En la provincia del Presidente, el jefe de la SIDE Sergio Acevedo se consagró gobernador por amplia mayoría. El resultado estaba cantado. Con el 42,50 por ciento de las mesas escrutadas, el candidato del PJ obtenía en Santa Cruz el 73,09 por ciento de los votos, ante un 25,85 del frente formado por el radicalismo y el menemismo. Pero un dato empañaba la alegría kirchnerista: al cierre de esta edición el radical Héctor Roquel se imponía en Río Gallegos.
Hombre de confianza del Presidente, Acevedo fue legislador provincial, intendente de Pico Truncado, vicegobernador y diputado nacional. Para asumir como gobernador, dejará de mandar en la SIDE, cargo que sería ocupado por Héctor Icazuriaga, quien reemplazó a Néstor Kirchner frente al Ejecutivo provincial.
El sucesor de Kirchner dejó lejos a su principal competidor, Anselmo Martínez, candidato de Convergencia por Santa Cruz, un frente liderado por la UCR y acompañado por el menemismo. En tercer lugar aparecía el Frente de Unidad Trabajadora, con el 1,06. El voto en blanco alcanzaba un 9,71.
El recuento de las boletas santacruceñas fue lento, ya que los 24 diputados provinciales, 14 intendentes y 72 concejales se eligieron mediante Ley de Lemas. Las dos bancas de diputados nacionales que estaban en disputa las ocuparán los candidatos del PJ Eduardo Arnold –actual secretario de Provincias del Ministerio del Interior– y Silvia Esteban. Al cierre de esta edición, sólo una cifra le provocaba un disgusto al Presidente. La intendencia de Río Gallegos parecía quedar en manos de la UCR. Las encuestas habían anticipado esta posibilidad, ya que el ex intendente tuvo que ser expulsado por Kirchner debido a “desmanejos administrativos”.
En Santa Cruz Kirchner y su esposa siguieron de cerca el proceso electoral del resto del país. La primera dama, Cristina Fernández, emitió su voto un minuto antes del cierre de los comicios y al ingresar al cuarto oscuro aseguró que “es la primera vez que no hay un Kirchner en la lista pero venimos con mucho compromiso y vocación democrática”.