Las críticas del oficialismo bonaerense hacia el massismo no cesan, después de que los senadores del Frente Renovador volvieron a hacer fracasar este lunes la sesión del Senado provincial que podía convertir en ley la creación de las policías municipales para aquellos distritos con más de 70 mil habitantes. Los legisladores del oficialismo acusaron a Sergio Massa de promover una actitud “bochornosa” y “escandalosa” de sus senadores y de “conspirar con falsas denuncias” para impedir que se apruebe la iniciativa con la que el propio líder renovador hizo campaña electoral. Sin las manos necesarias para torcer la votación, los senadores massistas se retiraron agitando el fantasma de “la Banelco”. “Los muchachos del FR pensaron en términos electoralistas. Al no poder imponer su mirada, se levantan y se van y ponen un manto de sospecha sobre la sesión. Es producto de su propia incapacidad”, dijo el vicegobernador, Gabriel Mariotto.

“Fue un hecho bochornoso cuando el bloque del massismo se retiró del recinto al ver que perdía la votación, señalando que un senador había faltado porque había sido comprado cuando en el mismo momento entraba al recinto después de haber ido al baño”, sostuvo el senador del FpV Alberto De Fazio. “El presidente del bloque de senadores del massismo deberá dar las disculpas del caso, porque Mario Ishii (que tiene su propio monobloque) estaba en el recinto mientras se lo acusaba de haber sido comprado”, agregó De Fazio y sentenció que “Massa es la antipolítica”.

Su compañero de bloque Luciano Martini sostuvo que “desde el Frente Renovador conspiraron con falsas denuncias de que había movimientos o llamados para que algunos senadores cambien la votación”. “Massa va a tener que explicar a la ciudadanía por qué está obstaculizando la aprobación de esta ley, ya excede el tema político, se generó un clima de anticonstitucionalidad y de escándalo.”

Convencidos de que no podrían torcer a su favor la votación e introducirle cambios al proyecto, los senadores del FR abandonaron el recinto y deslizaron que el sciolismo utilizaba “una Banelco” para cambiar voluntades. “Se debe estar refiriendo a los pases de los senadores del bloque que yo presido, que ganaron con el Frente para la Victoria, con el liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner y de Daniel Scioli y que luego se pasaron a sus filas”, replicó la jefa del bloque del FpV, Cristina Fioramonti, cuando la consultaron por las denuncias del massismo.

El oficialismo y sus aliados cuentan con 21 senadores, frente a 20 del massismo, que consideraba que podía sumar a su postura al ex intendente de José C. Paz Ishii, que había manifestado las mismas críticas que su bloque al proyecto. Si finalmente los cuatro senadores del FA-Unen (tres de la UCR y uno del GEN) se abstienen en la votación –como anunciaron–, porque se oponen a la iniciativa y la consideran una disputa entre el oficialismo y los renovadores, habría un escenario de absoluta paridad. Lo que obligaría a Mariotto, como presidente del Senado, a desempatar.

De todas maneras, los massistas abrigaban la esperanza de convencer al senador del GEN Omar Foglia y plegarlo a su postura para modificar el texto original del proyecto que llegó desde la Cámara de Diputados y que ya fue aprobado en general. El FR está en desacuerdo con puntos centrales del proyecto: el manejo presupuestario de las policías comunales, las facultades directivas de los intendentes y la prohibición de que los policías porten armas e intervengan ante delitos cuando están fuera de servicio.

Pero cuando circularon versiones de las dudas de Ishii y la posibilidad de que se abstuviera para no quedar pegado al massismo, los renovadores abandonaron sus bancas y arrastraron al FA-Unen para que el proyecto no se transformara en ley.

Para Mariotto, los senadores de Massa “tienen una nueva forma de entender la democracia: si pueden imponer su mirada hay democracia ateniense, pero si tienen incertidumbre sobre el resultado, echan un manto de sospechas, empiezan a tirar bosta, se levantan y se van”. El oficialismo convocó a una nueva sesión para el 26 de junio, en un nuevo intento de convertir en ley la creación de las policías municipales.