escuchar una explicación formal sobre cómo se volcaron los números. A mí, como ministro del Interior, me tienen que dar una explicación”, dijo.
–¿Y si el Correo no lo hace?
–Si no lo hace, o si lo hace y no nos convence, irremediablemente deberemos iniciar acciones legales.
–¿Que la propiedad del Correo sea del padre de Mauricio Macri alimenta aún más la sospecha de irregularidades en favor del contrincante de Ibarra?
–...tengo años en esto. Y la verdad, yo no creo en las casualidades. La experiencia me dice que lo que pasó no es normal. Ahora quiero escuchar qué me dicen en el Correo.
De hecho, fue Fernández quien le anunció a Kirchner que la diferencia oscilaría entre los 3 y los 5 puntos, cuando los datos del Correo todavía mostraban a Macri una ventaja superior a los 8 puntos. “Acá hay algo que no cierra”, le transmitió al Presidente. Esa sola sospecha obligó a todo el elenco oficial a guardar silencio y refugiarse en la residencia de Olivos hasta la madrugada del lunes.
La embestida de ayer es parte de un la nueva estrategia de campaña de Ibarra en la pulseada por el control del gobierno porteño, que Macri pretende arrebatarle en el ballottage del 14 de septiembre. El tema fue minuciosamente analizado anoche en la Casa Rosada por el Presidente, el mandatario porteño, a quienes se sumaron, además de Aníbal Fernández, el jefe de Gabinete de la Nación, Alberto Fernández, y su par porteño Raúl Fernández.
Entre las novedades que presentarán durante las tres semanas que restan hasta el ballottage, estarían:
El anuncio de un plan de viviendas para la Capital, sobre el cual está trabajando Julio De Vido, ministro de Planificación y hombre de extrema confianza de Kirchner
La extensión de las líneas de subte, una promesa ya realizada por Ibarra que podría hacerse realidad.
No son temas menores. El actual jefe de Gobierno quiere hacer llegar a los porteños un mensaje inequívoco: que una alianza con al gobierno nacional redunda en beneficios, como la mejora de la calidad de vida, de los habitantes del distrito.
De esta manera, también se buscará responder a Macri con hechos concretos y mayor “nacionalización de la campaña”. El candidato de Compromiso para el Cambio había resaltado la “autonomía” de la ciudad de Buenos Aires, como una manera de minimizar la influencia del kirchnerismo en el resultado de los comicios.
En la cumbre de anoche entre los tres Fernández e Ibarra, Kirchner dio a conocer un relevamiento que considera alentador, aunque todavía prematuro, sobre lo que sucederá en el ballottage: “Tenemos 54 a 46 a favor nuestro”, informó en su despacho de la Casa Rosada, invitando inmediatamente a no dormirse en supuestos laureles. El sondeo pertenece a un consultor que suele trabajar para el Gobierno.
La idea de doblar la apuesta a favor de Ibarra se resolvió el mismo domingo por la noche, en la residencia de Olivos.
–Será K contra Macri –atizó el Presidente ante Alberto Fernández y el canciller Rafael Bielsa.
La avanzada contra el Correo aparecía anoche como un camino que permite dos golpes simultáneos: poner en duda la manera en que se realizó el recuento de votos –por el ritmo y por los primeros cómputos dados a conocer– y de paso instalar definitivamente la sospecha de que el titular de Socma (Sociedad Macri) no fue ajeno a la maniobra que resultó un golpe psicológico a favor de su hijo, a la sazón un ex miembro del grupo empresario.