Lun 26.05.2014

EL PAíS  › MILES DE PERSONAS DESBORDARON LA PLAZA PARA FESTEJAR EL 25 DE MAYO Y ESCUCHAR EL DISCURSO PRESIDENCIAL

“Sólo con el pueblo se construye una Nación”

Según los organizadores, hubo alrededor de 300 mil personas en una plaza que estaba apretada y desbordada. Cristina Kirchner advirtió que “el futuro vino para quedarse” y que la unidad nacional tiene que ser para avanzar.

› Por Julián Bruschtein

“Convoco en esta fiesta patria a la unidad nacional. Pero no a cualquier unidad, no me interesa la unidad nacional para volver para atrás, no me interesa la unidad nacional para no ocuparse de los pobres y los excluidos.” Los aplausos y los vítores hacia la presidenta Cristina Fernández de Kirchner tronaron en la Plaza de Mayo en el festejo por los 204 años de la Revolución de Mayo. Casi trescientas mil personas según los organizadores desbordaron la plaza con el celeste y blanco de las miles de banderas como telón de fondo. La Presidenta arengó a la multitud y subrayó que “el futuro vino a quedarse, hoy está más firme que nunca y lo vamos a seguir llevando adelante”.

“Cualquier esfuerzo individual, cualquier esfuerzo de un puñado de hombres, no puede construir una Nación. Solamente lo hace cuando ese puñado de hombres es acompañado por el pueblo”, fue lo primero que dijo la Presidenta. Antes había saludado cuando todavía sonaba la canción de la cumbiera Gilda “No me arrepiento de este amor”. Casi como en los inicios del kirchnerismo, once años atrás, la Presidenta retomó la idea del héroe colectivo, trayendo a la memoria la figura de un Néstor Kirchner enfundado en las ropas del Eternauta. Atrás quedó aquella imagen de Kirchner remando contra la corriente con el 22 por ciento de los votos que se convirtieron después en el 54 por ciento que logró el kirchnerismo. “Por eso debemos recordar que siempre puede haber pueblo pero no revolución. Lo que nunca puede haber es revolución sin pueblo. Eso lo tenemos muy claro”, agregó poniendo el punto en el respaldo popular como uno de los pilares de su gobierno.

El escenario había quedado dispuesto con el gabinete, funcionarios, legisladores, dirigentes y gobernadores de un lado y los artistas del otro. El canciller Héctor Timerman, el vicepresidente Amado Boudou, el ministro de Economía, Axel Kicillof, se mezclaban con los presidenciables como el ministro de Defensa, Agustín Rossi; el del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, y el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri. Un poco mas atrás el diputado del Frente para la Victoria Edgardo Depetri se codeaba con los dirigentes Luis D’Elía y Milagro Sala y el legislador y referente de La Cámpora Eduardo “Wado” De Pedro. En la otra punta la ministra de Cultura, Teresa Parodi, encabezaba el puñado de artistas que quisieron participar del acto como el actor Arturo Bonin, Marián Farías Gómez, Verónica Condomí y los integrantes del grupo de rock La Bersuit. Ningún militante se quiso perder una nueva Fiesta Patria Popular, sello del kirchnerismo, y las columnas de las agrupaciones se vieron desbordadas. La Cámpora y el Movimiento Evita llevaban casi 25 mil personas cada uno, y destacaban de los otros espacios como la Tupac Amaru, Kolina o la Corriente Peronista Descamisados. Todos se mezclaban con una gran cantidad de gente suelta, familias, parejas y grupos de amigos que se acercaban a la fiesta.

Antes de empezar el discurso, Fernández de Kirchner encabezó el canto del himno nacional argentino. Con la mano en el pecho, a la altura del corazón, la Presidenta siguió a la fanfarria del Alto Perú acompañada por el grupo Metabombo y los músicos de Tremor. Apenas terminado el himno estallaron petardos y luces de colores tras el “juremos con gloria morir” que entonó la Plaza entera después de la versión de cancha que había seguido también CFK.

“Planteo la necesidad de que esta generación del siglo XXI, que ha dejado atrás el siglo XX, la necesidad de elaborar a partir de nuestras propias experiencias”, sostuvo la presidenta haciendo un llamado a los jóvenes que se suman a la militancia recordando al historiador revisionista Arturo Jauretche. “Tenemos que reelaborar todo el pensamiento del siglo XX y retomar como generación la necesidad de formular un proyecto de país. Que tiene sus cimientos y sus pilares fundantes en ese 25 de mayo de 2003 cuando a un hombre al que le habían dicho que era imposible construir un país donde hubiera trabajo, buenos salarios, donde los empresarios pudieran ganar plata y además, pudiéramos hacer la quita y resolver el tema de la deuda”, agregó evocando la figura de Kirchner. “Le habían dicho que era imposible si no hacía determinadas cosas, él dijo que había otra manera de gobernar, que había otra manera de pensar y que él lo iba a llevar adelante y dejó la vida en eso de llevarla adelante”, completó la idea. El público respondió con el canto: “Néstor no se murió, Néstor no se murió, Néstor vive en el pueblo...”

Para ese momento, miles de personas hicieron que la Plaza de Mayo quedara chica –el gobierno estimó en 300 mil las personas que participaron del festejo–, lo real es que toda la plaza completa así como las calles laterales y las primeras cuadras de las diagonales y Avenida de Mayo estaban atestadas. De Florida en adelante era imposible avanzar por ninguna de esas calles. Grupos de militantes marchaban llevando banderas y pancartas levantando la figura de la presidenta Cristina Kirchner y Néstor Kirchner. Toda la zona aledaña al acto estaba atiborrada de los ómnibus que habían traído a los manifestantes. Si bien la mayoría provenía de la provincia de Buenos Aires y de la ciudad, había también delegaciones con manifestantes de las provincias. En ningún momento se detuvo la afluencia de gente a la plaza, incluso cuando el discurso presidencial ya estaba en marcha.

“El conjunto del pueblo argentino convoco en esta fiesta patria a la unidad nacional. Pero no a cualquier unidad, no me interesa la unidad nacional para volver para atrás,no me interesa la unidad nacional para no ocuparse de los pobres y de los excluido”, dijo Fernández de Kirchner con tono firme enviando un mensaje a la oposición. Luego la presidenta recordó cuando sectores de juventudes militantes se volcaron a los barrios platenses después de la inundación que arrasó con zonas humildes y apuntó a la creación de nuevas universidades y la investigación. “Siento que se ha cumplido una parte importante de la tarea. Pero todavía falta mucho porque mientras haya un solo pobre en la patria estaremos en deuda con ella”.

Los miles de rostros replicaban las emociones que iba sugiriendo el discurso presidencial. En silencio, siguiendo con atención las palabras, a veces serios a veces con una tensión emotiva. “Creo que estamos ante una oportunidad histórica. Es cierto que algunos nos quieren boicotear, quieren sembrar cizaña, dividir y enfrentar. No cuenten conmigo, voy a seguir trabajando como siempre por las ideas que creo, con la fuerza de mis convicciones”, apuntó a los últimos episodios mediáticos con relación al mensaje del Papa. “Tenemos una historia que recordar para no repetir viejos errores, que tenemos un presente en el que seguir trabajando y por sobre todas las cosas tenemos un futuro para construir entre todos, cada vez con más fuerza, cada vez con más inclusión”, destacó y agregó casi sin respiro que “el futuro vino a quedarse y hoy está más firme que nunca y lo vamos a seguir llevando adelante”. El final llegó con el aplauso y el saludo de la Presidenta que, con un paraguas de Unidos y Organizados, bailó al ritmo de los Redonditos de Ricota.

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