EL PAíS › UN DESAYUNO CON JORGE CAPITANICH
› Por Fernando Cibeira
Jorge Capitanich cumplió seis meses como jefe de Gabinete, algo así como 128 conferencias de prensa al viernes pasado. Pese al desgaste que presupone, sigue siendo de la idea de que el Gobierno debe presentar discusión diaria en todos los temas y tratar de instalar una agenda propia, así que seguirá en la misma, tal vez en pos de algún record Guinness. Arrancó en el cargo con la protesta de las policías provinciales y desde entonces los días de respiro fueron pocos. Como este viernes, que para el gobierno nacional amaneció luminoso luego del acuerdo con el Club de París y la invitación rusa para la Cumbre de los Brics, pero que luego pasó a lluvioso con el llamado a indagatoria al vicepresidente Amado Boudou. “No es una casualidad. Forma parte de una estrategia comunicacional mediática de oposición, en donde algunos jueces pueden operar como instrumentos”, asegura el jefe de Gabinete. Por eso, entre otras muchas cosas, considera que “la continuidad de este proyecto político es esencial”, pero –atención– sostiene que igual de esencial es que quien se presente para continuarlo “tenga los atributos necesarios para no dejarse influir por las corporaciones”.
Cuenta que se despierta a eso de las 5.30. Lee los resúmenes de los diarios y cables de agencias, hace zapping por los canales de noticias y las principales radios. En base a eso prepara tres o cuatro temas “positivos” de los que hablar y bosqueja respuestas a las cuestiones que le pueden plantear en la conferencia de prensa. “Diría que acierto en un ciento por ciento”, se jacta sobre las preguntas de los periodistas. Luego se instala en su despacho del primer piso, con el mate cerca. Comienza el desfile de reuniones. La entrevista debe posponerse unas horas porque la presidenta Cristina Kirchner le pidió que resolviera la crisis creada por la protesta en la autopartista Gestamp. En un rato llegará el gobernador bonaerense Daniel Scioli, de quien el Gobierno busca más compromiso en el problema.
Los números, y las enumeraciones, son fundamentales en el discurso de Capitanich. Por ejemplo, define tres componentes que se necesitan en política: liderazgo, base territorial y proyecto político. El kirchnerismo, sostiene, tiene los tres. Que lo que se elegirá en las PASO del año que viene será “un ejecutor” del proyecto, porque el liderazgo le pertenece a Cristina Kirchner. Aunque esto suene complicado, sostiene que el problema real lo tiene la oposición. El Frente Renovador tiene liderazgo, pero precariedad en la base territorial y en el proyecto. “Si tuvieran que gobernar con lo que dicen que van a hacer, el país explotaría en minutos”, define. El FA-Unen tiene un obstáculo en su liderazgo disperso, su base territorial insuficiente y proyecto político inconsistente. El macrismo tiene liderazgo pero base territorial focalizada y un proyecto “difuso”. “El centroderecha siempre ha sido vergonzante en la Argentina. Han sido más eficaces para las ideas de derecha los economistas pagados por las corporaciones y los grupos mediáticos de mayor concentración”, agrega. Su conclusión es que, dado que la base territorial es un componente clave en la atracción del voto, “ningún frente o partido de oposición en estas condiciones puede llegar al 30 por ciento” en 2015.
La conversación se interrumpe por algunos llamados. Capitanich habla y su vista, inevitablemente, se desvía hacia las pantallas que ocupan una pared y emiten canales de noticias y más números: variables económicas como reservas y riesgo país que recibe al instante. “El blue me desconcierta”, dirá en un momento, casi hablando para sí mismo. Es raro, porque da la sensación de que tiene todo estudiado. Por ejemplo, que el establecimiento de un candidato consta de cuatro etapas: instalación del nombre, la imagen física, la voz y, por último, las ideas, “que no pueden ser superiores a tres, que son las medulares”. Al criticar a la oposición, dirá que su principal cuestionamiento al Gobierno es la seguridad, que es algo que les corresponde a las provincias “desde el fallo de la Corte Suprema Bonorino sobre Plaza de Toros, de abril de 1869”. Dado que es economista y no abogado, hay que suponer que lo memorizó por haber sido gobernador de Chaco. “Es que soy un gran especialista en generalidades”, responde irónico.
Cita el cuento de Borges “Funes, el memorioso”, el hombre que no podía dejar de recordar, antes de hablar de un hobby que tiene que ver con su pasión por el fútbol. Junto a un economista creó un “Modelo de optimización del espacio físico en el rectángulo de juego” que permite observar a cada jugador “como un vector” durante los 90 minutos y sacar conclusiones sobre su rendimiento. “Si las decisiones se hacen en base al uso del espacio en el campo de juego se trata de una estrategia para maximizar el rendimiento del jugador”, concluye, aunque dice que no quiere hablar mucho de fútbol porque “Menotti después dice que le duele la cabeza”, en referencia a una declaración del DT luego de la presentación de los seleccionados por Alejandro Sabella.
Queda el enigma sobre su futuro. En la última cumbre del PJ, Capitanich dijo que no sería candidato a presidente, por lo que no ocupó una de las vicepresidencias honorarias que se distribuyeron entre los siete dirigentes identificados como aspirantes a suceder a CFK. “El que no se subió a ninguna candidatura no tiene por qué bajarse”, desliza. Con lo que no dice que no, tampoco que sí. Da la sensación de que será el tiempo el que dictamine, en estrecha relación con la evolución que tenga la gestión nacional. Por lo pronto, estos meses le sirvieron para hacerse conocido. Tanto, que le aparecieron imitadores. “Que me imiten lo tomo con mucho sentido del humor porque sé el trabajo que hacemos todos los días”, responde.
Hay gente esperando en la antesala. Antes de la despedida, hace su lectura de la pelea del año próximo. “La oposición pretende pulverizar los pilares de lo que ellos denominan ‘relato’, pero que nosotros decimos que son los hechos que han transformado la vida de los argentinos. Entonces, no cabe la menor duda de que la continuidad de este proyecto político es esencial, pero es esencial también que el líder político que surja de la voluntad del pueblo para la continuidad de este proyecto tenga los atributos necesarios para no dejarse influir por las corporaciones y pueda cumplir el mandato popular”, dice, como para que uno evalúe –aunque no demasiado– posibles destinatarios del mensaje.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux