EL PAíS
› YA EMPEZO LA INTERNA EN EL PJ POR LA SUCESION DE SOLA
Los que ya están pensando en el 2007
Por M. P.
“La política no es una foto, es una película”, dice desde La Plata un dirigente del PJ que descuenta el triunfo de Felipe Solá. Y que sabe que ese triunfo no podrá extenderse más allá de 2007 porque el gobernador sólo puede ser reelecto una vez. Por eso, mientras la campaña llega a su fin, empieza a despuntar otra competencia, por ahora silenciosa, desde adentro del PJ. La pelea por ser el heredero de Solá, por llegar a la gobernación, para lo que se necesita tiempo y un puesto con exposición pública y mediática. Nada mejor que empezar cuanto antes: en eso parecen coincidir algunos bonaerenses que ya no ocultan sus intenciones. Y que sólo están dispuestos a resignarse en el caso de que Chiche Duhalde –la única indiscutida– quiera ser gobernadora dentro de cuatro años. Aunque falta mucho, ya están actuando y sus movimientos sumarán nuevas variables a la política bonaerense.
Hasta ahora los candidatos son cinco. Uno es el ministro del Interior, Aníbal Fernández, quien reconoció su deseo ante sus pares del gabinete. En los últimos días, Fernández estuvo recorriendo la provincia solo, haciendo campaña como noveno candidato a diputado de la lista del PJ. El miércoles, recorrió Mar del Plata sin Solá ni Chiche, para apoyar al candidato a intendente local, Mario Dell Olio. Otro que quiere ser gobernador es el ministro de Trabajo bonaerense, Mariano West. También admite ese objetivo el intendente de La Matanza, Alberto Balestrini. En lo mismo se anota el ex ministro de Seguridad Juan José Alvarez, últimamente de bajo perfil, que ocupa el lugar número ocho en la boleta de Chiche Duhalde. Algunos miembros del PJ ubican en la misma senda al vicepresidente Daniel Scioli, uno de los preferidos de Eduardo Duhalde.
Las ambiciones para 2007 ya están dejando sus marcas en la eventual segunda gestión de Solá. Y coinciden con los movimientos de Duhalde sobre las dos cámaras de la Legislatura bonaerense.
Como mañana se elegirán 46 diputados provinciales y 23 senadores entre las ocho secciones electorales de la provincia –lo que implica una importante renovación de bancas– ya se empezó a hablar de cambios en las autoridades de los dos bloques del PJ. Hasta ahora, el presidente del Senado era Hugo Corvatta, con buena relación con el gobernador. Pero todo indica que desde diciembre ese cargo lo ocupará Graciela Giannettasio, íntima de Chiche. Hasta ahí no había problemas: el tema es que Duhalde pretende, además, que el bloque de senadores sea liderado por su ex secretario legal y técnico, Antonio Arcuri.
Arcuri lidera la lista de senadores en la tercera sección, que corresponde al sur del conurbano. Su asunción como titular de la bancada justicialista sería una señal fuerte de Duhalde en el cuerpo que controla el nombramiento de los jueces. En ese mismo cuerpo Solá tendrá al actual titular del bloque Juan Amondorain –hombre del platense Julio Alak, cercano a Solá–, al propio Corvatta, a su actual ministro de Gobierno Federico Scarabino, y a Eduardo Di Rocco, entre otros. Cualquiera de ellos podría ser el titular del bloque en representación del gobernador. Algo parecido sucede con la Cámara de Diputados provincial, donde el “felipista” Mariano West pretende ser presidente de la Cámara. Pero su afán se chocará con lo que fue la “diputadora” y el actual titular del cuerpo, el marplatense Juan Garibotto.
También se perfila un conflicto por la composición del nuevo gabinete de Solá. Quizá por interés de los propios mencionados, para esos puestos ya sonaron varios ex funcionarios de Duhalde, como el ex jefe de Gabinete Alfredo Atanasof y el titular de la Anses de la gestión Duhalde, Sergio Massa. Otros hablaban de Balestrini, pero el intendente sólo aceptaría irse de La Matanza dentro de dos años: en 2005 y como diputado nacional. Todos estos roces no sólo revelan el apoyo del que dispondrá Solá para gobernar este período, en el que pretende “ir a fondo” en varios frentes.También muestran cómo se empiezan a mover los herederos que sueñan con el “posduhaldismo” que, pese a todo, sigue siendo una entelequia.